La caída de Carmen Calvo, su salida del Ejecutivo en la amplia remodelación que este sábado acometió Pedro Sánchez, ha tenido como uno de los efectos colaterales retrasar el que era el proyecto estrella de su departamento, esto es, la Ley de Memoria Democrática. Estaba previsto que pasara mañana, martes 13, por la mesa del Consejo de Ministros, tras asumir muchas de las conclusiones del Consejo de Estado.

Finalmente, la ley sale de la agenda del Consejo de mañana, según ha confirmado El Independiente de fuentes de Moncloa. Le hubiera correspondido al sucesor de Calvo, Félix Bolaños, en calidad de ministro de la Presidencia presentar y defender un texto sobre el que la vicepresidenta se volcó, no sin controversias. De hecho, cuando ya se daba por segura su salida del Ejecutivo siempre se argumentaba que se le daría tiempo a ver cómo la ley recibía el plácet del Gobierno, que Pedro Sánchez no iba a prescindir antes de que dicho texto saliera camino del Congreso de los Diputados para su aprobación.

A pesar de la escabechina de la remodelación ministerial acometida por Sánchez, tocando el corazón del Gobierno, Calvo se ha mostrado incluso cariñosa con sus sucesor durante el acto del traspaso de carteras. Es “el traspaso más amoroso de la política española”. Félix Bolaños, ha agregado, "es un amigo y las amistades se forman en momentos particularmente duros. Han sido muchas las horas codo a codo, teléfono a teléfono y mirada a mirada”.

Presidencia del PSOE o del Consejo de Estado

“Félix es un hombre que lo aborda todo con profesionalidad y humanidad. Créanme que el presidente deja este ministerio, que tiene tareas de coordinación muy importantes, en las mejores manos”, ha subrayado para asegurar que se va "agradecida. Me voy con una etapa cubierta y dispuesta a seguir, por mi país, haciendo lo que haga falta".

Su futuro parece pasar por bien la presidencia del PSOE, en sustitución de Cristina Narbona, o para ponerse al frente del Consejo de Estado, en este caso para cogerle el relevo a la también ex vicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega. Su intención pasa, de momento, por quedarse en el escaño.