Las cosas están exactamente igual en el Congreso a como se dejaron en 2021. La primera sesión de control del año, marcada por la ausencia de Pedro Sánchez, de viaje oficial a Emiratos; y de Pablo Casado, que asiste a un almuerzo con Friedrich Merz en Berlín, ha enfrentado a las segundas espadas de Gobierno y oposición por cuestiones como la reforma laboral o el "drama" del campo tras la polémica sobre la carne suscitada por un ausente Alberto Garzón, con la campaña de las elecciones de Castilla y León como telón de fondo.
Uno de los enfrentamientos más ácidos, como viene siendo habitual, es el que se ha producido entre la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz; y la secretaria general de Vox en el Congreso, Macarena Olona, potencial candidata del partido en las próximas autonómicas andaluzas. La diputada ha cogido el relevo de Iván Espinosa de los Monteros para apretar a la bancada del Gobierno con el sector agrario, asegurando que la nueva reforma laboral pendiente de convalidación no hará sino perjudicar aún más al sector agrario español.
"Esta reforma laboral se ha hecho a espaldas del campo. Pero lo más cerca que ha estado usted del campo es de la cadena de supermercados o para jugar al golf, y sigue pensando que las lechugas crecen en bolsas", espetaba Macarena Olona.
Yolanda Díaz, por su parte, ha defendido que el nuevo marco laboral pendiente de convalidación en el Congreso de los Diputados mitigará la "precariedad" de agricultores y ganaderos, una afirmación que también ha menospreciado la dirigente de Vox, que ha incidido en cómo el Gobierno "criminaliza" a su juicio al sector primario y "trata a nuestros ganaderos como auténticos delincuentes". Olona ha incidido en el hecho de que el Gobierno culpabilice a los trabajadores del campo de la emergencia climática, sacando de nuevo a colación la controversia en torno al ministro de Consumo, Alberto Garzón, cuando "una sola hora de su Falcon produce más emisiones que 16.000 vacas", pronunciaba, ante los aplausos de sus compañeros de bancada.
Vox ha decidido salir a por todas en Castilla y León, volcándose especialmente en el sector rural, un granero de votos para la derecha que se disputará con el PP el próximo 13 de febrero. Vox aspira a condicionar un eventual Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco, por lo que dedicará su campaña casi enteramente al campo y a la llamada España vaciada, multiplicando su participación en movilización del mundo rural y su presencia en todos los rincones de Castilla y León. "Vox está con el campo y, por eso, cada vez más el campo está con Vox", insisten.
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