Telefónica va a acometer una nueva reestructuración en su plantilla en la que se prevé que hasta 3.000 personas abandonen la operadora. El nuevo escenario en el sector en el que los números cada año cuadran menos a consecuencia de lo ajustado que está el mercado y los costes de la inflación ha derivado en que la mayor empresa de telecomunicaciones de España negocie en estos momentos un expediente de regulación de empleo (ERE) con los sindicatos. 

Este plan diseñado por el departamento financiero de Telefónica se lleva preparando desde hace meses y fue presentado a los sindicatos recientemente. Como cualquier tipo de ajuste laboral de una empresa está destinado a tener menos costes. Aunque las cifras aún no se han hecho públicas, fuentes cercanas a la empresa reconocen a este periódico que la dirección espera que la empresa pueda ahorrarse hasta 400 millones de euros. No obstante, este es el escenario ideal y que podría no cumplirse. Las mismas voces relatan que “lo normal” es que la operadora consiga ahorros de entre “los 200 y 300 millones de euros”.

Estas cifras, apuntan los informantes, son similares a las que la compañía consiguió ahorrar en el largo plazo con sus anteriores planes de salida. En las tres sociedades de la compañía, Telefónica Móviles, Telefónica Soluciones y Telefónica España, trabajan unas 16.000 personas. En los últimos diez años, el grupo ha reducido su plantilla en 11.300 empleos gracias a las bajas incentivadas.

El ERE, por tanto, será el primero que lleve a cabo la operadora de telecomunicaciones en una década. En la anterior ocasión, el proceso de despidos se alargó durante tres años y se cerró con una salida de hasta 6.830 empleados.

El coste de Telefónica en salarios ha ido descendiendo en los últimos años. Durante 2022, la filial en España gastó 196 millones de euros mientras que en el ejercicio fiscal inmediatamente anterior la operadora abonó a sus empleados un total de 212 millones de euros. Es de esperar, a su vez, que en este 2023 la cifra sea inferior a la de los últimos trimestres.

En cuanto al salario, el pago medio a los empleados ha menguado en casi 2.000 euros, motivado principalmente por el plan de bajas que ha llevado a cabo Telefónica en los últimos años, según consta en los resultados presentados ante la Comisión Nacional de Mercado de Valores.

1.000 millones de provisiones

Con todo, el mercado estima unas provisiones de 1.000 millones de euros por parte de la compañía para hacer frente al ERE. Un expediente que, según las fuentes consultadas, pagará completamente Telefónica, lo que hace pensar que incluirá a trabajadores mayores de 55 años, puesto que tras una enmienda -denominada de forma popular enmienda Telefónica- en la ley de Seguridad Social fijada tras el último plan de ajuste de estas características, las compañías que incluyan a empleados que superen esta edad deben realizar un acuerdo con el ente público para hacer frente al coste de las prestaciones por desempleo a las que tendrían derecho los profesionales que sean despedidos.

Así, esos 1.000 millones incluirían el coste de las indemnizaciones por despido, así como del pago que Telefónica deberá realizar al Tesoro Público para que no sea el Estado quien asuma el precio de los despidos de la teleco.

Las mismas voces señalan que el objetivo de la compañía es eliminar de la estructura perfiles directivos con salarios altos. Esto sería clave en la decisión que ha tomado Telefónica de elegir un ERE, en lugar de un plan de salidas incentivadas como venía realizando en los últimos ejercicios. Como contó este periódico, a través del ERE, como se trata de una extinción de contrato, la indemnización por despido no está sujeta al impuesto sobre la renta de las personas físicas hasta los primeros 180.000 euros. 

De esta forma, la teleco se aseguraría el interés de estos perfiles en abandonar la compañía con una indemnización que está favorecida fiscalmente. Esto es importante porque Telefónica busca que, pese a tratarse de un ERE, en el que puede forzar los despidos que estime necesarios, las salidas sean voluntarias, algo que fuentes sindicales confirman a El Independiente. También desde los sindicatos apuntan a motivos fiscales como causa de ese cambio de PSI a ERE por parte de la empresa.

En el ahorro que calcula la compañía, a falta que negocie con los sindicatos, podrían incluirse las aportaciones a los planes de pensiones y la protección del seguro médico, dos ventajas que sí han conservado los empleados que han dejado la compañía a través de un PSI. No obstante, desde UGT matizan que esto no está confirmado y que habrá que esperar a las conversaciones que empezarán la próxima semana.

La operadora y los sindicatos han de sentarse en la mesa y durante los próximos meses deberán dibujar el nuevo plan de salidas. Antes de que se establezcan los parámetros concretos para que los trabajadores busquen la salida de la operadora, las diversas organizaciones de los empleados han sostenido que para poder ejecutar el ERE ha de estar dentro del convenio colectivo que debe ser aprobado en semanas.