Está ya en el primer puesto, a la cabeza de las demandas formativas. La formación en dirección y gestión de empresa ha superado ya a las ingenierías como el campo con mayor número de matriculaciones en las universidades españolas. Sólo el curso pasado, según datos del Ministerio de Educación, cerca de 35.000 jóvenes que accedían por primera vez a la Universidad se matricularon en algún centro para formarse en el mundo de la administración y gestión empresarial. Actualmente, más de 132.000 continúa sus estudios en este campo que, según algunos expertos, no es el que hoy con mayor intensidad demanda el mercado. Los cambios acelerados por situaciones como la pandemia, la crisis energética o los problemas derivados de la crisis económica mundial, han elevado al primer nivel de demanda de profesionales campos como el sanitario, el tecnológico, el logístico o informático.

Sin embargo, la demanda mayoritaria en las universidades españolas no parece haber cambiado. Los grados relacionados con la Administración y gestión de empresas (ADE), junto con los títulos de Economía, representan algo más del 11% de la población universitaria en España. Actualmente en nuestro país hay matriculados en algún grado universitario 1,33 millones de estudiantes y uno de cada diez lo hace en alguna titulación relacionada con la gestión empresarial. En muchos casos, el fracaso se produce pronto, en el primer año de carrera. Uno de cada tres matriculados que ingresa por primera vez en la Universidad termina por cambiar de grado o, en el peor de los casos, por abandonar. La mala elección, por falta de asesoramiento y orientación, es la causa en muchos casos de ese proceso que culmina en fracaso.

La Administración y gestión de empresas es la primera opción en los centros académicos universitarios de Euskadi, Cataluña, Galicia, Castilla y León o Extremadura. En el resto, ocupa el segundo o tercer lugar. Mientras que en este tipo de grados se forman hoy más de 132.000 estudiantes, sólo las ingenierías se le acercan –hasta el año pasado lideraban el ranking de preferencias- con 131.500 matriculados. El resto de titulaciones se encuentran a gran diferencia, pese a gozar de una mayor demanda en el mercado. Es el caso de los grados relacionados con la salud, que registran casi la mitad de estudiantes, 77.667, seguida por la informática, con casi 57.400, y la Medicina, con 43.000 alumnos en España.

¿Con Derecho y ADE no te equivocas?

“Hoy día la verdadera oferta de empleo en España no tiene mucho que ver con grados como ADE. Que sean los más demandados por los estudiantes no quiere decir que sean los más solicitados por el mercado. Hoy son mucho más necesarios profesionales en el campo sanitario, en el de la distribución o en trabajos relacionados con la logística, por ejemplo”, asegura Elena Ibáñez, experta en formación e inserción laboral y fundadora de ‘Singularity Experts’. Considera que en nuestro país aún pesa demasiado una vieja máxima “en mi opinión equivocada” de que apostar por grados o titulaciones de carácter más genérico como Derecho o ADE, pensando que aportan una mayor polivalencia y por tanto una mejor inserción laboral, es mejor: “Esa frase muy extendida de que ‘estudia ADE o Derecho que no te equivocas’, es falsa. Hay muchos titulados en esos grados que están en paro”.

Ibáñez considera que detrás de esta tendencia lo que subyace es un problema de orientación adecuada en el modelo educativo español y que se arrastra desde hace muchos años. “En muchos casos se elige por descarte, porque no se conocen otras opciones. Son los típicos grados genéricos y ya está. Falta orientación y eso lleva a muchos alumnos a elegir erróneamente”.

Actualmente entre los recién matriculados en administración y gestión de empresa las mujeres son mayoría, un 57% del total. No ha sido así en los últimos años. La feminización ha ido en aumento en estos grados. La inmensa mayoría de los 132.600 estudiantes cursa sus estudios en algún centro de la red pública, 101.000 frente a los casi 31.000 que lo hace en una universidad privada.

Pérdida de competitividad

“Tradicionalmente se ha dado por hecho que un joven con 17 años debe conocer los 3.000 grados y conocerse bien a sí mismo. La realidad es que necesita ayuda en la toma de esa decisión, en la búsqueda de saber qué es lo que realmente le gusta y cómo debe orientar su formación”, asegura Ibáñez. Esta experta que forma parte del grupo de ‘100 expertos de la Fundación COTEC’, lamenta que la formación para orientar los estudios de grado superior que se facilita a los alumnos “es hoy prácticamente la misma que daba hace treinta años”: “En este tiempo la educación ha avanzado, las universidades han hecho un gran esfuerzo para innovar en los grados que ofertan. Sin embargo, gran parte de todo ese esfuerzo no sirve para nada si luego no se orienta bien a los jóvenes y optan de modo mayoritario por carreras genéricas como ADE o Derecho”.

Hoy existen opciones mucho más específicas, más adecuadas no sólo a lo que demanda el mercado sino también a los gustos y preferencias de los estudiantes. Saber identificarlos entre toda la oferta que se brinda en la red universitaria española es esencial. No corregir ese desajuste entre los que forma la Universidad y lo que reclama el mercado “provoca una pérdida de competitividad innegable”: “El mercado demanda perfiles que la Universidad no forma de modo suficiente y finalmente se termina por recurrir a profesionales del exterior. Ahora se produce una paradoja, es cuando más empleo existe, pero más paro hay”.

En la toma de decisión debe primar el interés y deseo del alumno más que la proyección laboral de un grado. “Cuando me pregunta qué debe escoger un estudiante, si lo que le gusta o lo que tenga salida laboral, suelo responder que esa no es la pregunta que hay que hacerse. La cuestión es hacer lo que más futuro tenga en lo que más te gusta. Hay oportunidades en todos los sectores. Una persona para ser feliz y hacer bien su trabajo debe ser algo que le guste. La clave está en saber identificar bien la rama, el grado concreto que puede encajar en esos intereses”.