La agencia de noticias Euronews dedicaba hace unos meses un reportaje a un fenómeno que ha generado titulares en diferentes países de Europa. "Los retrasos y cancelaciones se han convertido en la norma para los pasajeros de tren en España", apuntaba el artículo, que se iniciaba con una referencia al enésimo retraso de una hora y 45 minutos que había sufrido una pasajera como consecuencia de un fallo técnico de Rodalies, una red de trenes de cercanías que cuenta con más de 450 kilómetros en Cataluña y en la que la normalidad es un concepto casi desconocido.

El turista europeo que se apee en la estación de Chamartín comprobará que, al salir del tren de alta velocidad deberá subir y bajar dos veces unas escaleras, entre paredes cubiertas con telas aislantes y señales provisionales. Gajes del oficio. La remodelación de la estación -que costará más de 500 millones de euros- mejorará su capacidad y su funcionalidad, pero generará este tipo de inconvenientes hasta 2026. Es el plazo más optimista. Del proyecto que rodea al complejo comenzó a hablarse en la década de 1990, pero su ejecución no comenzó hasta mediados de 2022. Coincidió con la liberalización del transporte de pasajeros por las líneas de alta velocidad, lo cual generó un cuello de botella y los consiguientes problemas ferroviarios.

El titular de Transportes ha pasado dos meses apartado de la primera línea de gestión como consecuencia de su baja de paternidad. "Ahora estoy ocupado con Óscar Puente III, pero volveré", dijo a los pocos días (14 de mayo), al anunciar el nacimiento de su tercer hijo. Hace unos días anunciaba su "vuelta al tajo". En pleno estallido del caso Cerdán, ha entrado con un nuevo episodio caos ferroviario que reinó el pasado martes en la línea de alta velocidad que une Madrid y Sevilla.

Es el último episodio de un reguero de averías e incidencias que están dañando la imagen de la joya de la corona del ferrocarril español. Óscar Puente es el responsable de su gestión desde 2023, cuando fue nombrado ministro de Transportes, pero no se le puede atribuir la responsabilidad sobre la planificación de lo que iba a suceder en algunas estaciones, túneles y líneas férreas principales, dado que eso es consecuencia de la labor de gobiernos socialistas y populares; y del proceso de liberalización decidido en Bruselas.

En 2020, el porcentaje de puntualidad de Renfe era superior al 90%, pero el año pasado descendió hasta el 75%, según reconoció hace unos meses la compañía a Efe. Algo no funciona igual que antes, como ilustran las imágenes de viajeros parados durante horas en mitad de la nada o estaciones repletas de viajeros se repiten cada vez que se dan fallos técnicos. Un problema de tensión provocó que la línea inaugurada en 1992 sufriese un parón de 14 horas en la circulación con más de 90 trenes y más de 25.000 pasajeros afectados entre los tres operadores. Cientos de personas se agolpaban en las estaciones de Atocha (Madrid) y Santa Justa (Sevilla).

Todo, en plena cumbre de la ONU sobre desarrollo en la capital hispalense y en el arranque de las vacaciones de verano para muchos viajeros. Pese a ello, Puente guardó absoluto silencio sobre la materia en sus redes sociales, donde normalmente se apresura a dar explicaciones cuando ocurren episodios de este tipo. Sin ir más lejos, el pasado mes de mayo defendió la hipótesis del sabotaje como la razón de otra grave incidencia que se produjo exactamente en el mismo tramo, entre Yeles y La Sagra (Toledo).

Esta última teoría fue defendida esta semana por María Jesús Montero en un vídeo que se filtró unas horas después del enésimo caos ferroviario, en la que aparecía rodeada de varios miembros del Gobierno y de Sumar. De su boca salieron los términos "sabotaje" y también "Ouigo", es decir, un perfecto resumen de la política de comunicación del Gobierno con respecto a estos incidentes: frente a los hechos, se señala a un tercero.

