España es diferente. Es una frase que siempre se dice o que por lo menos está instalada en el ideario popular como justificación de cualquier acto de los españoles. En uno de los ámbitos que esta frase estaría bien dicha es en el del ahorro. Los hogares españoles ahorran menos que los europeos y lo hacen por una cuestión cultural. El consumo, la confianza en la red familiar y en el estado de bienestar son los tres factores que provocan esta brecha en el ahorro.

Esta es una de las conclusiones del estudio Finanzas de los hogares 2000-2022. Se amplía la brecha generacional de la Fundación Afi Emilio Ontiveros. Los hogares españoles definen una propensión al ahorro sistemáticamente inferior a la de sus homólogos europeos. Además, esa menor tasa de ahorro (porcentaje de la renta disponible dedicada al ahorro) muestra una volatilidad y sensibilidad más acusada.

El último dato disponible con el que cuenta el estudio es del Banco de España, que muestra que la tasa de ahorro de los españoles era del 9,04% en España frente al de la media del 14% de la zona euro. Llama más la atención la diferencia con Alemania, donde la tasa de ahorro supera el 20% y con Francia, con una tasa del 17,43%. Sin embargo, la tasa de ahorro de los hogares italianos es menor que la española, ya que el último dato disponible apunta al 7,36%. 

El estudio de la Fundación apunta que la brecha entre la tasa de ahorro de los hogares españoles y la media ponderada de la eurozona se mueve en un amplio rango que nunca baja de tres puntos porcentuales. En algunos momentos, puede llegar a ser más del doble en algunos momentos, como en el principio de la crisis financiera en 2007, o también en el más reciente 2022 una vez superados los efectos de la pandemia.

La brecha se debe a que la tasa de ahorro en España tiene una menor tasa estructural y una mayor vulnerabilidad. Dos puntos que tal y como apuntan en el informe no son casuales. “En la práctica se autoalimentan mutuamente, recogiendo factores históricos y culturales de carácter  agregado, pero también unos niveles de renta inferiores a los de los tres países de referencia, así como una mayor sensibilidad del PIB y del empleo a las diferentes condiciones del ciclo debido, entre otras cosa, a la estructura económica sectorial de nuestro país”, explican.

Pero ¿qué razones hay para que en España se ahorre menos? El estudio explica que en el país hay una mayor cultura de consumo, “donde se valora el disfrute del presente y la adquisición de bienes y servicios”. Este consumo va en detrimento de un menor enfoque en el ahorro a largo plazo, es decir, gastar ahora para disfrutar, en vez de pensar en el futuro. En la misma dirección operaría otro elemento muy presente en la cultura española, que es la confianza en redes de protección tanto familiares como asociadas al estado del bienestar, y muy especialmente en un sistema de pensiones públicas más generoso en términos relativos, que penaliza el ahorro previsional privado.

Evolución del ahorro de los hogares españoles

Durante la primera mitad de la década de los 2000, la tasa de ahorro de los hogares españoles se mantuvo estable en torno al 10% de la renta disponible, para reducirse hasta niveles del 5% en el periodo de excepcional expansión del consumo previo a la crisis financiera de 2008-2009. El estallido de esta crisis provocó una rápida retracción del consumo y un aumento de la propensión al ahorro, con los hogares acumulando una mayor parte de su renta como medida de precaución, dada la situación de creciente desempleo y desplome de los ingresos que tuvo lugar. 

A partir de 2011, la tasa de ahorro comenzó a disminuir y se mantuvo en torno al 6-8% hasta 2019. Esto se debió en parte a la recuperación económica y al aumento del consumo de los hogares. Sin embargo, la incertidumbre y las propias limitaciones al consumo originadas por la pandemia de Covid-19 provocaron, de nuevo, una brusca nueva subida de la tasa de ahorro, que llegó a alcanzar niveles excepcionales del 20% en 2020. Este excepcional incremento se ha revertido rápidamente una vez superada la situación pandémica, devolviendo la tasa a sus niveles previos. 

En definitiva, el comportamiento histórico de la tasa media de ahorro sobre la renta disponible de los hogares españoles permite visualizar su extraordinaria sensibilidad a cambios en las condiciones cíclicas y/o singulares de la economía (gran volatilidad): se dispara multiplicándose hasta casi por dos en momentos recesivos, o incluso puntualmente por tres en situaciones de incertidumbre extrema como durante la pandemia Covid-19. En periodos de mayor certidumbre tiende, por el contrario, a reducirse. 

En contraste con el resto de los grandes países de la eurozona, la tasa de ahorro de los hogares españoles ha venido siendo de manera sistemática más baja, como ya se ha señalado. Desde luego frente al caso alemán, que en el mismo periodo partía de tasas del entorno del 16% a principios de los 2000 y que de manera progresiva ha mostrado un crecimiento continuo hasta tasas del entorno del 20% (superiores temporalmente durante el periodo de pandemia). 

Francia, por su parte, muestra un comportamiento bastante estable en niveles cercanos al 15%. Italia, con un perfil más cercano al de España, define también niveles superiores, aunque con una caída desde el 15% en los años previos a la crisis financiera hasta niveles del 10% en los que se ha estabilizado una vez superada aquella. Si atendemos finalmente al conjunto de la eurozona, ésta muestra globalmente una tasa de ahorro dentro del rango 12%-14% (con excepción del anómalo periodo pandémico) que prácticamente dobla la que vienen definiendo los hogares españoles desde la crisis financiera.