Cada vez un mayor número de jóvenes en España compra a sabiendas productos falsificados. Lo hacen en un porcentaje mayor a la media de los los jóvenes en el conjunto de Europa. Así, uno de cada dos jóvenes de entre 15 y 24 años reconoce haber comprado de forma deliberada una falsificación en el último año. La media europea se sitúa en el 37% de los jóvenes, según datos del último 'Barómetro de la Propiedad Intelectual entre los Jóvenes', elaborado por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo).

Se trata de una cifra récord en nuestro país, del porcentaje más alto registrado por la Euipo desde que comenzó a realizar este barómetro en 2016, cuando la cantidad de españoles que reconocía haber adquirido este tipo de productos falsificados a propósito era del 20%. Los expertos aseguran que este notable incremento se debe al aumento exponencial del comercio 'online', utilizado habitualmente por estas nuevas generaciones de consumidores digitales, y al contexto postpandemia en el que se ha elaborado esta edición del estudio.

Ropa y accesorios (17%), calzado (14%), dispositivos electrónicos (13%) y los productos de higiene (12%) son los productos falsificados que más se consumen tanto en España como en otros países europeos. Entre los motivos que llevan a los consumidores a optar por falsificaciones se tiene en cuenta principalmente el precio, pero también el entorno cercano y la sociedad.

La media europea también se ha incrementado en los últimos años, situándose casi 20 puntos por encima del dato de 2019 (cuando era solo el 17% de los consumidores). La cifra más alta se registra en Grecia (62%) y la más baja en República Checa (24%).

Explosión del comercio 'on line'

La Asociación para Defensa de la Marca (Andema) ha reaccionado a los datos del último barómetro del Euipo, señalando que se trata de cifras "preocupantes" y que dan una idea "de la situación a la que se enfrenta el consumo con la explosión del comercio 'on line'".

En este sentido, el director general de Andema, Gerard Guiu, ha instado a aplicar medidas para que los nuevos consumidores tomen conciencia de los peligros que suponen las falsificaciones para la economía y la sociedad.

"El bombardeo al que se ven sometidos a través de las redes sociales y la disponibilidad de productos falsificados, unido a un incremento sin precedentes del consumo 'online', hace que sea urgente poner en marcha acciones de sensibilización a todos los niveles y desde todos los ángulos", ha explicado Guiu.