La familia de Canet de Mar (Cataluña), inmersa en la polémica, el acoso y las presiones por pedir para su hijo de cinco años la educación en castellano, garantizada en un 25% por el Tribunal Supremo, ha difundido una carta explicando la situación por la que están pasando.

"Somos la familia de la que se está hablando toda la semana por haber solicitado, como tantas otras familias catalanas, la educación bilingüe en castellano y catalán", empieza el escrito la familia, que asegura que "irrumpir en la escena pública" no es su intención. Por ello, solicitan no convertirse en un elemento mediático.

La familia de Canet señala que "el ambiente está muy crispado" en Cataluña desde el inicio del procés, lo que ha hecho que se planteen o no pedir "la escolarización bilingüe" para el niño. Un paso que, finalmente, dieron en pro de sus derechos como ciudadanos, "lo normal en una democracia", apuntan. Por esta razón, y concedido ese derecho, explican, "este debate carece de sentido".

En el documento publicado, la familia señala que "el Govern -y no sólo él- miente cuando explica que el model0 legal en Cataluña es el de inmersión lingüística", porque "los tribunales han dicho que cuando hay dos lenguas cooficiales la enseñanza debe impartirse de forma vehicular en un mínimo del 25% para cada una ". Asimismo, recalcan que "el resto" debe impartirse "en función de la realidad sociolingüística del centro o la presencia de otras lenguas extranjeras". "¡Que no os engañen!", porque "así debe hacerse desde noviembre", indican.

Para los padres, señalados con pegatinas pegadas por el centro, el debate de la escuela de Canet de Mar, por tanto, "carece de sentido". Principalmente porque, por las particularidades del calendario, "nos ha tocado ser los primeros en aplicar esa cuota lingüística".

Apuntan al Govern de la Generalitat, el cuál "ha considerado ahora que era el momento de interrumpir la 'calma tensa' después del procés, agitar banderas y convocar manifestaciones" para "señalarnos como culpables de querer acabar con el catalán". "¡A nosotros!", lamentan.

Acusan al conseller de Educación de poner encima de ellos el foco y querer "calentar el ambiente para las protestas", atizando "sentimientos de odio entre la población". Algo que está haciendo que la familia "este sufriendo".

En el escrito, expresan el deseo de "recuperar nuestro buen ambiente" y lo finalizan enviando dos mensajes. El primero a la profesora de su hijo, destacando su profesionalidad, le agradecen el trabajo desempeñado como educadora: "estamos seguros de que harás igual de bien las actividades tanto en catalán como en español".

El segundo mensaje que divulgan es para los padres vinculados a la escuela local. "Compañeros, no estamos en contra del catalán. Lo amamos y disfrutamos de la riqueza que comporta para nosotros. Pero también amamos el español", afirman, valorando que "es mejor tener dos lenguas vehiculares en lugar de una". Por eso, "sentir el odio, la intimidación, las amenazas y el señalamiento en la propia piel es muy duro. Hemos tenido ganas de llorar".

Finalmente, instan al resto de padres decir en público lo que dicen "por privado", para "vencer esta espiral de silencio". "Hay que dejar de tragar y tragar y tenemos que ser capaces de ser valientes para decir lo que cada uno piensa", para construir una escuela realmente "inclusiva".