La responsabilidad de Óscar Puente

Puente fue más discreto en esta ocasión. El titular del departamento del que depende la empresa pública Adif, que gestiona la infraestructura ferroviaria, se limitó a compartir una noticia de que "el Gobierno transfiere 40.000 viviendas de la Sareb para alquiler social". Una medida aprobada ese martes en el Consejo de Ministros del martes. El ministro suele ser activo en redes y beligerante con los críticos. En esta ocasión, optó por la callada por respuesta. Lo mismo que Luis Pedro Marco de la Peña, el alto cargo del Gobierno Vasco que situó como presidente de Adif para sustituir a Ángel Contreras, técnico de la casa que él mismo había nombrado tras llegar al ministerio y que destituyó en septiembre tras un 'verano caliente' en las vías.

Puente tampoco se pronunció un día después sobre el caos desatado en la Terminal 4 Satélite del aeropuerto de Barajas. El origen de la avería del acceso a las bases de datos policiales para el control de pasaportes producida en plena 'operación salida' de vacaciones recaía sobre el Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska. Pero dejaba de nuevo una imagen de caos en una infraestructura estratégica gestionada por la empresa semipública Aena, dependiente orgánicamente del ministerio de Puente. Los sindicatos policiales hablaban directamente de "saturación" en la programación de vuelos y una "falta de planificación" por parte de las autoridades aeroportuarias.

El 2025 arrancó marcado por un error informático en los nuevos trenes Avril de Renfe, encargados con Íñigo de la Serna (PP) al frente de la cartera de Fomento. La avería de los nuevos modelos de Talgo, que se sumaba a una larga lista desde su puesta en servicio, forzó a suspender la circulación en las líneas de Madrid con Galicia y Asturias, dejando 14.000 viajeros afectados.

La causa del último incidente

En la avería de esta semana, la investigación de Adif apunta a una rotura de la catenaria fruto de una sobredemanda de tensión por parte de varios trenes detenidos en un corto tramo. Un convoy de la operadora francesa Ouigo, a la que Montero acusó de falta de fiabilidad, se detuvo y provocó que el resto de composiciones que venían detrás tuviesen que parar también. Finalmente, el cable acabó partiéndose sobre un Avant de Renfe y se desató el caos.

En paralelo al robo de cable que Puente señaló como origen del caos el pasado mes de mayo, también se produjo otra rotura de la catenaria que acabó cayendo sobre un tren de Iryo, la operadora participada por la pública Trenitalia, Globalvia y los socios de Air Nostrum. Tanto el titular de Transportes como el presidente que nombró como sustituto de Raül Blanco al frente de la pública Renfe, Álvaro Fernández de Heredia, acusaron a la firma de ser la causante de la avería. Pero la compañía defendió que el informe de los técnicos del fabricante Hitachi concluía "de forma clara que tanto el pantógrafo y demás elementos del tren" estaban "en perfecto estado", por lo que no podía ser su responsabilidad.

La guerra con Ouigo

Ahora, el gestor de la infraestructura acometerá una actuación de urgencia para cambiar la ubicación de varios elementos de la catenaria considerados "altamente sensibles" en esa zona de La Sagra. La empresa quiere minimizar el riesgo de incidencias por falta de tensión, aunque defiende que la infraestructura estaba en buenas condiciones. Ouigo -a la que Puente amenazó con denunciar ante la Comisión Europea por su política de precios- salió al paso con un duro comunicado en el que pedía al Gobierno que no le atribuya la responsabilidad del incidente por una detención momentánea de un tren, para lo que debe estar preparada la infraestructura.

Puente mantiene una guerra abierta contra la firma de bajo coste Ouigo, cuya sociedad matriz es el operador francés SNCF. En el país galo gestiona no solo la operación sino también las infraestructuras y, en opinión del Gobierno, ha puesto numerosas trabas a la entrada de Renfe en ese mercado y, en concreto, en la línea hasta París.

"El mejor momento de su historia"

Las críticas al ministro por las averías se suceden. Hace solo un año, como consecuencia de otro cúmulo de fallos en la red, defendió ante el Congreso y el Senado que "el tren en España vive el mejor momento de su historia". Precisamente, muchos expertos del sector ven cómo el chorro inversor fruto de los fondos europeos y las prisas por ejecutar las obras antes de que termine 2026 han provocado una tormenta perfecta que coincide con la apertura de la red a la competencia.

