"Se ajustarán los tiempos de viaje para que la gente no tenga la sensación de que el tren llega tarde". La frase de Renfe, Isaías Táboas, resume la primera semana de funcionamiento de la nueva línea de alta velocidad a Extremadura. Una inauguración por todo lo alto el lunes se acabó convirtiendo en pesadilla para Renfe y Adif. Los presidentes de ambas entidades públicas tuvieron que desplazarse el viernes a Mérida para intentar atajar la crisis abierta por las incidencias en la nueva línea que prometía reducir en casi una hora el tiempo de viaje a Madrid desde Badajoz y paliar los graves problemas de la red ferroviaria de la región presidida por el socialista Guillermo Fernández Vara.

El rey Felipe VI viajó junto a Pedro Sánchez en uno de los trenes Alvia que une la estación de Plasencia con la de Badajoz. Lo hacían a bordo de un convoy híbrido de la serie 730 que combina tracción diésel y eléctrica. No en vano, los trenes circulan por una línea de alta velocidad que no estará electrificada hasta 2023.

Pero tras el viaje inaugural, la cosa se fue torciendo con el paso de los días. Pese al cese de uno de los responsables de producción de la línea por parte de Renfe, las incidencias y los retrasos se fueron acumulando y caldeando los ánimos de una región que se siente particularmente agraviada en lo que al tren se refiere desde hace años.

Táboas reconoció públicamente el viernes "anomalías" en los trenes, que hace que estos reduzcan automáticamente la potencia en determinados tramos para evitar el recalentamiento de los motores. Hasta dar con una solución, la operadora aplicará rebaja del 50% en el precio de los billetes. Los ingenieros del fabricante Talgo cómo solventar un problema al que no contribuyen positivamente las altas temperaturas exteriores de estos días.

Y al margen de la rebaja en el importe del trayecto, Renfe también incrementará los tiempos de viaje en su oferta comercial para adecuarlo a las nuevas circunstancias descubiertas tras la puesta en marcha del tramo de 150 kilómetros.

En su primera jornada comercial, el tren llegó 13 minutos después de lo esperado. El jueves registró una demora de unos 70 minutos y, el tren de vuelta, de casi 40 minutos. Por su parte, el retraso acumulado en el servicio que partió el viernes de Badajoz a las 07:25 horas, fue de una hora y 14 minutos. Este mismo sábado, Renfe informaba de un retraso de casi 20 minutos por "una incidencia técnica".

Aunque los fallos no se limitan a los trenes que circulan por las vías, sino que la infraestructura tampoco ha respondido como se esperaba. Tras un primer "error humano" que el martes derivó al tren de alta velocidad por la vía convencional, Adif ha reforzado las plantillas de mantenimiento de la línea para actuar lo más rápido posible ante las averías registradas como fallos en la señalización, en las agujas y el suministro eléctrico.

Sin embargo, las incidencias registradas no son algo del todo inusual en las aperturas de nuevas líneas y corredores ferroviarios en España. Pero el foco que ha querido poner el Ejecutivo central en la inauguración del tren de altas prestaciones han llevado a primera página el reguero de fallos técnicos.

El rey Felipe VI viaje junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la ministra de Transportes, Raquel Sánchez; y el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.

Por su parte, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, reconoció el viernes que la puesta en marcha de la nueva línea "no ha respondido a las expectativas", aunque consideró "normal" que se generen algunos de estos contratiempos "durante los primeros días" de una nueva infraestructura.

Fernández Vara había dicho unas horas antes que las continuas incidencias eran "una vergüenza o una desvergüenza" que se debía resolver o, de lo contrario, tener consecuencias para los responsables de las mismas.