Rusia comienza a pagar su conflicto con Ucrania. El país liderado por Vladimir Putin está viviendo un aislamiento que va más allá de lo político. En lo económico, algunos de sus bancos han sido expulsados del sistema financiero Swift y el Banco Central ha tenido que subir tipos para proteger al rublo. También en lo empresarial, muchas compañías ya han anunciado que no comercializarán con el país. Mientras tanto los ciudadanos hacen fila en los cajeros para sacar efectivo por miedo a un corralito (restricciones en la retirada de efectivo). 

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó este martes un decreto por el que se prohíbe sacar del país más de 10.000 dólares en efectivo o su equivalente en otras divisas, entre otras medidas para garantizar la estabilidad financiera del Estado. Además, el decreto establece una serie de restricciones a los residentes para operaciones con extranjeros vinculados con "países que adoptan acciones inamistosas contra ciudadanos y personas jurídicas rusas".

En particular, los residentes deberán recibir autorización gubernamental para conceder créditos o realizar transacciones que impliquen cambios en los derechos de propiedad de valores y bienes inmuebles con esa categoría de extranjeros.

Según el Gobierno de Rusia, el país tiene el suficiente potencial para hacer frente a las severas sanciones occidentales en repuesta al comienzo de la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero.

“Las condiciones que se están dando hacen posible que haya un corralito”, asegura Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas. Matiza que podría pasar, sobre todo, por el aislamiento que está sufriendo, por lo que insiste en que “no sería descartable ni extraño”. 

El pasado domingo, en varias ciudades rusas, se vio cómo los ciudadanos empezaron a hacer fila frente a los cajeros automáticos para retirar su dinero en efectivo por miedo a que se terminase. Este miedo ha continuado durante la semana, pero el Banco Central de Rusia ya ha avisado que el dinero disponible en billetes es “más que suficiente” y ha añadido que “las cuentas de los clientes están completamente protegidas para hacer todas las transacciones”.  

Sin embargo, no pueden hacer todas las transacciones, ya que muchas entidades bancarias rusas ya están fuera del sistema financiero Swift, por lo que no pueden operar internacionalmente. Javier de la Nava, profesor de Economía Internacional de la Udima, asegura que se dan todas las circunstancias para que pueda haber un corralito, aunque señala que “el Banco Central ruso puede tener algún as en la manga”. De hecho, el profesor apunta a las especulaciones de grandes reservas de oro que podría tener Rusia. 

Begoña Casas, profesora de Economía de la Universidad Europea, cifra las reservas de Rusia en unos 600.000 millones de dólares, por lo que "dadas estas reservas, un corralito no sería inmediato". Reservas generadas, en gran parte, con el dinero que gana vendiendo petróleo y gas a Europa. Sin embargo, las sanciones interpuestas por la Unión Europea suponen congelar prácticamente la mitad de sus activos, ya que esas reservas no tienen porqué estar en su totalidad en el banco central.

De la Nava explica que si se produjera un corralito “es la recesión económica absoluta”, ya que no conoce ningún país que pueda vivir de su propia producción. “Rusia es un gran productor mundial en muchísimas cosas, pero muchas de ellas si no las vendes no generan divisas para comprar otras y el aislamiento está produciendo que no puedan venderlas”.

Casas también insiste en el aislamiento: “Las medidas adoptadas y la restricción de operaciones bancarias de bienes y servicios hace que se tengan que circunscribir todos los cambios al mercado nacional, al ámbito del propio país”. De esta manera, podría haber problemas en productos que proceden de la importación. En el caso de Rusia, las importaciones más importantes son de automóviles, maquinaria especializada o textil. “Lo que se vería perjudicado porque no puede ser suministrado por el mercado nacional”, puntualiza la profesora. 

Antonio Pedraza asegura que la recuperación será más lenta si finalmente se produce un corralito, aunque podría tener las ayudas de China para las exportaciones. El economista explica que podría darse ese corralito o incluso una quiebra económica, “que desembocaría en una variante política y social contra el poder de Vladimir Putin”. Pedraza afirma que la gran amenaza para que pueda suceder esas restricciones es la prolongación del conflicto.

Sanciones económicas

La Comisión Europea ya anunció que congelará las transacciones con Rusia. También lo anunció el departamento del Tesoro de Estados Unidos, que informó paralizaría los activos de Rusia en el país. e impediría que los estadounidenses participen en transacciones con el banco central, el Fondo de Inversión Nacional de Rusia o el Ministerio de Finanzas de Rusia. No obstante, hay exenciones para las transacciones relacionadas con las exportaciones de energía de las que depende Europa. El Gobierno británico prohibió las transacciones con el banco central ruso. 

De esta manera, si todos los países imponen un freno total a comercializar con Rusia, la economía podría verse gravemente afectada y causar una inflación descontrolada, que afectaría al ciudadano, que ya está perdiendo poder adquisitivo. 

Estas sanciones han hecho que el Banco Central haya aumentado los tipos hasta el 20% para proteger al rublo, que el lunes se desplomó un 30%. Luego ha ido moderando las caídas, pero todavía está perdiendo valor en su cambio contra el dólar.

Las empresas vetan a Rusia

Pero Rusia no solo se está viendo afectada por las sanciones económicas, sino también por decisiones empresariales que hacen que ese aislamiento sea todavía más pronunciado. Varias compañías ya han anunciado que dejan de hacer negocio con el país por su invasión a Ucrania.

Muchas empresas están comunicando estas decisiones porque ven que los riesgos, ya no solo económicos, sino también reputacionales, son demasiado grandes para continuar. 

Compañías tecnológicas como Google, YouTube y Facebook prohibieron a los medios estatales rusos monetizar contenido en sus plataformas. Plataformas como ApplePay también han comunicado que suspenderán pagos a través de bancos sancionados en Rusia. 

También se han pronunciado plataformas de streaming y del cine. Así, Disney y Warner Bros ya han cancelado sus estrenos en Rusia. Netflix ha dicho que no quiere ser propaganda de Putin y se ha negado a acatar la norma del país de emitir canales propios. 

Empresas vinculadas con el petróleo también han anunciado su bloqueo a Rusia. Así BP ya anunció el domingo que abandona su participación en Rosneft. Le siguió Shell tras denunciar “un acto de agresión militar sin sentido”, por lo que está terminando sus asociaciones con Gazprom, controlada por el Kremlin. 

En el ámbito empresarial, aunque vinculado al mundo deportivo, la FIFA y la UEFA decidieron expulsar a la selección y a todos los clubes rusos de sus competiciones, incluido el Mundial de Fútbol, donde el combinado nacional tenía pendiente una fase de repesca para confirmar su clasificación.

«La FIFA y la UEFA han decidido de forma conjunta que todos los equipos rusos, ya sean equipos representativos nacionales o equipos de clubes, serán suspendidos de participar en ambas competiciones FIFA y UEFA hasta nuevo aviso», explica el comunicado difundido por FIFA.