Son pocos, muy pocos, en el Gobierno los que están en el secreto del contenido del mensaje navideño de Su Majestad el Rey, que tendrá, "naturalmente" el refrendo del Gobierno. Así, al menos lo transmitió la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, encargada de llevar la gestión de este asunto con el jefe de la Casa de Su Majestad, Jaime Alfonsín. A diferencia de otros discursos reales, éste se redacta en Zarzuela y se pasa posteriormente a Moncloa para su conocimiento, del que son partícipes también el jefe del Ejecutivo y su gabinete. Y poco más.

En ese tránsito se pueden quitar y añadir cosas, hacer sugerencias o enviar mensajes por vías interpuestas, léase, los medios de comunicación, aunque Calvo hablase ayer de que Felipe VI no está teniendo ningún tipo de "cortapisa". Lo cierto es que desde que se conoció la noticia de la regularización fiscal del emérito se le está trasladando la conveniencia de que lance un mensaje claro y directo por el que se desmarque de su padre y apele a la necesaria ejemplaridad de una institución "tocada" por los escándalos de Juan Carlos I.

Sin anuncios concretos

No parece probable, sin embargo, que haga ningún tipo de anuncio concreto, como pudiera ser abogar por la redacción de una Ley de la Corona o la retirada del título de Rey a su padre. Y es que la idea de Zarzuela era centrar el mensaje en la pandemia del Covid y en la crisis sanitaria, económica y social de la misma, en un país fuertemente azotado por el coronavirus con decenas de miles de fallecidos y familias rotas. También hay que dar por seguro que, a diferencia de los años 2014 y 2016 tampoco habrá ninguna imagen de Juan Carlos de fondo, donde no se deja ningún detalle al azar.

Lo cierto es que ya se dirigió a los españoles con motivo del contagio y posterior confinamiento domiciliario de la primera ola, el pasado 18 de marzo, pero también el mensaje se vio arrollado por las andanzas financieras de su padre. Y es que tan sólo tres días antes, la Casa Real tuvo que reaccionar a una serie de informaciones en la prensa extranjera que apuntaban a la existencia de fondos de origen dudoso vinculadas al ex jefe de Estado. De hecho, se le retiró la asignación pública y Don Felipe renunció para sí y para su hija Leonor de cualquier derecho hereditario de ese capital.

Trasladar "tranquilidad y seguridad"

Calvo dio a entender ayer desde Sevilla, a donde acudió a la entrega de los XVI Premios Plaza de España, que el mensaje real estará pegado al terreno. El monarca, dijo, "sabe leer muy bien nuestro país", por lo que "estará a la altura de un año muy difícil". "Cada uno hace la tarea que le corresponde" y la de Felipe VI será "trasladarnos tranquilidad y seguridad".

Es lo mismo que se espera para la segunda cita marcada en rojo en el calendario, esto es, la de la Pascua Militar, el 6 de enero. En este acto también tiene algo que decir la ministra de Defensa, Margarita Robles, que ha dejado muy claro que los militares retirados que han denunciado a existencia de un gobierno "social-comunista" que pone en riesgo la integridad territorial del país, unidos a chats que hablaban de fusilar a 26 millones de españoles, no representan a las Fuerzas Armadas.

Desde Unidas Podemos admiten desconocer el contenido del discurso navideño del Rey. Apuntan a que Pablo Iglesias probablemente sepa de él al tiempo que el resto de los ciudadanos, algo similar a lo que ocurrió cuando se decidió que el emérito residiera fuera de España por una temporada.

Si bien creen los morados que Felipe VI debe quitar el título de rey a su padre, "tanto eso o que venga o no venga a España son tonterías. Nosotros lo que queremos son urnas para elegir al jefe del Estado". Pablo Iglesias vaticina que este discurso, posiblemente uno de los que más expectación está generando, desencadenará un debate en los hogares españoles sobre el modelo de Estado, sobre la dicotomía República o Monarquía.