El éxito de la liberalización en términos de demanda coincide con intervenciones de gran calado para la adecuación de estaciones al flujo actual de viajeros, que supera con mucho los cálculos más optimistas realizados antes de la apertura del mercado a los competidores de Renfe. El número de usuarios de alta velocidad se ha disparado desde los 22 millones que registraba en 2019 -antes de la pandemia- a los 39,5 millones con los que cerró 2024. Los expertos recuerdan que una avería que antes afectaba a un número limitado de viajeros, ahora se magnifica por el efecto en cadena.

Y mucho más debido a que la apuesta de Transportes pasa, a diferencia de otros países, por ejecutar las obras sin cortar el tráfico ferroviario en los tramos afectados. Ahora, el ministerio de Puente ha ralentizado sucesivamente el lanzamiento de la segunda fase de la liberalización para abrir nuevos corredores a la competencia. A los actuales se sumarán el de Madrid-Galicia, el de Madrid-Asturias/ Cantabria, y las líneas que conectan la capital con Cádiz y Huelva. Adif ha retrasado como mínimo hasta septiembre el inicio del proceso que estaba previsto abrir en el primer trimestre de este año.

4.000 incidencias de climatización de trenes en dos meses

Más allá de los problemas de la infraestructura, el material rodante también causa algunos episodios que levantan las críticas de los viajeros. Y eso a pesar de que el Gobierno ha hecho el mayor esfuerzo inversor en décadas para renovar las flotas de Cercanías y Media Distancia, con más de 500 unidades adquiridas a Stadler y Alstom. También para renovar la red convencional, casi abandonada durante años frente al impulso de la alta velocidad. Pero hay material rodante en servicio en el que se suceden las averías y los problemas de confort para los viajeros.

El sector Ferroviario de CCOO reclamaba hace unos días a la dirección del Grupo Renfe "una respuesta inmediata y contundente ante el colapso del sistema de climatización en los trenes de Cercanías, Media y Larga Distancia". Según sus cálculos, se han registrado más de 4.000 averías en apenas dos meses: 957 corresponden a la ausencia total de climatización y 3.215 a deficiencias parciales de la misma.

En plena ola de calor y a las puertas del pico de viajeros por el verano, el sindicato recalca que solo en el Mercado Sur de Servicios Comerciales se han registrado 1.186 fallos, "situando a la plantilla en una situación insostenible ante las quejas de la clientela". Además, denuncia que la causa principal del problema es la política de mantenimiento externalizado. El recurso a subcontratas se ha hecho práctica habitual en el gigante público que, eso sí, lanzó en febrero una Oferta de Empleo para 210 pues en la división de Ingeniería y Mantenimiento.

Pero el ferrocarril no es la única infraestructura que se enfrenta a un déficit en ese ámbito. El último informe de la Asociación Española de la Carretera (AEC) apunta a que más del 52% de las carreteras españolas presenta deterioros graves o muy graves. El origen del problema no está en Puente. Desde que en 2010 se aplicaron los recortes ministeriales, el déficit de inversión es evidente. Ahora bien, el Ministerio de Transportes es el encargado de gestionar las vías titularidad del Estado a través de licitaciones de la dirección General de Carreteras, algunos de cuyos contratos bajo el mandato del ex ministro José Luis Ábalos están en la lupa de la Justicia por el caso Cerdán.

La maldición del tren

Ahí llegó Puente en noviembre de 2023 después de perder la Alcaldía de Valladolid, pese a que el PSOE fue el partido más votado, por unos pocos cientos de papeletas. El principal debate sobre la campaña fue el del soterramiento del ferrocarril, que el PP y un partido oportunista conformado por un antiguo enemigo político de Puente -Cecilio Vadillo- supieron capitalizar. Unas semanas antes de los comicios, Puente fue preguntado por la posibilidad de que Vadillo le arrebatara los votos que necesitaba para continuar como alcalde y aseguró que no estaba entre los asuntos que le quitaban el sueño.

El AVE llegó a Valladolid en 2007, antes de que Puente fuera designado como jefe del PSOE municipal. Aquel hito tenía algo de simbólico. En esa ciudad siempre ha existido cierta superchería con el transporte desde que llegó el ferrocarril, en el siglo XIX, y enterró el sueño del Canal de Castilla, obra faraónica y costosísima -como el citado soterramiento, que Puente descartó- que quedó inutilizada.

