El euríbor ha cambiado de ciclo y lleva todo el año con subidas. En el mes de abril se puso en positivo por primera vez desde 2016 y este agosto ha sobrepasado la barrera psicológica del 1%, por primera vez en 10 años, y se situó en el 1,249%. Todas las previsiones de los expertos de principios de año se han quedado obsoletas. Muchos pronosticaban que a finales de 2022, el índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas variables iba a terminar en el entorno del 1-1,5%. Ahora las actualizaciones lo sitúan sobrepasando el 2%. Por ello, la pregunta que se hacen muchos de los hipotecados a tipo variable es si es el momento de cambiar a un préstamo fijo.

Antonio Gallardo, responsable de Estudios de Asufin, asegura que “aún estamos a tiempo de pasarnos a una fija”, pero advierte de que hay que ser rápidos porque “las hipotecas fijas ya empiezan a ocultarse”. Gallardo reconoce que a partir de ahora va a haber una “guerra” entre los bancos para intentar captar hipotecas de hace unos años “que son muy rentables y con riesgo bastante controlable”.

Los expertos de HelpMyCash explican que los hipotecados a tipo variable que tengan que revisar este mes de agosto su cuota verán cómo tienen que pagar más y “al año que viene también registrarán otra subida”. Una afirmación con la que coincide el responsable de Estudios de Asufin: “El que revisó al alza en el mayo, por ejemplo, volverá a revisarlo el año que viene con un 1% para arriba más caro”. Por ello, señala que si cambia ahora y la hipoteca aún tiene recorrido “cuando vuelva a cambiar el ciclo te podrás cambiar otra vez”.

Desde HelpMyCash recomiendan cambiarse cuanto antes, porque “los bancos están subiendo sus tipos fijos, porque prefieren que sus clientes contraten hipotecas variables (esperan ganar más dinero con estos productos)”. De hecho, aunque aún hay entidades que ofrecen intereses fijos competitivos de en torno al 2%, cada vez son menos frecuentes. “Cuando acabe el mes de septiembre veremos como una buena hipoteca será la que tiene el interés al 2,5%” apunta Gallardo.

Este cambio se puede realizar de tres maneras distintas: mediante un pacto con el banco con el que se tiene la hipoteca (novación), mediante el traslado del préstamo a una entidad distinta (subrogación de acreedor) o con la contratación de una nueva hipoteca fija para cancelar la variable que se tiene vigente.

“Los bancos están subiendo sus tipos fijos, porque prefieren que sus clientes contraten hipotecas variables”

hELPmYCASH

El responsable de Estudios de Asufin explica que los únicos a los que no interesa cambiar son a los hipotecados de antes de la burbuja financiera que les queden muy pocos años y vengan con diferenciales bajos y asumibles. “Las hipotecas anteriores de 2008 y 2009 son hipotecas que van a morir en 3-4-5 años de media. Hay poco tiempo para amortizar esos gastos del cambio y sus diferenciales siguen siendo muy sostenibles”, apunta Gallardo.

En el lado contrario, explica que hay dos grupos. El primero son los de 2012, 2105, 2016… porque vienen con diferenciales que se acercan al 3% más euríbor. Y el segundo grupo son las hipotecas variables que se hayan firmado hace poco porque vienen con una carga de capital muy importante.

Todo el sector coincide en que el euríbor va a seguir subiendo. Desde Asufin apuntan a que el 2022 acabará con el índice en el 2,2% y en el 3% en 2023. “Si todo sigue igual, añadiendo las sucesivas subidas de los tipos de interés por parte Banco Central Europeo (BCE), lo más probable es que el euríbor siga disparado”, dice el portavoz de iAhorro, Simone Colombelli. Sin embargo, el comparador se muestra más cauto y apunta a que el 2022 cerrará con un euríbor cercano al 1,6%.

Según el Departamento de Análisis de HelpMyCash, su valor será del 1,90% a finales de este año y del 2,20% cuando acabe 2023. CaixaBank Research es más conservador y pronostica que este índice cerrará el 2022 al 1,48% y alcanzará el 1,78% el año que viene.