¿Quién no conoce la paradoja de la rana hervida al baño María?
Una rana introducida en un balde de alguna hirviente saltará de inmediato con una reacción automática que le hará eludir el peligro y salvar su vida, mientras que introducida en agua templada a la que poco a poco le subamos la temperatura la conducirá a morir hervida entre sensaciones placenteras y adormecida en sueños de confort –si es que las ranas sueñan-.

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