Poner fechas al que será el mayor proyecto urbanístico del sur de Europa es una actividad de alto riesgo. La antes denominada Operación Chamartín lleva treinta años de idas y venidas con promesas de transformación para la zona norte de la capital que nunca terminan de llegar por los vetos cruzados entre administraciones.

Sin embargo, los actores implicados aseguraron este martes que por fin algo ha cambiado. Tras la firma del Convenio Marco que regulará la operación, la hoja de ruta está definida. Aunque se prevé que dure cerca de veinte años más.

Por lo pronto, las primeras viviendas de las 10.500 contempladas en el proyecto, pueden comenzar a levantarse en 2025. Ese es, al menos, el cálculo más optimista que hacen desde Distrito Castellana Norte (DCN), la sociedad participada por BBVA, Merlin y San José, que se encarga del desarrollo inmobiliario.

Será así en la zona de Las Tablas, donde ya existen trabajos de urbanización realizados. En otras partes afectadas como Tres Olivos y Fuencarral será necesario una mayor obra antes de poder levantar los bloques residenciales. Al ser zona industrial requiere trabajos más específicos de adecuación antes de poder levantar los edificios.

Aunque el megaproyecto lleva años acumulando retrasos, el Ayuntamiento de Madrid que preside José Luis Martínez Almeida ya ha puesto en marcha la remodelación de las conexiones por carretera en el nudo de Manoteras.

Y para finales de este año, Adif tiene previsto comenzar a ejecutar las obras de instalación de los pilotes que servirán de soporte a la gran losa que cubrirá la playa de vías de la estación de Madrid Chamartín-Clara Campoamor, que también será totalmente remodelada. Fuentes del administrador ferroviario consultadas por El Independiente no ofrecen, en cambio, una fecha concreta para la cobertura total de las vías sobre la que se asentará el parque central del proyecto.

La intención también pasa por comenzar ya en 2023 con los trabajos para urbanizar el entorno en el que se situará el futuro centro de negocios, que pretende convertir a la capital en un referente a nivel europeo.

"Lo de este martes es un hito clave importantísimo para un proyecto que implicará un desarrollo urbano sostenible, que aportará innovación en la construcción y contribuirá a una movilidad inteligente", apunta David García Núñez, presidente de la Asociación Madrid Capital Mundial de la Ingeniería, Construcción y Arquitectura.

La operación abre un mar de oportunidades de negocio para las constructoras en infraestructuras, aguas o energía

En cualquier caso, la operación se presenta como un mar de oportunidades de negocio para las constructoras en aguas, energía o infraestructuras. Entre otros hitos a culminar durante las dos próximas décadas están la creación de una nueva estación de Cercanías y la remodelación de la existente. También se prevé construir un nuevo intercambiador subterráneo de Chamartín, así como la mejorar y prolongar la línea 10 de Metro con tres nuevas estaciones. Asimismo, se prevé renovar también la infraestructura del Canal de Isabel II.

Sobre la duración de las obras hasta que culmine todo el proyecto, "veinte años no son tanto", asegura García Núñez. "No estamos hablando de una operación inmobiliaria, sino de una operación urbanística que es mucho más; un planeamiento ciudad, planeamiento ciudad y planeamiento país", remata. Se trata de un proyecto con gran potencial para impulsar la recuperación económica, que generará hasta 350.000 empleos.

Lo más inmediato ahora será constituir las Juntas de Compensación, entidades de carácter público-privado que se encargarán de redactar los proyectos de urbanización y reparcelación y de gestionar y costear las obras de urbanización e infraestructuras de cada uno de los ámbitos. También se constituirá un Comité Técnico en el que participará al menos un representante de cada una de las partes implicadas.