Europa priorizará las inversiones en infraestructuras para el transporte de gas y electricidad del norte de Europa que las de España. Según fuentes conocedoras de la situación, la Comisión Europea centrará sus esfuerzos en que las conexiones entre Alemania y los países del Este puedan obtener energía para no correr riesgo de quedarse sin suministros.

“Entendemos que el gasoducto que une España con Francia es muy importante para el futuro de Europa, pero ahora mismo lo esencial es establecer mejores interconexiones en las zonas que peor lo pueden pasar durante los próximos meses ante la posibilidad de cortes de suministros por parte de Rusia”, afirman dichas fuentes.

Una de las aspiraciones de Pedro Sánchez es que España se convierta en una de las potencias suministradoras de energía después de la invasión de Rusia en Ucrania. Obviamente, nuestro país no es exportador neto de gas o petróleo, pero gracias a su situación geográfica y sus inversiones en infraestructuras durante las dos últimas décadas le deja en una posición de ventaja frente a otras potencias para poder enviar materia prima al resto de Europa.

Por eso, el presidente del Gobierno inició desde el inicio del estallido de la guerra una campaña para que España se convierta “en un hub gasístico”, más aún con los planes que tiene el Ejecutivo y las principales empresas energéticas con el hidrógeno verde, uno de los materiales llamados a sustituir el petróleo y el gas natural que viene de Rusia.

Sánchez, durante su intervención en el Foro de Davos, recordó que España representa el 37 % de la capacidad total de regasifición de la UE y junto a Portugal acumula alrededor de la mitad del almacenamiento de gas licuado, pero hay “un cuello de botella” por las carencias de las interconexiones con el resto de Europa y por eso pidió avanzar con las interconexiones.

En el intercambio eléctrico, España apenas alcanza el 4% del total de la electricidad generada entre los dos países, incumpliendo la normativa europea que dicta que debería ser de, mínimo, el 10%. La interconexión más importante nacional es la que une los dos países por Vizcaya, y que se ha convertido en pieza clave para la crisis energética derivada de la guerra.

No obstante, en el programa REPower EU, que pretende que Europa no dependan de Rusia energéticamente hablando, se reconoce a España como uno de los países que deben dar un paso adelante para poder suministrar energía al resto de países.

Para ello, la Comisión Europea se ha ofrecido a pagar parte del gasoducto que une la Península Ibérica con Francia. Así, el plan del Midcat podría ser un sueño hecho realidad, después de que el país galo y Sánchez no llegaran a concretar dicha idea. Este dinero saldría de los fondos europeos aprobados tras la pandemia, de un montante de más de 670.000 millones de euros.
Según las fuentes consultadas, “los proyectos energéticos de interconexión podrán contar con una parte de financiación de los fondos europeos”.

El sueño de la compra conjunta

Por otra parte, la Comisión Europea también se prepara para otro de los grandes retos que tiene como institución única en la emergencia energética: la compra conjunta de gas. A pesar de que para la Unión Europea la adquisición de la materia prima tiene una importancia vital, lo cierto es que los tiempos no son los deseados. A falta de pocos meses para que comiencen a desplomarse las temperaturas, solo existe un pequeño boceto de cómo se aplicarían las operaciones.

Fuentes conocedoras de la situación indican que es “complicado que las compras se vayan a producir para este verano” y que, en cualquier caso, aún no están definidas “las cantidades ni los países interesados”, ya que la adhesión a las adquisiciones son “voluntarias”.

Con todo, la Comisión Europea ya está trabajando en el mecanismo legal que pueda promover la compra conjunta de gas, que ayudaría en gran medida a rellenar las reservas de gas natural de cara al próximo invierno.