El Gobierno ha decidido tumbar la Oferta Pública de Adquisición (OPA) presentada por el grupo húngaro Magyar Vagon para hacerse con el 100% de Talgo. La Junta de Inversiones Extranjeras del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa habría aludido a razones de "seguridad nacional", según ha publicado el diario El Correo, para vetar la adquisición del fabricante vasco ferroviario. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha suspendido cautelarmente la cotización de la empresa.
La OPA nunca ha sido del agrado de Moncloa, que incluso ha tratado durante los últimos meses de impulsar una contraoferta que evitase que Talgo quedase en manos húngaras. El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, avanzó el pasado mes de marzo que el Ejecutivo estaba dispuesto a hacer "todo lo posible" para que la operación corporativa que sí tiene el visto bueno de los accionistas mayoritarios de la empresa.
El Gobierno ha deslizado posibles vínculos de la empresa húngara con el gobierno ruso de Vladimir Putin y con la extrema derecha del gobierno de Viktor Orban. Precisamente, el consorcio empresarial húngaro que quería hacerse con Talgo a 5 euros por acción (casi 620 millones de euros), está participado en un 45% por el fondo estatal Corvinus.
A lo largo de los últimos meses, la oferta estaba siendo sometida a examen por este organismo de Economía que evalúa las compras de empresas españolas por parte de grupos extranjeros en base a la norma aprobada por el Gobierno durante la pandemia para evitar ofertas a derribo por parte de grupos foráneos para hacerse con empresas españolas.
La Junta de Inversiones Extranjeras habría aludido ahora a razones de seguridad nacional. El titular de Transportes ya había deslizado el carácter "estratégico" del fabricante vasco, que cuenta con una tecnología de ancho variable que permite que sus trenes rueden por diferentes anchos de vía, lo que puede afectar a la movilidad militar de otros países europeos como los de la región báltica.
"Se ha abordado en el Consejo de Ministros, pero es una empresa cotizada y la comunicación se tiene que hacer cuando cierren los mercados por los cauces y canales adecuados", se ha limitado a decir la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, en rueda de prensa.
Moncloa tampoco se fiaba de la capacidad industrial de las fábricas que ofrecía el consorcio húngaro para que el fabricante vasco pudiese dar salida a su abultada cartera de pedidos, algo que ha provocado retrasos en las entregas de material encargado a la empresa por la propia Renfe, como los trenes de la serie 106.
A raíz de esto y de las reiteradas averías que registran los modelos de alta velocidad entregados con dos años de retraso, Transportes anunció su intención de pedir compensaciones económicas millonarias al fabricante vasco.
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