España busca alternativas para no depender de la energía no renovable. OMIE, el operador del sistema eléctrico lleva desarrollando un proyecto piloto para ofertar energía a través de baterías de almacenamiento. Esta tecnología se antojará indispensable para poder sustentar la demanda cuando desaparezcan las centrales nucleares o los ciclos combinados, tal y como pretenden los gobiernos europeos.

Dicho test va de la mano de Iberdrola. La empresa dirigida por Ignacio Sánchez Galán es la única que está dada de alta para ofrecer electricidad a través de los almacenadores, que guardan dentro energía que provienen de las renovables. De momento, como explican fuentes del sector energético, “se trata de un test pequeño” y que “apenas tiene importancia para el mercado español”. Según datos de la propia OMIE, la compra y venta de electricidad de la batería apenas genera unos 5Mwh.

De acuerdo a la información del propio operador, las baterías propiedad de Iberdrola el pasado 4 de febrero ofertó al sistema eléctrico 5,10 Mwh a las 21 horas. Las fuentes consultadas remarcan que “es prácticamente insignificante para las cifras” que se manejan en un país como España, si bien apuntan que “es el primer paso para poder tomarse en serio esta tecnología”.

Para comprobar la poca relevancia que por ahora tiene el almacenamiento en el spot eléctrico basta con comparar la cantidad ofertada por el resto de tecnologías el mismo día y la misma hora que las baterías estuvieron operando. Por ejemplo, el ciclo combinado (gas) generó un total de 779 Mwh; la cogeneración con residuos alcanzó los 4.236 Mwh y la hidráulica consiguió dar al sistema hasta 7.079 Mwh.

A pesar de que la cantidad de electricidad ofrecida al sistema eléctrico español es muy pequeña, Carlos Martín, responsable de operaciones de Enerjoin, califica el paso dado por Iberdrola y por OMIE como de “muy buena noticia”. “El sector eléctrico se está preparando para permitir que grandes baterías de almacenamiento ofrezca la posibilidad de comprar y vender electricidad”, relata en conversación con este periódico.

Estas pruebas, explica el experto, “servirán para que en un futuro pueda ser un ente propio al igual que lo son la nuclear, el gas o las renovables y así poder comprar y vender electricidad”.

Iberdrola, en todo caso, no es la única compañía eléctrica que está desarrollando proyectos con grandes baterías para poder estar presentes en el sistema. Según apuntan fuentes energéticas ya existen pruebas pilotos de las principales empresas del Ibex 35 con negocio en la energía. No obstante, la sociedad dirigida por Sánchez Galán es la única que tiene la licencia para operar.

El resto de compañías, tal y como explican las fuentes consultadas, están probando y desarrollando proyectos privados para dar cobertura energética a grandes empresas que requieren de mucha electricidad para desarrollar su actividad. La industria es el sector que más está probando la fiabilidad de las baterías que permiten almacenar una cantidad eléctrica considerable.

¿Llegará pronto?

Es la gran pregunta del millón. Pero, a día de hoy, parece complicado que las baterías de almacenamiento sean una realidad en un futuro a corto plazo. Por ahora dichos dispositivos no pueden guardar una cantidad aceptable de electricidad. Y a la vista está con los datos extraídos de OMIE.

A día de hoy el 50% del mix energético en España, se lleva mal con la intermitencia de las fuentes de generación que están detrás, fundamentalmente el sol y el viento. Esto dificulta su gestión cuando se produce más de lo que consume. Esto quiere decir que en muchas ocasiones las renovables se ven en la obligación de ‘tirar’ electricidad puesto que no existe la demanda suficiente. Y ahí es donde deben aparecer las baterías almacenadoras.

“Mientras la demanda cae, la capacidad solar en España crece rápidamente, con un pico de producción diaria de un sorprendente 48% en el último año. Esto está dando como resultado que la energía solar canibalice su propio precio de captura (el precio promedio alcanzado por la electricidad producida) a medida que aumenta la capacidad de generación”, explica la consultora Wood Mackenzie en un reciente estudio.

España y el resto de Europa continúan investigando y desarrollando baterías cada vez mejores y más capaces de absorber electricidad para luego regar al sistema o a una empresa de dicha energía almacenada.

¿Bajará el precio?

Con una nueva tecnología en desarrollo es conveniente preguntarse si las baterías podrán traer al mercado eléctrico alegrías en forma de reducción de precios. A pesar de que es pronto para saberlo, las diversas fuentes consultadas por este periódico ven “difícil” que esto pueda suceder.

¿Por qué? Porque las empresas dueñas de las baterías querrán rentabilizar sus inversiones. “Lo lógico es que las compañías oferten en el spot la electricidad almacenadas en las franjas horarias más caras del día”, arguyen. La táctica utilizada por las empresas poseedoras de dichas almacenadoras puede ser similar a la que hacen con la tecnología hidráulica. “Todo hace indicar que almacenar la energía será barato por lo que saldrá al spot en momentos de picos de precios para que la operación sea satisfactoria”, relatan las fuentes del sector.

No obstante, las mismas voces explican que “es normal” que las compañías opten por esta fórmula. El argumento es que las baterías que almacenan electricidad “son muy caras” y tendrán unos 5.000 ciclos de vaciado y llenado de vida por lo que la “rentabilidad por cada vez que aparezcan en el mercado debe ser alta”.