Argentina ha comenzado un nuevo ciclo político con la elección de Javier Milei como presidente de la república. El pasado martes, su ministro de Economía, Luis Caputo, anunció las nuevas medidas económicas, entre las que destaca la devaluación del peso argentino en un 50% fijando el dólar en 800 pesos de los 400 anteriores. Esta devaluación de la divisa nacional perjudicará a las empresas españolas con presencia en el país como Telefónica, DIA y la banca española. 

Fuentes empresariales han señalado que las cuentas de DIA se verán afectadas con una devaluación de la moneda “tan grande”. Esta situación ya se había reflejado en las cuentas de su último trimestre. En total, las ventas netas de DIA cayeron un 3,7% en este tercer trimestre, alcanzando los 1.626,6 millones de euros. Según el grupo, el retroceso se debe fundamentalmente a la devaluación del peso en Argentina y ha estado parcialmente compensado por el sólido desempeño de España. 

BBVA es otra de las compañías con gran presencia en el país. Fuentes de la entidad apuntan a que la devaluación del peso afectará en la medida en la que los resultados locales están denominados en pesos argentinos y se convierten a euros al tipo de cambio oficial al consolidarlos en el grupo. El tipo de cambio que vienen aplicando a los resultados es de final de periodo al tratarse de una economía hiperinflacionaria, al igual que se hace con el balance. Una situación que no es nueva, ya que es así desde que se aplica contabilidad por hiperinflación.

En este sentido es lo que ocurre también con la contabilidad de Telefónica. Según fuentes cercanas a la compañía, de acuerdo con las normas contables internacionales, los resultados de Argentina se consolidan con el tipo de cambio de cierre del periodo, siguiendo las normas internacionales de contabilidad para economías hiperinflacionarias. Sin embargo, matizan que “todavía es pronto para hacer valoraciones”. 

Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofín, explica que las medidas pueden ser interesantes a medio y largo plazo, pero “tienen sus riesgos a corto plazo”. Y añade que uno de los problemas que tiene Argentina a la hora de poner en marcha este tipo de medidas es la falta de credibilidad y el objetivo que tiene “es ir cumpliendo los contratos para recuperar esa credibilidad”. El director de Eurocofin explica también que la devaluación puede ayudar a recuperar la competitividad, porque facilita las exportaciones. 

Por su parte, Javier de la Nava, profesor de Economía Internacional del CEF-Udima, señala que la devaluación de la moneda nacional en un 50% tiene una repercusión inmediata sobre las inversiones extranjeras, entre ellas las españolas, porque “tienen una menor valoración y van a afectar a los balances de las distintas cuentas”. Pero llama a la prudencia porque “hay que ver cómo va evolucionando”. 

Otra de las medidas anunciadas el pasado martes fue el fin de las obras públicas, es decir, el Estado nacional no va a licitar obra pública nueva y va a cancelar aquellas que no hayan comenzado. De la Nava explica que las infraestructuras van a caer en manos del sector privado. Antoni Cunyat, profesor colaborador de los estudios de economía y empresa de la UOC, apunta que no es una buena noticia para empresas españolas que tengan presencia de obras públicas en Argentina. Pero añade que si las empresas españolas están en ese país es porque les sale bien el negocio. “Todo lo que sean medidas que puedan contribuir o ayudar a la estabilización de un país son positivas, pero a corto plazo son medidas que van a tener un impacto negativo para los bolsillos de los argentinos”.

Los tres profesores coinciden en que habrá que esperar a las nuevas medidas, porque lo “positivo” es que no ha puesto en marcha en el primer momento todas las propuestas de la campaña electoral como la dolarización de la economía, algo que hubiera afectado mucho, ya que no tienen tantas reservas, o la imposición de un régimen bancario. 

En este aspecto, la Asociación Bancaria, el sindicato en el que están organizados los trabajadores de las entidades bancarias que operan en Argentina, ha lamentado que las primeras medidas anunciadas el pasado martes por el nuevo Gobierno de Argentina son "de una violencia inusitada" hacia la clase trabajadora y suponen un ajuste económico "salvaje". Antoni Cunyat asegura que estas medidas no afectarán tanto a las empresas como al tejido social, en especial a las clases más desfavorecidas. De la Nava se muestra de acuerdo en este punto, ya que augura un incremento de la incertidumbre social. Ante todo esto, el profesor del CEF-Udima señala que hay que ver cómo funciona: “La situación económica argentina requería de medidas drásticas y el problema es el coste”. 

Además, al imponerse un incremento de los impuestos sobre las exportaciones la repercusión para las empresas va a ser grande. “No es la mejor situación para las inversiones extranjeras”. Cunyat explica que es un paso positivo, sobre todo, porque el FMI, que es su principal acreedor, le ha dado el visto bueno “pero tiene que ir más allá”. Considera que hay que hacer una reforma de los mercados. “Es un primer paso pero si se queda ahí no servirá de nada”.