Las empresas y los españoles ahorran gas por causa de fuerza mayor. El encarecimiento de la materia prima en el último año, que ha sobrepasado el 300% desde el verano pasado, ha provocado que el consumo convencional se haya hundido un 37,7% en el último mes.

El saldo también es negativo si ampliamos el foco. Durante el 2022, los hogares y las grandes empresas han dejado de consumir un 15% respecto al mismo período del año pasado (hasta el 31 de agosto), según los datos de Enagás.

Fuentes del sector energético reconocen que esto se debe a que los hogares “empiezan a notar el incremento del precio del gas” y sobre todo, la paralización de la industria. “Muchas empresas han tenido que cerrar parte de su producción por el alto coste del gas”, que se ha disparado por culpa de la invasión de Rusia en Ucrania.

Sin ir más lejos, la papelera Saica ha tenido que cerrar tres de sus cuatro plantas de cogeneración ya que no pueden asumir los costes. “El sector papelero está afectado por esta pérdida de competitividad. En nuestro caso, exportamos el 50% de nuestra producción de España. En estos momentos, otros países como Francia, Reino Unido, Alemania… son más competitivos que nosotros, debido a los menores costes energéticos. Ello quiere decir que ese 50% está en riesgo. Y la pérdida de ventas conlleva pérdida de producción y, al final, pérdida de empleo”, señala Enrique de Yraolagoitia, director general del grupo.

El momento en el que se encuentra Europa y España, en particular, es alarmante, casi sin precedentes. Por ejemplo, la caída del consumo del gas es un 51% más acusada que la registrada durante los meses de confinamiento por el coronavirus (-21,2%). Los datos de demanda eléctrica también muestran un recorte del 10,7% en los requerimientos de las empresas, aunque lejano al experimentado en los peores momentos de la pandemia (- 24,8%), según datos de Ase.

Los sectores más afectados están siendo el textil (-44%), el químico y farmacéutico (-34,8%), el del papel (-26,4%) y el metalúrgico (-16,2%). El resto de la industria cae un promedio de 23,4% y el sector agroalimentario disminuye un 20,5%.

El gas se dispara para su uso en la electricidad

Pero, mientras el Gobierno saca pecho tras el desplome del consumo eléctrico de casi un 10% durante las primeras semanas de aplicación del Real decreto- ley, lo cierto es que el uso del gas en cómputo general no ha disminuido. Es más, según los datos de Enagás, ha aumentado en un 3,8%.

Esto se debe, principalmente, a que España se ha visto obligada a recurrir al gas para generar electricidad debido a la ausencia de tecnologías renovables en el mix energético, tales como la hidroeléctrica o la fotovoltaica, que en períodos de intenso calor rinden menos. En concreto, la materia prima destinada para crear energía eléctrica se ha disparado un 97% respecto a julio y un 45% con respecto a agosto de 2021.

Y es que, los ciclos combinados se han convertido en indispensables para generar electricidad. Durante este mes de agosto, coincidiendo con el real decreto para reducir el consumo de electricidad y gas, dicha tecnología ha sido la principal fuente de generación.

La aportación de los ciclos combinados ha crecido más de un 130% por la caída de las importaciones desde Francia, el aumento de la generación para exportación y la disminución de la producción hidráulica (-45%).

El precio del gas sigue disparado

En este contexto de incertidumbre en el sector energético, el precio del gas sigue en espiral alcista por el cierre del gasoducto que une Alemania con Rusia. Durante las primeras horas de negociación del pasado miércoles, el precio del gas de referencia se disparó un 6,5% hasta los 283 euros/mwh, pero ahora cae un 11% hasta los 235,9 euros/mwh.

Y lo peor, está por llegar. El presidente y consejero delegado de Gazprom, Alexei Miller, dijo en la tarde del miércoles que el mercado del gas se adentra en “un rally de precios” que podría impulsar el coste del combustible el próximo invierno por encima de los 4.000 dólares por 1.000 metros cúbicos, un 33% por encima de los precios actuales.

"Estamos viendo, en el sentido literal de la palabra, un 'rally' de precios", ha afirmado Miller durante una conferencia respecto de los más de 3.000 dólares por 1.000 metros cúbicos que regularmente se están alcanzando en los mercados.