Del AVE se dijo que llevaría actividad económica a la capital pucelana, pero desde su llegada ha perdido 16.000 habitantes. Dos de los que han 'emigrado' son Puente y Ana Redondo. Esta última, mano derecha en su día de Óscar López en las Cortes de Castilla y León, pero concejal del equipo de Puente durante su período al frente del Ayuntamiento. Mientras la designación de Puente como ministro se daba por hecha, tras tomar la palabra durante el intento fallido de investidura de Alberto Núñez Feijóo, la llegada de Redondo a Moncloa resultó más sorprendente, pero ilustró sobre la influencia de lo que algunos periodistas definieron como 'el clan de Valladolid'.

No hubo milagro en el AVE

En 2023, el adjetivo "milagro" para definir el desarrollo de la alta velocidad en España había comenzado a desterrarse. Especialmente, después de que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) publicara un concienzudo estudio en el que advertía de los peligros derivados del envejecimiento de la red; y de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) distribuyera multas millonarias entre diversos contratistas que habían conformado cárteles para repartirse las licitaciones relacionadas con el desarrollo de su infraestructura.

Lo que sucede es que, desde entonces, se han multiplicado los incidentes y se han revelado casos de presunta corrupción que han deteriorado la imagen del Ministerio de Transportes. Puente era señalado esta semana en una información de El Confidencial, en la que se afirmaba que su ministerio firmó una subvención directa al Gobierno de Navarra de 40 millones de euros para las obras del túnel de Belate -señalada dentro del 'caso Cerdán'-. El Ejecutivo de la también socialista María Chivite fue el que adjudicó esa obra a Acciona y Servinabar, la empresa bajo la lupa de la Justicia. Y, en su caso, de entregar a esas firmas la ayuda recibida del Estado.

En esta ocasión, Puente sí echó mano de sus redes sociales para remarcar que la decisión se adoptó por Real Decreto antes de su llegada al departamento. En concreto, bajo el mandato en 2023 de su predecesora Raquel Sánchez, nombrada presidenta de Paradores. En la la hotelera pública también encontró acomodo como secretario general Ricardo Mar Ruipérez, quien fue su jefe de Gabinete y del exministro José Luis Ábalos.

Mar Ruipérez ya pasó por el ministerio durante el zapaterismo como director adjunto del gabinete del también exministro José Blanco -hoy, consejero delegado de la lobbista Acento-. Ábalos le señaló hace dos semanas, en su comparecencia en el Tribunal Supremo, como la persona que le recomendó el nombramiento de Isabel Pardo de Vera como presidenta de Adif. No presentó ninguna prueba al respecto, pero la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha encontrado diferente documentación sobre los contactos de esta directiva (2018-2021) con Koldo García. O sea, el caso de corrupción ha salpicado al administrador ferroviario.

Puente no fue el responsable, pero no ha dudado en defender los intereses de su partido en este tiempo, en lugar de haber optado por un segundo plano. Cuando el empresario y presunto conseguidor Víctor de Aldama entregó al juez documentación sobre adjudicaciones presuntamente irregulares y las vinculó a la trama de Koldo García, Ábalos y Cerdán, el actual ministro de Transportes publicó una serie de mensajes en sus redes sociales en los que afirmó que Aldama no decía la verdad.

Hace más de un año, encargó una auditoría interna para determinar el alcance de la trama de las mascarillas sobre su departamento. El resultado presentado en pleno verano confirmó -en boca de las autoras- que desde Transportes se había actuado con discrecionalidad a la hora de adjudicar los contratos multimillonarios a una empresa participada por Aldama, como es Soluciones de Gestión. Tras esa auditoría, Puente ordenó el cese de dos altos cargos de su departamento imputados por el caso Koldo: el subsecretario de Estado, Jesús Manuel Gómez, y el jefe de personal de Adif, Michaux Miranda.

Puente ha sido uno de los ministros más activos dentro de la batalla que emprendió Moncloa hace más de un año contra lo que denomina "la máquina del fango". Eso parece afilar los titulares que le dedican cada vez que se produce un incidente ferroviario como el de esta semana; o cuando se analizan sucesos como el relativo a los casi dos meses que tardaron los equipos en retirar de la vía el tren que volcó en Madrid el pasado 19 de octubre.