"Somos oposición al peor Gobierno de la historia democrática de España en el peor momento posible". La moción "no importa nada" y "no vale para nada". Dos argumentos contrapuestos procedentes de dos partidos que, pese a ser socios en muchos territorios, han decidido poner sus espadas en alto y dar comienzo a una batalla por capitalizar no sólo al electorado de la derecha, sino también el protagonismo en la bancada de la oposición, que atesora el PP por una cuestión numérica pero "no gana en autoridad", según lamentan en Vox.

La moción de censura planteada en verano por Santiago Abascal estuvo condenada al fracaso desde el minuto cero. Pero el líder de Vox sabía que serviría para poner frente al espejo no sólo al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, sino también a Pablo Casado. Primero, le ofreció que fuese él quien la liderase. Ahora, le pide que la apoye. Pero el PP no ha hecho ninguna de las dos cosas, y se debate ahora entre abstención o el 'no', con más peso orgánico en la segunda opción.

Casado ha apostado por un giro estratégico que pasa por construir una alternativa al Gobierno de Sánchez sin ser equiparado con los que están situados justo a su derecha. Pero Abascal no se queda atrás: con la moción, Vox gana focos y tiempo mediático para, si no vencer, convencer, ganarle terreno al PP y, sobre todo, demostrar que hay alternativa en la derecha más allá de la "oposición contemplativa" que a su juicio ejerce Casado y los "infiltrados" de Ciudadanos. "El PP me recuerda a esas vacas que mugen mirando al Cantábrico", aseveraba horas antes del inicio del debate el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros.

En la formación aseguran que el presidente, Santiago Abascal, "sorprenderá" este miércoles con un programa alternativo plagado de propuestas "novedosas" y alejadas, en todo caso, de lo dictado hasta ahora desde las filas del PP, especialmente en el ámbito económico, un punto clave que explotarán para diferenciarse definitivamente de lo que hacen o proponen los populares más allá del tono más o menos bronco en el discurso político.

"Vamos hacia un descarrilamiento económico sin precedentes, en que el Gobierno más caro de la historia camina hacia una crisis de liquidez" de cara al próximo año. "El riesgo de impago" por parte del Ejecutivo podría traducirse en un mayor "empobrecimiento de la sociedad" y el objetivo de Vox, según rezan en sus filas, es "evitar el choque con el iceberg".

Y aunque las fuentes consultadas se resisten a desgranar las medidas concretas que enunciará este miércoles, una a una, el presidente del partido, sí afirman que "será muy diferente" a lo visto hasta ahora y que, en todo caso, "cambiará la idea equivocada que muchos tienen de Santiago Abascal y de Vox".

Más allá del terreno económico -en el que el partido podría atreverse con propuestas menos liberales para distanciarse definitivamente de su principal adversario político en las urnas-, Abascal tocará un amplio abanico de temas y de propuestas en las que, en otros momentos, "no hubiese podido profundizar". En otras palabras: la moción se convertirá en la puesta de largo oficial de Santiago Abascal como candidato y como "seria alternativa" al Gobierno con un programa consolidado que rivaliza al desplegado por Casado hasta el momento.

La moción se sostendrá sobre dos líneas de intervención. En la primera, la que realizará el diputado y candidato a las elecciones catalanas por Vox, Ignacio Garriga, se realizará un "análisis crítico" sobre los motivos que sostienen la moción de censura, que dividirá a su vez en cuatro bloques: sanidad, economía, justicia y política. Aunque indirectamente, se prevé que en esta última cuestión haya algún dardo envenenado dirigido hacia Pablo Casado por "esconder la cabeza bajo tierra" como "un avestruz", como declaró la secretaria general del grupo parlamentario de la formación, Macarena Olona, en una entrevista este martes.

En la segunda, Santiago Abascal pasará a exponer su propio programa alternativo de Gobierno. Aprovechará este marco para hacer hincapié no sólo en propuestas económicas "muy distintas", sino también en materia social y política nacional e internacional.

La moción de censura, cuya votación está prevista para el próximo jueves, contará únicamente con el voto a favor de los 52 diputados de Vox, el menor apoyo que ha cosechado una censura al Gobierno en la historia de la democracia. Está por ver el sentido del voto de los de Casado, entre cuyas filas existe una división patente entre los que optan por la "cómoda posición" de la abstención y los que apuestan por un 'no' a una moción que "sólo sirve para reforzar a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias".