Los primeros debates de campaña -tres en los cuatro primeros días- han servido para dejar claro que la clave de estas elecciones es el panorama poselectoral y las pactos a los que están dispuestos los tres grades: ERC, JxCat y PSC. Un baile en el que republicanos y socialistas se han esforzado tanto en descartar un nuevo tripartito como en señalar que la batalla está entre ellos, intentando marginar de la lucha por el número uno al partido de Carles Puigdemont.

Pere Aragonés lo dejó claro el domingo, ofreciendo un cara a cara a Salvador Illa para "debatir en profundidad". Un guante que aparentemente recogía el candidato socialista este lunes y que provocó la rápida reacción de Laura Borràs: "Yo les propongo un trío".

El sorpasso de JxCat

El riesgo de la estrategia de ERC es que dé alas al discurso de outsiders que cultivan tanto Borràs como Puigdemont, y que tan buenos resultados ha dado a Junts en ocasiones anteriores. Las encuestas "nunca reflejan el resultado en las urnas para JxCat" apunta Borràs, que señala el fiasco en los sondeos tanto en diciembre de 2017 como en las pasadas europeas, cuando ERC partía como favorita pero Carles Puigdemont se acabó imponiendo en las preferencias de los votantes independentistas.

"Por primera vez parece que hay encuestas que nos dan una posición de ventaja y en este momento intentan hacer debate de cara a cara" añade la candidata de Junts. El último sondeo del CEO avala la advertencia de Borràs, que no ha dejado de subir en las encuestas a costa de Esquerra.

Los de Puigdemont no van a permitir que los marginen, pero tampoco les perjudica que ERC acabe apareciendo como el partido más sistémico del independentismo, mientras ellos cultivan la imagen de "azote" del Estado. Una estrategia en la que se inscribe el primer anuncio de campaña de Borràs: Dar por muerta la Mesa de Diálogo entre Gobierno y Generalitat auspiciada por PSOE y ERC.

Junqueras acusa al PSC de corrupto en Hospitalet

Una estrategia que ya ha obligado a los republicanos a endurecer su discurso contra los socialistas, mientras obvian sus batallas con JxCat, que sigue castigando a Pere Aragonés denunciando la ineficacia del Govern desde que Torra fue inhabilitado. Algo que se ha empleado a fondo Oriol Junqueras desde que salió de prisión.

"No aceptaremos sus votos y no gobernaremos con el PSC" aseguraba este lunes en Hospitalet, donde asoció PSC y corrupción con el argumento del caso del Consejo del Deporte que ha salpicado a la alcaldesa socialista, Núria Marin. Es más, añadía Junqueras para disolver cualquier duda, "a mi no me habéis visto nunca gobernar con el partido socialista", porque "representamos proyectos opuestos".

Illa "es el candidato de Moncloa, de la judicatura, del 155 y de la monarquía", y "la única candidatura que puede llevar a un consenso es la de ERC", insiste Aragonés cada vez que tiene ocasión. ERC, añade "bajo ningún concepto" apoyaría un Govern del PSC presidido por su candidato Salvador Illa.

No hay tiempo, ni ganas, para el cara a cara

Por tanto, lo ideal sería para ERC que ambos pudieran "contraponer proyectos y que la ciudadanía elija si quiere un presidente del 155 o a Pere Aragonés de ERC". Illa ha respondido asegurando "No tengo ningún problema en debatir con nadie que quiera debatir conmigo". Pero su equipo, en privado, pone en cuarentena la oferta.

"Tenemos cinco debates y decenas de entrevistas" argumentan desde la campaña socialista para explicar que el cara a cara "no cabe" en las apretadas agendas de campaña. Desde ERC, sin embargo, aseguran que están trabajando para pactar un medio de comunicación que acoja el debate y le ponga fecha.

Para los republicanos, centrar la batalla entre independentistas y constitucionalistas es fundamental para ganar la batalla a JxCat en el bloque secesionista. Una necesidad que no tiene Illa, quien tras convertirse en blanco de todos los ataques con su relevo a Miquel Iceta ya se ha erigido como el primer partido del bloque no independentista.

JxCat, sin programa económico

A Borràs, sin embargo, no le interesa un "debate en profundidad" que vaya más allá del agravio y el ataque a los "partidos del 155", porque la amalgama de sensibilidades en la que se ha convertido Junts hace difícil cerrar un programa coherente más allá de la promesa de volver a declarar la independencia.

El número tres de su candidatura, Joan Candella, se ha pronunciado abiertamente a favor de eliminar los impuestos de Patrimonio y Sucesiones. Una cuestión que divide a los partidos en la comunidad en la que estos gravámenes son más altos, en la que el secretario general del partido, Jordi Sánchez, no tardó en corregirle.

Muchos puntos del programa, avanzado de momento en un plan de 50 puntos que no concreta ninguna medida fiscal "han de ser objeto de debate en un contexto de Cataluña no extorsionada desde punto vista fiscal" responde Borràs cuando se le pregunta por esta cuestión. Es decir, que se ampara en el "déficit fiscal" para argumentar que lo que anuncia Canadell no será posible de momento.