Reino Unido se convirtió en el destino de muchos jóvenes españoles durante la crisis financiera. En el país era más sencillo encontrar un trabajo, estaba mejor pagado y permitía mejorar el inglés. Sin embargo, su salida de la Unión Europea ha modificado los requisitos de los europeos que se quieren mudar allí a trabajar. “Ya no vale con un trabajo como camarero, que era más fácil de conseguir. Ahora, necesitas un empleador que esté dispuesto a hacerse cargo de tu visado”, explica Julia (nombre ficticio), una española que intentó trabajar como profesora allí pero que acabó en Irlanda ante la dificultad del proceso.

Después de una votación que dividió al país y a las generaciones que conviven en él y de negociaciones muy duras entre el gobierno británico y la Unión Europea, Reino Unido dejó de ser un país miembro de la Unión el 31 de enero de 2020 a medianoche. Esta semana se cumplen cuatro años desde la salida y la administración británica tiene todavía pendientes de resolver 5.760 solicitudes de asentamiento en el país de ciudadanos españoles, según datos del gobierno británico actualizados hasta septiembre del pasado año.

Para entender lo que ha cambiado, hay que remontarse a 2019. En ese año se puso en marcha el EU Settlement Scheme (EUSS), un programa para garantizar la residencia en Reino Unido para aquellos ciudadanos de la UE que estuvieran residiendo en el país antes del 31 de diciembre de 2020. Con el EUSS, los europeos podían solicitar un estatus de preasentado (pre-settled status) si llevaban menos de cinco años residiendo en Reino Unido o el estatus de asentado (settled status) si habían residido durante los cinco años anteriores a la solicitud de forma ininterrumpida en el país.

Fue un trámite sencillo tanto para Marina Petrus como para Edita Carrasco, ambas de nacionalidad española y residentes en Reino Unido. Petrus llegó a Londres en 2015, un año antes de la votación del Brexit y comenta que solo tuvo que solicitar el pre-settled status. “La página del gobierno británico era muy clara y de mucha ayuda”, explica en declaraciones a este periódico. Edita se mudó sobre la bocina, en 2020 y consiguió su estatus de pre-asentado en unas 48 horas.

Ellas, igual que el resto de españoles que solicitó ese estatus de inmigración antes del 30 de junio de 2021 con los que ha hablado El Independiente no han visto cambiar su vida allí de forma sustancial, entraremos en detalles más adelante. Pero ese mismo año, el 1 de enero de 2021 entró en vigor un nuevo sistema migratorio. Este nuevo sistema supone que los ciudadanos que deseen entrar en Reino Unido para estudiar, trabajar o residir deben tramitar, con carácter previo, un visado.

En la actualidad, hay dos tipos de visados de trabajo para desarrollar una carrera laboral en Reino Unido siendo ciudadano de la Unión Europea. Por una vía van los profesionales sanitarios: médicos, enfermeros, auxiliares…; y por el otro, van el resto de trabajadores. Para los segundos, antes de entrar al país, es necesario encontrar un trabajo cuyo empleador esté dispuesto a esponsorizar, a pagar, en definitiva, el coste de ese visado. También es obligatorio tener un salario que supere las 26.200 libras esterlinas anuales (unos 30.000 euros) o 20.960 en algunos casos concretos (24.500 euros). 

Además, es necesario un nivel de inglés alto y que la oferta de empleo sea en uno de los puestos que el gobierno británico considera como aptos para ese visado. En el listado de los puestos considerados aptos aparecen ingenieros, consejeros delegados, forenses, psicólogos, analistas de datos o profesores y maestros. El listado completo se puede consultar aquí.

Aquí comienzan los problemas para personas como Julia, que atiende a este periódico desde Irlanda, su plan B, después de que su visado fuese rechazado. Ella consiguió un empleo como maestra en un colegio bilingüe en Inglaterra. Después de superar el proceso de selección, la institución para la que iba a trabajar le asignó un abogado que le ayudaría con toda la burocracia migratoria. Pero tras presentar la documentación y examinarse del nivel de inglés y lograr la nota que le exigían, su visado fue denegado.

“Si te deniegan el visado, te devuelven una parte de lo que pagas, pero no todo”

“Quizá fue un problema con el examen o quizá tardamos demasiado en presentar la documentación, pero el caso es que me denegaron el visado”, relata Julia. Además del tiempo que destinó a preparar su llegada a Reino Unido, esto supuso un coste que no pudo recuperar al completo. “Si te deniegan el visado, te devuelven una parte de lo que pagas, pero no todo”, añade.

Demostrar la residencia

Edita afirma que en su día a día, el brexit no le afecta, pero “si te pones a pensar un poco más, sí que hay cosas, como el hecho de poder demostrar la residencia”. “No tengo una tarjeta que diga que soy residente de este país. Mi pasaporte dice que no soy de aquí y yo no tengo nada más que diga que vivo aquí y que soy residente. Esto nos pasa a todos los europeos, en España, por ejemplo tendrías un NIE si eres extranjero, pero aquí no hay nada físico que demuestre que soy residente”, critica. 

Esta situación, junto con la cantidad de solicitudes entre el estatus de preasentado y asentado que el gobierno británico tiene que resolver, ha provocado situaciones como las expulsiones de españoles que volvían a Reino Unido desde España y que no podían demostrar su situación ante los controles de inmigración.

La Justicia británica ha exigido al Ejecutivo que termine con el proceso que mantiene a miles de ciudadanos europeos en el limbo. Y es que, una vez se cumple el plazo del estatus de preasentado y aun cumpliendo los requisitos, los ciudadanos de la UE tienen que solicitar el estatus de asentado y la resolución de estos casos se prolonga durante meses. Sin embargo, pese al fallo judicial, no hay un nuevo sistema que permita acelerar esta situación.

Cambiar de empleo

El estatus migratorio no es solo necesario para entrar al país. Edita Carrasco señala que si quieres postularte para un nuevo puesto de trabajo es necesario demostrar que puedes residir y trabajar en el país. Para hacerlo, “tienes que crear un link que tiene una validez de 15 días. ¿Qué pasa si el reclutador abre tu solicitud pasados esos 15 días? Que tienes que volver a enviar ese código. No hay ninguna otra prueba ni ningún documento físico que acredite mi estatus”, describe.

La situación en el ámbito laboral no tiene visos de flexibilizarse. De hecho, hace solo unas semanas, el ministerio de interior de Reino Unido anunció una subida del salario mínimo con el que los trabajadores inmigrantes podrán acceder a un puesto en el país. El incremento será de las 26.200 a las 29.000 libras en primavera de este año. En unos meses subirá a las 34.000 libras para, finalmente, escalar hasta las 38.000.