Casado no consigue despegarse la sombra del ex tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, ni del pasado corrupto que arrastran las siglas del PP y que la actual administración quiere dejar definitivamente atrás. La confesión que Bárcenas remitió ayer a la Fiscalía Anticorrupción volvió a sacudir la sede de Génova, y ésta vez las palabras del ex gerente apuntan directamente al ex presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que acusa de destruir documentos contables que reflejaban presuntamente la financiación irregular de la formación.

La gravedad de las declaraciones de Bárcenas, que asegura incluso en su declaración que el Partido Popular se financió de forma irregular durante casi 30 años, desde 1982 hasta 2009, ha provocado un tsunami en Génova, desde donde se han desvinculado por completo del ex gerente del PP y han restado veracidad a sus declaraciones, vinculando sus palabras a la "estrategia de un preso que quiere salir de la cárcel". Sostienen fuentes de la dirección que, a día de hoy, lo único consistente es el testimonio de un "individuo" encarcelado por múltiples delitos de corrupción por los que cumple una condena de 29 años de prisión, mientras que contra Mariano Rajoy "no hay absolutamente nada".

Para los populares, las declaraciones del ex tesorero no son más que la consumación de una intención declarada de volar los puentes con el PP y tirar de la manta si su mujer, Rosalía Iglesias, ingresaba en prisión. Pese a no creer en su confesión, se niegan a defender públicamente la inocencia del ex presidente del Gobierno, pero insisten en la idea de que no existe "ninguna decisión judicial" al respecto. Este argumento podría venirse abajo si el ex tesorero cumple su amenaza y publica una grabación que demostraría que Mariano Rajoy cobró sobresueldos.

A última hora de la tarde del miércoles, el portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, hizo también unas contundentes declaraciones a las puertas de la sede de Génova, que se convertirán en argumento oficial del partido en los próximos días. Hablando incluso en primera persona, el dirigente popular quiso trasladar el "daño" que ha hecho tanto al PP como "al conjunto de la política nacional" Luis Bárcenas para desvincular a su persona y al resto de la dirección de su confesión a la Fiscalía. "La nueva dirección del PP, y yo mismo, ha sufrido a Bárcenas hasta tal punto que él se querellaba contra nosotros por decirle a la cara lo que pensábamos. Por tanto, yo no me voy a retractar de nada de lo que dije, ni la nueva dirección, ni la presidencia del PP", explicaba ante los medios.

"En todos los partidos siempre hay una oveja negra"

Maroto puso el foco en que la seña identitaria de la dirección que hoy comanda Pablo Casado es la de la regeneración política tras los escándalos de la 'era Rajoy', casos de los que "debemos apartarnos para que nunca más vuelvan a suceder".

Los descalificativos mutuos entre Maroto y Bárcenas fueron noticia años atrás, cuando el dirigente del PP aseguró en múltiples ocasiones sentir "asco" por el "delincuente" de Bárcenas, como se refería al ex tesorero cuando estaba ya imputado en el caso Gürtel. "Me reitero en la repugnancia que este señor me merece", dijo en 2016 a las puertas del Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid, donde tuvo que acudir por la querella que le interpuso Bárcenas por injurias.

A día de hoy, el portavoz del PP en el Senado cree que Bárcenas señala a Rajoy y pone en aprietos a la actual dirección de Casado porque "utilizará la técnica que le diga su abogado para remover Roma con Santiago y pagar menos de condena. Todo ello ha sucedido hace muchos años, y hemos padecido con ustedes la pena del telediario", afirmaba. Maroto renegó de tiempos más oscuros, afirmando que la corrupción en las filas del partido "es parte del pasado, que hemos olvidado, del que hemos aprendido y por el que nos hemos disculpado". Y aseveró que lo último que hará el PP será "caer en una trampa similar". "En todos los partidos hay una oveja negra". Y la del PP, según la actual dirección, siempre será Bárcenas.