Los hogares españoles no se aprietan el cinturón. Las vacaciones y poder llegar a fin de mes son dos de las razones por las que piden créditos al consumo. Este mes de julio se puede decir esa frase de las deudas sí son para el verano en referencia a la obra de teatro de Fernando Fernán Gómez y película de Jaime Chávarri “Las bicicletas son para el verano”. Los españoles han aumentado sus créditos al consumo en 2.179 millones de euros en un año

Los datos del Banco de España muestran que el saldo vivo de estos créditos se situó en julio en 97.350 millones de euros, frente a los 95.171 millones de euros del mismo mes de 2022. La diferencia frente al mes anterior no es tan abultada. Concretamente, avanzó en 400 millones de euros, pero sí que es significativo el aumento respecto al mes de mayo en 1.241 millones de euros, lo que se puede explicar como que la llegada del verano con sus vacaciones ha hecho que aumente la cifra. 

Elisabet Ruiz-Dortas, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, explica que “para la vivienda la gente tiene alternativas, que es irse de alquiler y posponer la compra. Pero para arreglar algo de casa, comprar un coche, que en un año puede estar más caro, o irse de vacaciones no hay más opción”. Una afirmación con la que se muestra de acuerdo Christophe Canler, profesor de la Universidad Carlemany. “Con el aumento en España de una clase media “low cost” que no quiere renunciar, por ejemplo, a fines de semana en el extranjero, un buen restaurante de vez en cuando o cualquier otro capricho, pero que vive al día, cualquier gasto necesario pero imprevisto (urgencia médica, incidente doméstico…) se cubre cada vez más con este tipo de producto financiero”, explica.

Este aumento de los créditos al consumo contrasta, sin duda, con la caída mes a mes del saldo hipotecario. En el mes de julio, el saldo vivo hipotecario se situó en 501.585 millones de euros, lo que supone una caída de 1.748 millones de euros en un mes. En este punto, hay que destacar que la caída de la firma de las nuevas hipotecas influye en el descenso del saldo total, pero los españoles están aprovechando el dinero ahorrado durante la pandemia para amortizar su deuda hipotecaria. Incluso, muchos están sacando dinero de los depósitos, que no están siendo remunerados, para reducir la hipoteca. 

Y lo están notando los bancos. Banco Santander dio cifras de amortización en la última presentación de los resultados empresariales. Así, las amortizaciones de las hipotecas de los clientes de esta entidad han aumentado por cinco en el primer semestre del año. De esta manera, se están amortizando hipotecas por valor de 250-300 millones de euros al mes durante estos seis primeros meses.

Este comportamiento, el de reducir la hipoteca, pero aumentar los créditos al consumo, es algo habitual. La hipoteca es un producto a largo tiempo, que tiene alternativas como el alquiler. Pero tal y como señala Canler hay dos razones por las que crecen los créditos al consumo. El primer motivo es estructural, “la rapidez y la flexibilidad que ofrecen las entidades de crédito al consumo si la comparamos con la banca tradicional para obtener microcréditos para compras pequeñas o cubrir gastos inesperados”. Y el segundo motivo es más coyuntural: “La alta tasa de inflación, que está tensionando los presupuestos de las familias que recurren a este tipo de crédito para llegar a fin de mes”.

Según los datos que se van haciendo públicos, todo apunta a que agosto también cerrará con un aumento en el saldo vivo de los créditos al consumo. La vuelta al cole, que va a ser la más cara en muchos años, hará que esa cifra aumente. De hecho, según el Informe Europeo de Pagos de Consumidores de Intrum, el 83% de los progenitores españoles reconoce haber pedido dinero prestado o haber superado el límite de su tarjeta de crédito para comprar artículos para sus hijos o hijas, mientras que en Europa la media es ligeramente más baja (77%).

Así, el informe sitúa a España como el cuarto país con el mayor número de madres y padres que financian la adquisición de artículos para sus hijos o hijas, solo superada por Reino Unido y Austria (ambos con un 84%) y Francia (83%). Por el contrario, Eslovaquia (68%), Estonia (67%) y Noruega (61%) se posicionan como los territorios donde menos se endeudan por esta causa.

Por el momento, los bancos no ven signos de riesgo ante este aumento de los créditos al consumo, y la tasa de mora de las entidades todavía se mantiene en mínimos. “De momento, los riesgos ligados a este tipo de producto están bastante acotados (sobreendeudamiento, impagos…) porque la tasa de ahorro de las familias durante el periodo Covid y post-covid se incrementó, y además la tasa de empleo sigue creciendo”, explica el profesor Universidad Carlemany.

No obstante, a medio plazo, con una inflación alta y unos sueldos que suben por debajo de esta tasa puede emerger riesgos de insolvencia en ciertos segmentos de la población, añade. Tampoco hay que olvidar que el interés de estos productos suele ser muy elevado. En julio, el interés medio de las nuevas operaciones aumentó hasta el 8,05% desde el 7,86% de junio y del 7,66% de julio de 2022.