Aunque apenas se han celebrado las elecciones catalanas parece que se va delimitando el campo de juego para la negociación de una futura investidura, aún llena de incógnitas. El socialista Salvador Illa y el republicano Pere Aragonès han anunciado su intención de presentarse para recabar el apoyo de la Cámara autonómica, donde no faltarán los vetos cruzados que impedirán superar la política de bloques catalana entre independentistas y constitucionalistas.
A partir de ahí, cada uno debe buscar sus apoyos y En Comú Podem, aún con sus modestos ocho escaños y hasta con el sorpasso de Vox, puede convertirse en la pieza más codiciada.
Pero si algo parecen tener claro los morados es su negativa a "estar en un Gobierno con Junts" y, además, "votaremos en contra, sin lugar a dudas" en el Parlament, según fuentes próximas al vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Aunque en Cataluña quien toma las decisiones es la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y no Iglesias, de un lado y de otro aseguran que en esto van de la mano. "No hay ninguna opinión divergente", aseguran, ni el líder de Unidas Podemos avalará otra estrategia que no sea la de los comunes.
El gobierno de "frente amplio" que propone Aragonés "no va a existir"
Por lo tanto, el gobierno de vía ancha del que hablan los republicanos independentistas va camino de una vía muerta. "No va a existir", insisten los medios consultados, lo que haría depender de nuevo el acuerdo entre ERC y Junts de los antisistema de la Cup, que ha doblado su número de diputados.
De sobra es conocida la buena interlocución que tiene Iglesias con ERC así como con su referencia en Euskadi, esto es, Bildu. De hecho, se le puede atribuir haber conseguido el apoyo de los dos Grupos Parlamentarios a los Presupuestos Generales del Estado para este año, lo que no es poco.
Además Iglesias y Carles Puigdemont "no han perdido la relación" pero "no hablan tanto como pudiera pensarse", indican las fuentes consultadas. Se trata de una relación que vendría a explicar la comparación que hizo el vicepresidente segundo entre el exilio franquista y la situación del ex presidente de la Generalitat. Pero esos contactos no allanan el camino a una colaboración que una a morados y a Junts, cuya cabeza de lista real, Laura Borràs, está además imputada por un caso de corrupción.
Unidas Podemos y En Comú Podem mantienen la misma posición
Ni antes, ni durante, ni después de la campaña hay discrepancias sobre este punto. De hecho, la candidata de los comunes, Jessica Albiach, se ha empleado a fondo contra Junts durante todas estas semanas y defendido que pretender meter en una misma ecuación a ERC, Junts, la Cup y Ecp "es inviable", tal y como reiteró este lunes. "Nuestro proyecto es incompatible con Junts, no solamente porque queremos una salida social a la crisis, sino porque consideramos que sólo a través de la negociación podremos resolver el conflicto político que hay entre Cataluña y España".
En cambio, "Junts prefiere la confrontación y tiene una deriva contraria a la nuestra". Por ello los morados creen que la única alternativa que hay al "desastre" que, a su juicio, ha sido el ejecutivo catalán de la última legislatura "es un gobierno amplio de izquierda" que sume a PSC, ERC y Ecp sin prejuzgar quién debería presidirlo.
Ahora bien, no descartan que el candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat les quiera tentar con la presidencia del Parlament. Lejos de ejercer una labor meramente institucional se convirtió estos años del procés en un instrumento al servicio de independentismo, hasta el punto de que quien fuera presidenta de la Cámara regional, Carme Forcadell, también fue condenada por el Supremo por el delito de sedición, aunque se la exoneró del de malversación de fondos públicos.
En Unidas Podemos ironizan con los cantos de sirena que les han lanzado tanto desde el PSC como desde ERC. Illa les quiere de socios de Gobierno. Aragonès en ese frente amplio que citábamos antes. En definitiva, los comunes "estamos en el centro de la gobernabilidad. No seremos gente tan despreciable", dicen. De ahí la satisfacción demostrada en la sede de Ecp durante la noche electoral. También Unidas Podemos está contenta. "Pablo Iglesias no sale tocado", afirman.
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