El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha roto este viernes su silencio y ha condenado públicamente los actos violentos que se han vivido en los últimos días especialmente en las calles de Madrid y Barcelona, en protesta por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél. En un acto en Mérida, el jefe del Ejecutivo ha asegurado que el Gobierno actuará "con contundencia" frente a cualquier tipo de violencia. "En una democracia plena como es España resulta inadmisible el uso de cualquier tipo de violencia, no hay excepción", ha suscrito, en contraposición con el discurso de sus socios de coalición, Unidas Podemos, desde la que incluso se han alentado las protestas callejeras.

"No es una libertad, es un ataque a la libertad de los demás. La democracia jamás ampara la violencia", ha suscrito Sánchez, que ha reafirmado no obstante su compromiso de "ampliar la libertad de expresión" en España. Unidas Podemos ya registró una reforma de una serie de delitos recogidos en el Código Penal que a su juicio afectan a este derecho fundamental, como las injurias contra la Corona, los delitos contra los sentimientos religiosos o el enaltecimiento del terrorismo, aunque el ala socialista del Gobierno opta por una reforma más limitada.

El discurso de Sánchez supone una llamada de atención a la formación de Pablo Iglesias, después de que el portavoz parlamentario de la formación morada, Pablo Echenique, publicase en la noche del miércoles, cuando ya se estaban produciendo altercados violentos en el centro de Madrid y Barcelona, un tuit en el que reafirmó su respaldo a los "jóvenes antifascistas" que "están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles". Tampoco condenó la violencia otro portavoz de Podemos, Rafael Mayoral, quien sí pidió una "reflexión profunda" porque "hay sectores que no quieren abordar los problemas de fondo" de la cuestión.

El presidente del Gobierno ha querido también hacer una alusión velada a la polémica sobre la calidad democrática de España, después de que el vicepresidente segundo haya negado en varias ocasiones la existencia de una democracia plena en nuestro país. "Decir que no hay plena normalidad democrática es verdad (...) Voy a seguir diciendo la verdad a pesar de las amenazas y de que eso moleste a hombres muy poderosos", insistía Iglesias hace unos días.

Sánchez ha evitado en todo momento hacer una alusión directa a Unidas Podemos, a diferencia del presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien, en una entrevista para Cadena Ser ha censurado abiertamente la actitud de la formación morada. "Hay un partido que intenta gobernar y otro que intenta que no haya Gobierno", ha asegurado. Fernández Vara ha acompañado a Sánchez este viernes en un acto en la ciudad de Mérida para la presentación del plan de recuperación económica, que se enmarca dentro de la Agenda para la Reactivación Social y Económica de Extremadura.

Un ambiente "preguerracivilista"

Tanto PP como Vox han condenado públicamente la violencia en las calles de Madrid y Barcelona y han presionado a Sánchez para que rompa con Iglesias por incitar a la violencia. En concreto, el líder de la oposición, Pablo Casado, ha advertido al jefe del Ejecutivo que será "corresponsable" de la "kale borroka" si "no para los pies" a Pablo Iglesias. "Exigimos el cese inmediato de los ministros que están justificando la violencia y la reprobación de los portavoces políticos que están alentando esta kale borroka", ha subrayado, sin descartar volver a solicitar la reprobación de Pablo Iglesias "si es necesario".

Mucho más contundente ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien, en una entrevista para EsRadio, ha responsabilizado a Iglesias de los violentos altercados y ha acusado a Moncloa de promover "unos movimientos que nos están llevando a un ambiente preguerracivilista en España". "Uno, desde las calles, quema la convivencia y la violencia y el otro lo instiga desde dentro de una manera mucho más fina, que es el presidente del Gobierno, que es responsable de todo lo que está sucediendo", ha afirmado.