Durante la precampaña y campaña andaluza Moncloa no quiso saber nada de acercamientos al Ejecutivo catalán. Conscientes de que un movimiento en este sentido podría penarles electoralmente (aún más), se congeló la solicitada entrevista de Pere Aragonès con Pedro Sánchez y quedó aparcada la posibilidad de una nueva reunión de la mesa de diálogo bilateral Gobierno-Generalitat, todo ello en mitad de una crisis sin precedentes con ERC por el caso Pegasus.

Pero apenas dos días después de celebradas las elecciones en Andalucía, el ministro Félix Bolaños, ha decidido retomar la agenda catalana para reunirse este miércoles con la consejera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrá. En principio, su departamento no ha informado del contenido del encuentro, aunque sobre la mesa están las dos cuestiones pendientes antes enunciadas.

Superar el bloqueo

La portavoz del Govern, Patricia Plaja, ha dejado claro poco después del anuncio que "no es un encuentro que normalice nada, sino para ver si podemos superar el bloqueo". Plaja ha añadido que "el único punto del día" es superar ese bloqueo dictado por la Generalitat tras destaparse el caso Pegasus.

"El primer paso es abordarlo y reconocer que la situación está muy deteriorada" ha advertido Plaja, que ha desmentido a la vicepresidenta Nadia Calviño, quien hace una semana restaba peso a la crisis. El Gobierno, ha añadido Plaja, "ha tenido que reconocer que hay que abordar cómo superar este bloqueo".

La portavoz catalana ha señalado el caso del espionaje como el punto álgido de ese desencuentro, pero ha señalado "la acumulación de hechos que han ido deteriorando esta confianza entre gobiernos hasta dejarla totalmente rota". Una acumulación en la que ha tenido un papel central, reconocen, los datos de ejecución presupuestaria en Cataluña.

Eso sí, ha insistido reiteradamente en que la reunión "es fruto del acuerdo entre ambas partes" y de los contactos reiterados de los últimos días, evitando asociarla al hecho de que ya han pasado las andaluzas.

Antesala de un encuentro Sánchez-Aragonès

La cita de mañana es continuación de la que mantuvieron los dos dirigentes en Barcelona el pasado 24 de abril, cuando Bolaños voló de urgencia a la Ciudad Condal para intentar cerrar la crisis por el caso del espionaje a una sesentena de dirigentes independentistas, de los cuales, 18, lo habían sido por el CNI, lo que le costó la cabeza a su entonces respobsable, Paz Esteban.

Pero lejos de conseguir la tan ansiada reconciliación, ERC rompió las relaciones parlamentarias con el Gobierno, negándose a apoyar algunas de sus iniciativas legislativas y poniendo en peligro lo que se conoce como la mayoría de la investidura.

Posiblemente esta cita sea el preludio del encuentro pendiente entre Sánchez y Aragonès, indispensable para que el Ejecutivo de coalición pueda volver a contar con los independentistas catalanes en lo que resta de legislatura, una vez que Sánchez ha vuelto a insistir en su voluntad de llegar hasta el final.

Plaja ha reconocido que "si se materializa el compromiso de reunión" entre Sánchez y Aragonès que el presidente del Gobierno "ya anunció" será una buena señal. El encuentro, en todo caso, podría producirse el próximo lunes, cuando el presidente del Gobierno volverá a Barcelona. Pero se ha mostrado cauta recordando que el primer encuentro entre Bolaños y Vilagrà solo sirvió para que el conflicto se enquistara.