El PP y Alfonso Fernández Mañueco están completamente solos en Castilla y León, y únicamente tiene la 'vía Vox' para continuar cuatro años más al frente del gobierno regional. Si hace una semana veían posible establecer algún tipo de acuerdo con la plataforma ciudadana Soria ¡Ya! y, a pesar de las condiciones autonomistas, con la Unión del Pueblo Leonés (UPL), la alternativa para no mirar a Santiago Abascal ha tornado a imposible. Y tampoco queda muy claro que el acuerdo PP-Vox vaya a salir adelante, al menos en lo que resta de semana.

En cuestiones programáticas, que eran prioritarias para el equipo negociador de Mañueco, hay bastante sintonía en general. El problema, por el que las delegaciones de trabajo de ambos grupos han encallado, es la distribución de las distintas consejerías; el reparto de cargos. Vox exige las mismas condiciones que el PP ofreció a Francisco Igea y a Cs en el anterior gobierno de coalición, con un balance de procuradores muy similar al actual. Los de Juan García-Gallardo, entienden que sus trece representantes elegidos en las urnas valen la presidencia de las Cortes, la vicepresidencia de la Junta y cuatro consejerías. Eso, o una proporcionalidad justa en función de los departamentos que se establezcan.

Siguiendo esta petición, García-Gallardo ejercería las funciones de 'segundo' de Mañueco y de portavoz. Respecto a la presidencia de la cámara, la parlamentaria de Vox Fátima Pinacho es la mejor posicionada para ello por ser la única del grupo que cuenta con experiencia en las Cortes. No obstante, el PP no quiere ceder este puesto, dado que ya lo ofreció durante la primera ronda de consultas a cambio de evitar una coalición con los de derecha radical y fue rechazado.

En cuanto a las consejerías, el PP quiere adjudicar a los de Abascal las menos ideológicas y de pura gestión para evitar controversias. Eso llevaría a Mañueco a ofrecer Cultura y Turismo o Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior; unas competencias que no interesan a Vox. El partido quiere "ejecutar" sus programas, por lo que estaría exigiendo la cartera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural para potenciar su faceta ruralista; y la de Familia e Igualdad de Oportunidades para controlar los servicios sociales o las políticas de la Mujer, entre otros.

De ahí, el estancamiento del diálogo. En un cruce de acusaciones, Mañueco ha reprochado a García-Gallardo que su único interés es ocupar sillones: "He ofrecido a Vox un acuerdo de gobierno en beneficio de las personas de Castilla y León. Desde nuestra posición inicial hemos cedido para propiciar el entendimiento, pero no se ha movido nada".

Por su parte, el candidato de Vox critica que el popular está negociando a la baja para evitar una presencia equilibrada de los suyos. "Todavía está a tiempo de rectificar y aceptar esta propuesta o, en caso contrario, explicarle a sus votantes por qué no ha querido este gobierno" para la comunidad, decía García-Gallardo a última hora de la noche del miércoles. Un choque de pretensiones e inmovilismo que persiste con la constitución de las Cortes.

A mediodía, cuando quede inaugurada la decimoprimera legislatura en la región, empezará una cuenta atrás que finalizará el 31 de marzo. Esa es la fecha límite para que algún partido presente a un candidato para celebrar una sesión de investidura. De no ser así, Castilla y León deberá acudir de nuevo a las urnas. Mañueco, al ser la lista más votada y quien cuenta con mayor número de escaños es quien tiene la obligación de intentar salir airoso de una, pero sin Vox será imposible. Frente a sus 31 procuradores, tiene los 37 'noes' de PSOE, UPL, Soria ¡Ya!, Ciudadanos, Unidas Podemos y Por Ávila (XAV).

La Mesa, el primer escollo

La primera batalla poselectoral se juga este jueves en el parlamento de Castilla y León con la elección de los miembros de la Mesa de las Cortes. Quien la controle tendrá un punto a su favor durante el ciclo, porque es la que organiza el trabajo o la elaboración y la ejecución de los presupuestos, calificar los asuntos que llegan y trasladarlos a las comisiones o al Pleno.

En total, para la Mesa se reparten seis puestos: la presidencia de las Cortes, dos vicepresidencias y tres secretarías. Una de las condiciones de Vox para investir a Mañueco es que ésta recaiga en sus manos, pero, desde Génova, Alberto Núñez Feijóo ha marcado terreno durante la entrega de los avales que lo convierten en candidato a las primarias del partido: "la presidencia corresponde al PP".

En base a la anterior composición, dado que Vox quiere "el mismo trato" que Mañueco dio a Cs, la organización solicitada por Juan García-Gallardo sería la siguiente: la presidencia y la secretaría tercera para los verdes, y las dos vicepresidencias y secretarías restantes a repartir entre PP y PSOE. Pero, teniendo en cuenta el rechazo de la futura Dirección popular, esa fórmula tendría modificaciones: lo más probable es que el PP exija como mínimo la presidencia y ceda la vicepresidencia a Vox.

La clave a tener en cuenta es que para el control de la próxima Mesa se requieren el apoyo de 34 procuradores como mínimo. El PP necesita a Vox para ostentar mayoría en el organismo, pero, de no conseguirlo, le valdría con UPL o Soria ¡Ya! Es difícil que los leonesistas voten a PP o a PSOE por sus diferencias, por lo que los sorianos son esenciales para conseguir la cifra. Mañueco ya les ha consultado ofreciéndoles una secretaría -el PSOE también, porque podrían ocupar la presidencia si PP y Vox no alcanzan un acuerdo-, pero lo han rechazado porque no quieren "puestos de relevancia", sino soluciones para la provincia.

Si, finalmente, los socialistas se hacen con la presidencia de las Cortes, será un duro golpe para el tándem que pretenden estructurar Mañueco y García-Gallardo. Más, teniendo en cuenta que la suma de amabas formaciones dan mayoría absoluta.