El Gobierno ha situado su previsión de los precios de la energía para los próximos años en valores muy por debajo de los que actualmente marca el mercado e ignorando el subidón que podría provocar el recrudecimiento del conflicto entre Hamás e Israel. Según el Plan Presupuestario de 2024 que el Ejecutivo ha enviado este domingo a la Comisión Europea, como debe hacer cada mediados de octubre en cumplimiento de las normas comunitarias, el precio del petróleo se situará de media este 2023 en los 84 dólares por barril de Brent, y en 2024 en los 89 dólares por barril. Del lado del gas natural, estima que este año registrará una media de 37 euros por MWh y de 33 euros el próximo.

Estos precios están por debajo de los que el mismo Gobierno manejaba cuando actualizó el Programa de Estabilidad para enviarlo a Bruselas -entonces, este abril, esperaba que el precio del barril de Brent se situase este año en los 89 dólares por barril y el próximo en los 85 dólares por barril, y que el precio del MWh del gas natural se situase en los 59 euros y en los 50 euros-. Pero no solo están por debajo de las previsiones anteriormente citadas, sino que son muy inferiores al resto de proyecciones que sí tienen en cuenta el agravamiento del panorama que se ha producido por los últimos acontecimientos ligados al conflicto palestino-israelí.

Así, la previsión de diferentes analistas del mercado es que el precio medio del petróleo quede entre los 90 y 100 euros el barril de Brent este año, y en los 97 el próximo. Del lado del mercado gasístico y que también influirá en el eléctrico, la cotización del gas en el Mercado Ibérico del Gas (Mibgas) apunta a que este año se situará en los 52 euros el MWh y en los 54 el próximo, agravando el panorama y convirtiendo en poco probable que este escenario económico se cumpla.

Si así sucede, afectaría también a las previsiones de crecimiento, en las que se basan cada año los presupuestos generales del Estado puesto que son necesarias para calcular cuándo va a ingresar, y por tanto cuánto puede gastar, el Gobierno. Las recién actualizadas previsiones macro esperan que el producto interior bruto (PIB) del país crezca un 2,4% este ejercicio, tres décimas más que el 2,1% que las ministras de Economía y Hacienda esperaban en abril, y un 2% el próximo, cuatro décimas menos que el 2,4% que esperaba hace seis meses.

El conflicto ha provocado "una ola de pánico" en los mercados

"La escalada de las tensiones ha generado una ola de pánico en los mercados financieros en la apertura del lunes. El barril de crudo estadounidense cotizó por encima de los 87 dólares por barril, ya que los temores a una posible represalia contra Irán amenazan el paso de los buques que transportan petróleo a través del Estrecho de Ormuz y cambian la retórica del mercado de una potencial desaceleración de la demanda mundial de petróleo a una oferta mundial ajustada", afirmaba el pasado lunes Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank.

Nadie sabe si (la guerra) arrastrará a Líbano e Irán, algo que supondría un impacto más duradero en la economía mundial"

"El panorama sigue siendo gris y sin visos de mejora. Estrenamos mes añadiendo un nuevo problema sociopolítico, una guerra que nos ha cogido por sorpresa y que aún nadie sabe si arrastrará, tras Hamas e Israel a Líbano e Irán, algo que supondría sin duda un impacto potencialmente más duradero sobre la economía mundial. Si descendemos a nuestros asuntos más cercanos, la ya conocida mala situación de la industria continua y se enquista, siendo cada vez más generaliza en todos los sectores y en todos los países europeos, incluido el nuestro. Y la pertinaz crisis energética sigue su curso con mercados volátiles e inciertos que no terminan de darnos tregua", apunta la asociación Gas Industrial, que representa a los consumidores industriales de gas.

Este lunes, varios analistas se mostraban preocupados sobre todo con respecto a los precios del petróleo. El análisis del gestor de activos estadounidense T. Rowe Price destaca que el principal riesgo para la economía mundial son "los mercados del petróleo, sobre todo si el conflicto se extiende a otras partes de la región". "El encarecimiento del petróleo afectaría al poder adquisitivo de los consumidores y podría alimentar la inflación, lo que complicaría las decisiones de los bancos centrales que habían previsto ralentizar o suspender las medidas de endurecimiento monetario", advierte también.

El mismo análisis advierte de que, aunque el riesgo directo para el mercado del petróleo puede no parecer tan grave puesto que Israel produce "una cantidad insignificante del suministro mundial de petróleo", sí existe un riesgo para el mercado del petróleo desde el punto de vista de la oferta: que Irán pueda verse implicado en la guerra, algo "que daría lugar a un refuerzo agresivo de las sanciones a las exportaciones de petróleo iraní".

"Esto podría empujar los precios al alza, sobre todo teniendo en cuenta que el mercado ya está tenso. También somos conscientes de que el conflicto podría afectar a los precios del gas natural a corto plazo. Israel ha manifestado su intención de cerrar los yacimientos de gas natural y, dado que el país se abastece de aproximadamente el 1,5% del suministro mundial, la reducción podría repercutir en los mercados de fuera de la región. Las presiones sobre los precios podrían repercutir en los precios del gasóleo y los fertilizantes, que vigilaremos de cerca en el próximo periodo".