El presidente de Renfe, Isaías Táboas, no parece tenerlas todas consigo de que las autoridades francesas vayan a poner ahora la alfombra roja para que los AVE españoles lleguen a París antes de que acabe 2023, como aseguró haber logrado la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, tras abordar el asunto con su homólogo galo durante la pasada cumbre hispanofrancesa celebrada en enero en Barcelona.

"Ojalá podamos cumplir con el objetivo o con el compromiso de estar en diciembre en París, iba a decir dios mediante pero voy a decir autoridades francesas mediante, por las dificultades que históricamente no solo hemos tenido nosotros, sino cualquier otro operador tiene para operar en Francia", ha manifestado durante un desayuno organizado este miércoles por la Confederación de Directivos y Ejecutivos (CEDE).

La ruptura unilateral de la empresa pública francesa SNCF con la compañía española anunciado hace un año hizo que la primera esté operando en solitario la línea Barcelona-París desde diciembre. Pero el ministerio de Transportes aseguró recientemente que el Ejecutivo galo se había comprometido durante la XVII Cumbre Hispano Francesa a facilitar que los trenes españoles puedan circular desde Lyon hasta la capital francesa antes de que termine el año.

Ahora mismo, ya están en pruebas en la ruta que une Barcelona con Lyon y Marsella, donde esperan poder empezar a operar previsiblemente antes del verano. Pero la clave está en el asalto a la gallina de los huevos de oro de la alta velocidad, francesa, que une Lyon con la capital del Sena, y para la que necesitan terminar de homologar el nuevo material de la serie 106 de Talgo (modelo Avril), cuya fabricación también ha acumulado retrasos. Según sostuvo el Mitma, el ministro francés se comprometió "a que las empresas españolas y los fabricantes de material rodante puedan homologar ágilmente sus nuevos trenes en Francia".

En el marco del encuentro bilateral de alto nivel entre ambos Estados, Sánchez y la secretaria de Estado, Isabel Pardo de Vera, se reunieron con Clément Beaune, ministro delegado encargado de los Transportes de Francia y le trasladaron la necesidad de agilizar los procesos de certificación de los trenes. Se trata de que Renfe pueda operar en un mercado liberalizado como el español, donde la SNCF está presente en alta velocidad con su filial de bajo coste Ouigo.

Al margen de eso, Táboas ha detallado la hoja de ruta que tiene la empresa en el ámbito internacional. En el mercado galo tiene previsto presentarse a todas las licitaciones de líneas de obligación de servicio público que se abran durante los próximos años. En algunas de ellas, Renfe ya está en proceso de calificación o precalificación.

Según ha revelado el presidente de la compañía, Renfe también pone el foco sobre las que van saliendo en Alemania a las que ya se ha presentado bajo el paraguas de la checa Leo Express, de la que adquirió el 50% en 2021 y que tiene licencias para operar en ese mercado. Se trataría de rutas que se encuentran en regiones fronterizas de Alemania con Francia y con la República Checa.