El campo español está en pie de guerra. Los agricultores reclaman precios justos para sus productos y una menor carga burocrática por parte de Bruselas. La situación ha llevado a miles de tractores a colapsar decenas de carreteras. Pero, ¿cómo ha cambiado el sector en las últimas décadas? A grandes rasgos, las explotaciones disminuyen en número pero crecen en tamaño. Las que se explotan en régimen de arrendamiento comen terreno a las que lo hacen en términos de propiedad. Y hay una clara falta de relevo generacional.

El último censo agrario realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) corresponde al año 2020. Pero un análisis más profundo del Ministerio de Agricultura publicado en 2023 da algunas claves de cómo se han transformado las tierras de cultivo y quienes las gestionan. Por ejemplo, pone de manifiesto que "las explotaciones cuyo titular es una persona jurídica suponen en términos económicos el 40% del total de la agricultura española".

En la última década ha disminuido el número de explotaciones agrarias en un en 7,6%, alcanzando las 914.871 explotaciones. El cambio afecta de mayor manera a las explotaciones de menor dimensión. El informe recalca que gran parte de la Superficie Agraria Útil (SAU) la trabajan pocas explotaciones. "Sólo el 9% de las explotaciones más grandes económicamente, con valores de PET por encima de los 100.000€, absorben casi la mitad de SAU en España", explica.

Además, se cultivan en España 12,4 millones de hectáreas en régimen de propiedad (un 52% de la SAU total), mientras que en régimen de arrendamiento están 8,9 millones de hectáreas (37% del total). Según el estudio, ha habido un cambio de tendencia a favor del arrendamiento en los últimos diez años. En el Censo anterior de 2009 el peso relativo de estos regímenes era del 61% para la propiedad y del 32% para el arrendamiento.

Según un reciente informe de CaixaBank Research, "el sector agrícola español se caracteriza por una elevada presencia de explotaciones pequeñas: más de la mitad tienen 5 hectáreas o menos". "La producción media es de unos 49.600 euros anuales por explotación, aunque el 63% produce menos de 15.000 euros al año", indica.

Además, el citado estudio recuerda que "el número de explotaciones agrícolas en España se ha reducido de forma sustancial a lo largo de las últimas tres décadas". De los casi 1,6 millones de explotaciones en 1989 el sector cuenta actualmente con 914.871 (–42,6%). Eso sí, el cambio ha ido acompañado de un fuerte crecimiento de más del 80% de la producción y de las exportaciones agroalimentarias en términos reales, lo que indica una mejora de la productividad.

Las explotaciones más pequeñas es mucho más habitual que estén en régimen de propiedad y este modo aumenta conforme se eleva la edad del jefe de la explotación. El arrendamiento predomina entre los de menor edad. De hecho, más de la mitad de los jefes de explotación jóvenes trabajan en tierras arrendadas. Precisamente, el informe pone el foco en la falta de relevo generacional.

La población agraria envejece en todos los territorios, aunque en algunas comunidades como Asturias o Cantabria la situación es algo menos acusada. En la segunda, los jóvenes duplican la media nacional (16%) mientras que los mayores de 65 años son el 21% del total de agricultores. Por contra, en la Comunidad Valenciana, Galicia, Comunidad de Madrid y Baleares cerca de la mitad de los jefes de explotación son mayores de 65 años.

A nivel global, el estudio revela que el 41% de los agricultores tienen más de 65 años mientras que sólo el 8% tiene menos de 40 años. Los más mayores se concentran en explotaciones más pequeñas y de menos dimensión económica, mientras que los más jóvenes tienen más presencia a medida que aumenta el tamaño económico de las explotaciones. Las explotaciones de mayor dimensión se encuentran en Castilla y León y Aragón que duplican la media nacional. Las de menores dimensiones medias se encuentran en Canarias, Comunidad Valenciana y Galicia.

Por tipos de explotación, las que muestran una mejor disposición al relevo generacional son las ganaderas de aves, bovino (carne y cría) y granívoros. Además, la horticultura en invernadero con un 20,5% de menores de 40 años es la que tiene más jóvenes dirigiendo una explotación. El gran agujero negro que amenaza los próximos años se encuentra en las de cultivos
permanentes (frutales, olivar, cultivos leñosos diversos). Casi la mitad de las explotaciones están dirigidas por agricultores de 65 años o más.

Las mujeres suponen el 29% del total de los jefes de explotación. Según el estudio, aunque el número de explotaciones en España disminuyó un 8% en la última década, las dirigidas por mujeres aumentaron un 22%, mientras las dirigidas por hombres se redujeron en un 16%. Por regiones, predominan en el norte, donde hay mayor peso ganadero. En Galicia y Asturias las mujeres que son jefas de explotación casi igualan a los hombres. "Optan con mayor frecuencia por dirigir explotaciones de bovino, tanto de aptitud cárnica como lechera", detalla el informe.

Más mujeres y mejor formación

En cuanto a la formación de los agricultores, los datos reflejan una mejora desde 2009. Si bien es verdad que tres de cada cuatro explotaciones agrarias (76%) siguen teniendo un jefe de explotación con una formación agraria basada exclusivamente en la experiencia práctica. Suele dirigir explotaciones con menores dimensiones físicas y económicas. Eso sí, más de la mitad de los jóvenes agricultores poseen un nivel de formación superior al exclusivamente práctico.

El análisis del Ministerio revela también que se ha incrementado la disminución de la fuerza de trabajo agrario en España. Tiene especial incidencia en la mano de obra familiar, que se reduce a la mitad en una década. La mano de obra 'permanente' se mantiene en las explotaciones, pero con más asalariados fijos (+63%) y menos mano de obra de familiares del titular (-50%).

Por otro lado, el estudio revela que las explotaciones de frutales, las dedicadas a cultivos herbáceos, el olivar y la vitivinicultura generan el 53% del volumen de trabajo de la agricultura española. Además, se pone de manifiesto que las explotaciones en regadío son más intensivas en mano de obra y donde más peso tiene la temporalidad con motivo de la recogida manual de la cosecha en frutas y hortalizas. Según el informe de CaixaBank, olivares, frutales y cítricos, y cereales y leguminosas son los que copan la mayor parte de las explotaciones en el sector agrícola español.