El consumo de pescado registra un fuerte frenazo ante el alza de precios. Los hogares españoles han reducido sus compras en los últimos doce meses un 15,3%, tanto en frescos como en congelados. La facturación del sector cae un 9,4% en el año móvil pese a que el precio medio ha subido un 5,1%.

Según los datos más recientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el lenguado encabeza las caídas con una bajada del 58,4% de las compras y el rodaballo se desploma un 41,4%. El salmón cae un 19,8%, la lubina, el atún y el bonito un 19,6% y el rape un 17%.

La trucha retrocede un 16,7, la sardina y boquerón un 13,8%, la caballa un 13% y la merluza un 11,9%. Aguanta algo mejor la dorada, con solo un 8,4% menos de compras, mientras que el bacalao es el único que logra resistir, con apenas una bajada del 0,1%.

Eso sí, si nos fijamos en la comparación de junio de 2022 con el mismo mes de 2021, el bacalao también baja un 8,6% y el salmón un 37,1%. Hay que tener en cuenta que este último pescado representa el 9,2% del volumen consumido por los hogares.

Asimismo, la merluza y la sardina/boquerón suponen uno de cada tres kilos de pescado consumido. Aunque en el interanual bajen a un ritmo inferior al del conjunto de especies (-8,1% y -9,9,% respectivamente), también son dos de los principales responsables de la caída de las compras de pescado.

Por su parte, los mariscos también retroceden un 15,5% respecto a 2021. Los frescos bajan un 17,8% mientras que los congelados se contraen un 14,1% y los cocidos un 8,3%. Por especies, el pulpo y los calamares se compran un 23,1% menos, los mejillones un 16,4%, las almejas y berberechos un 15,4% y las gambas y langostinos, un 8,9% menos. El campo de las conservas también está en negativo, con un 7,3% menos de ventas que durante los últimos doce meses.

Ante esta situación, Fedepesca, la patronal de las pescaderías tradicionales, ha pedido recientemente al Gobierno que rebaje el tipo impositivo que grava a los productos pesqueros para situarlo en el 4%. Preocupa que el actual contexto de inflación siga lastrando el consumo de pescado por parte de los hogares españoles.

El pescado fresco cayó en 2021

Los últimos datos oficiales de un año completo corresponde a 2021. El pasado año, el pescado fresco volvió a entrar en retroceso tras el pico alcanzado durante 2020 con motivo de la pandemia. Con un consumo de 9,63 kilos de media por persona al año, los españoles comieron un 9% menos que el año anterior y un 1,4% menos que en 2019, el último ejercicio previo a la crisis sanitaria.

En cuanto al gasto, sólo el 5,23 % del presupuesto de los hogares para alimentación y bebidas se destinó en 2021 a la compra de pescado fresco, con un desembolso medio anual por persona de 84,21 euros.

Según los datos del último Informe del Consumo Alimentario que ha publicado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el porcentaje se eleva hasta el 13,12% si se suman los mariscos y los pescados en conserva, el porcentaje se eleva hasta el 13,12%.

Por especies, creció un 56% el consumo de bacalao frente al año 2019; un 28,4% el de salmón; un 18,9% el dorada; un 14,3% el de rodaballo; un 8,5% el de lubina; un 2,9% el de sardina; y un 0,7% el de rape. Por contra, cayó un 20% el consumo per cápita de merluza; un 13% el de atún y bonito; un 14,1% el de trucha; un 70,5% el de lenguado; un 3,7% el de boquerones; y un 21,9% el de caballa.

Además, un 47% de las compras de pescado fresco se realizaron en supermercados o locales de autoservicio, mientras que las tiendas tradicionales distribuyeron un 30,8%.

Marisco y crustáceos

Si nos fijamos en mariscos, moluscos y crustáceos (almejas, berberechos, mejillones, calamares, pulpo, gamba/langostino), el consumo es de 6,3 kilos por persona al año, lo que representa un 6,3% menos que en 2020, aunque un 3,7% más que en 2019. El gasto medio anual per cápita es de 60,24 euros en este tipo de productos. Con respecto al año previo a la pandemia, el consumo por persona de pulpo y calamares cae un 2,3% y el de mejillones, un 9,2%. Por su parte, el de gambas y langostinos crece un 6,9%.

Conservas

Lo que sí que creció respecto a 2019 son las conservas de pescado (sardina, atún, chicharro/caballa, mejillón, berberecho, almeja, calamar, pulpo, anchoa, salmón ahumado, trucha ahumada, otros ahumados...). El consumo per cápita es de 4,52 kilos por individuo, un 6,9 % inferior que la del ejercicio 2020 aunque un 2,4% superior a la del año prepandemia. En conjunto, el gasto medio por persona es de 47,77 euros al año en estos productos enlatados.

Los vascos lideran el pescado fresco y las conservas

Los residentes en Castilla y León, Galicia, Asturias o el País Vasco tienen un consumo que supera la media nacional de 9,6 kilos por persona al año de pescado fresco. Aunque los vascos realizan la mayor ingesta, con 15 kilos de media por persona al año. Por contra, los canarios solo toman 5 kilos por persona al año.

En el marisco, los asturianos toman una media de 8,4 kilos por persona al año, lo que supera en 2,1 kilos la media nacional. Los canarios repiten como los que menso consumo per cápita presentan, con apenas de 3,9 kilos al año. Respecto de las conservas, el mayor consumo per cápita se da entre los habitantes de la Región de Murcia y País Vasco, que consumen 5,3 kilos por persona al año.