España

Un estudio israelí apunta a que la vacuna reduce la posibilidad de Covid persistente

La investigación - aún no revisada - recoge que en las personas que habían recibido al menos dos dosis el riesgo de padecer fatiga meses después de la infección era un 64% menor. En el caso del dolor de cabeza la probabilidad era un 54% inferior.

Una persona pasa al lado de una farmacia.

Una persona pasa al lado de una farmacia. Lorena Sopena - Europa Press

El Covid persistente es una de las incógnitas sobre las que la pandemia tiene mucho por despejar. Las causas y el comportamiento de la enfermedad más allá de los dos o tres meses tras la infección es tan desconocido como frecuente.

En España, las estimaciones de la Sociedad Española de Medicina General y Familia habla de al menos medio millón de afectados. Los síntomas más frecuentes son la fatiga, el dolor de cabeza, la debilidad o el dolor muscular, pero hay más de 200 diferentes.

En un contexto de explosión de infecciones en toda Europa y mediada por la expansión de la variante ómicron, se publica un estudio israelí aún no revisado por pares pero que ofrece unos resultados positivos en cuanto al efecto de la vacunación en la posibilidad de desarrollar los síntomas más comunes de Covid persistente.

El estudio, elaborado con datos de pacientes de varios hospitales del país, estimó las diferencias en el riesgo de desarrollar Covid persistente dependiendo de si había recibido o no la vacuna. Se analizaron los datos de 951 personas que dieron positivo en la prueba PCR, de los que el 67% estaba vacunado. Entre todos ellos, el 22% reportó tener fatiga, un 20% dolor de cabeza, un 13% debilidad y uno de cada 10, dolor muscular.

Cuando se compararon los datos de los vacunados con los no vacunados, el riesgo de padecer fatiga meses después de la infección (y tras ajustar el tiempo de seguimiento) era un 64% menor. En el caso del dolor de cabeza la probabilidad era un 54% inferior. En el caso de la debilidad el riesgo fue un 57% menor y 68% inferior para el dolor muscular.

Además de los síntomas citados, también fueron frecuentes la dificultad para respirar (24%), el dolor de articulaciones (19%), dolor de pecho (16%), palpitaciones (11%), limitaciones físicas, depresión e insomnio (11%).

La interacción de la vacuna con el Covid persistente es objeto de estudio y ya en los primeros meses tras el inicio de la campaña la vacuna abría un camino de esperanza para los afectados. Son muchas las investigaciones en marcha también para evaluar si la vacuna puede ofrecer un efecto protector para los pacientes ya aquejados de Covid persistente.

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