Moncloa intenta cerrar la vía de agua abierta por Pegasus en sus apoyos parlamentarios y desvincularse de las explicaciones ofrecidas por la directora del CNI, Paz Esteban. Lo ha hecho este jueves, asegurando que "ningún caso ni sabía ni podía saber que Pere Aragonès estaba siendo espiado". El Gobierno mantiene la apuesta por el diálogo, añaden las mismas fuentes, que aseguran que el Gobierno no va a abandonar esta vía.

No habrá, sin embargo, encuentro privado con el presidente del Gobierno y el de la Generalitat. Aragonès lleva días exigiendo ese encuentro "cara a cara" para que Pedro Sánchez explique las escuchas. Pero tanto Moncloa como Palau descartan que se vaya a producir este viernes, pese a que ambos coincidirán en Barcelona.

Así Pedro Sánchez y Pere Aragonès escenificarán la fractura abierta entre el PSOE y ERC por el 'Caso espionaje' con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen como testigo. Será la clausura de las jornadas del Círculo de Economía, en una visita del presidente a Barcelona que no servirá para que ambos dirigentes mantengan el encuentro que reclama Aragonès para zanjar la crisis política.

No habrá encuentro

Fuentes del Palau de la Generalitat aseguraban este jueves que no hay opción para un encuentro entre ambos. Lo hacían poco después de que la directora del CNI, Paz Esteban, explicara en la Comisión de Secretos Oficiales que el CNI espió, efectivamente, a Aragonès y a otros 17 dirigentes independentistas, según TV3 y la ACN. Y que lo hizo con amparo judicial.

El resto de las intervenciones telefónicas, en caso de existir, las atribuyó a alguna potencia extranjera u otros «organismos» del Estado. Todo ello según la versión del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, no corroborada por Vox, el PP o Ciudadanos, que optaron por la discreción dado el carácter secreto de la comparecencia. Pero cerraron filas con la directora del CNI, cuya dimisión exigen desde el independentismo y Podemos.

La comparecencia de Esteban llegaba precedida por una dura advertencia de Aragonès en el mismo foro al que acude hoy Sánchez. El presidente catalán acusó a Sánchez de "dinamitar el diálogo" abierto hace un año entre Gobierno y la nueva Generalitat presidida por Aragonès. Y exigía al Gobierno un "punto de inflexión" para reconducir la situación.

Legislatura en peligro

Por primera vez, Aragonès iba más allá al advertir que "sabemos cual es la alternativa", en referencia a un Gobierno de PP y Vox, "pero lo que está haciendo el Gobierno en el 'Caso espionaje' no es aceptable". En otras palabras, ERC no está dispuesta a aceptar la tesis del mal menor para dar por solventada la crisis abierta por las escuchas de Pegasus, si el Gobierno no hace un gesto de desagravio.

Un gesto que desde la Generalitat han definido ya repetidamente: dimisiones -con la vista puesta en Esteban y la ministra de Defensa, Margarita Robles- y un encuentro entre Sánchez y Aragonès para que el presidente dé las oportunas explicaciones al inquilino del Palau. Los independentistas cuentan con el apoyo de Podemos en esta batalla y no están dispuestos a ceder ante el PSOE.

Pese al desconcierto que genera en algunas instancias la dureza de la posición de Esquerra en esta cuestión, insistiendo en rechazar todos los intentos de acercamiento del PSOE.