A tres días de que termine la campaña electoral, el PP se encuentra muy lejos de la marca electoral de la que partió en diciembre. Ahora no hay nadie en el partido que ponga la mano en el fuego porque Alfonso Fernández Mañueco pueda acercarse a la mayoría absoluta -que en la región se sitúa en los 41 escaños-, pero los populares se mantienen optimistas y confían en superar la marca de los 35 procuradores en las Cortes de Castilla y León, ya no tanto por frenar la influencia de Vox, sino porque un resultado "mediocre" en la región donde el propio PP activó un sorpresivo adelanto electoral podría salirle caro a Pablo Casado.

El PP tiene ante sí dos retos clave de cara al domingo: absorber todo el espectro del centro político y desactivar por completo a Ciudadanos; y retener a antiguos votantes que no saben si repetir papeleta, optar por otras formaciones o directamente quedarse en casa. La participación beneficia a los partidos tradicionales, y el PP se lanza a explotar esa baza bajo una premisa: movilizar y exprimir hasta la última papeleta.

El partido naranja, liderado por Francisco Igea en Castilla y León, es el que cuenta en estos momentos con la mayor cartera de indecisos. Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 29% de los electores que apostaron por Ciudadanos en las últimas elecciones autonómicas -algo más de 205.000 personas- no saben todavía por qué fuerza apostar el próximo 13 de febrero, o si optarán directamente por no ir a votar.

El PP busca precisamente capitalizar esas casi 60.000 papeletas que podrían quedarse en la abstención o ir a parar tanto a PSOE, Vox o a los partidos de la llamada España Vaciada. Ciudadanos aspira a obtener una representación que, aunque exigua, les permita ser decisivos, pero cuentan con el enorme inconveniente de ostentar el votante más voluble. De hecho, según el mismo estudio, los naranjas sólo mantendrán al 14,6% de sus antiguos electores.

El 21,6% de los votantes de Ciudadanos se irá definitivamente al PP y Vox supera al PSOE en captación de voto liberal: un 7,3% optaría por los de Santiago Abascal y Juan García-Gallardo, mientras que el 6,9% escogería la papeleta de Luis Tudanca. Más de un 5% de los votantes de Ciudadanos se disgregarían entre los partidos de la España Vaciada -Soria Ya, Unión del Pueblo Leonés y Por Ávila son las fuerzas susceptibles de lograr representación en las Cortes- y casi un 7% opta ya por quedarse en casa, según la estimación del CIS.

Pero el PP tiene también un alto porcentaje de indecisos. El CIS avanza que el 17,8% de los electores que en 2019 optaron por Alfonso Fernández Mañueco no han decidido aún el sentido de su voto ni si lo llevarán si quiera a la urna. No obstante, fuentes populares afirman que ese porcentaje de indecisos podría ser aún mayor y situarse cerca del 20%. El resultado del partido será en todo caso superior al que firmó el PP hace dos años, cuando se quedaron por debajo del PSOE y obtuvieron 29 escaños, pero en el primer partido de la oposición afirman ser conscientes de que la clave el domingo estará en su capacidad de movilización y atracción de esos más de 85.000 votos que siguen en el aire.

Los cálculos del instituto público, separados de la polémica 'cocina' de la estimación de voto, posicionan a Vox como la fuerza con mayor fidelidad de voto: repetirán más del 66% mientras que el 14,5% se irán al PP. Por contra, y según la muestra representativa, sólo el 57% de los electores de Mañueco repetirán este domingo, mientras que el 10,5% ya declara que apostará por los de Santiago Abascal el próximo 13 de febrero.