Alaa Abdelfatah agoniza en la prisión egipcia de Wadi el Natrum. El icono de las revueltas contra Hosni Mubarak lleva más de nueve años entre rejas por ejercitar su derecho a la manifestación pacífica. Esta semana ha dejado de beber y lleva semanas en huelga de hambre. A pesar de estar "en riesgo de muerte", como ha denunciado la ONU, el Gobierno español no ha realizado ninguna petición a las autoridades egipcias ni ha condenado públicamente su delicada situación, a contracorriente de las manifestaciones públicas efectuadas por Reino Unido, Francia o Alemania.
La familia de Alaa Abdelfatah ha reconocido en conversación con El Independiente que ningún funcionario español, ni del ministerio de Asuntos Exteriores ni la delegación de Pedro Sánchez desplazada a Sharm el Sheij, se ha puesto en contacto con ellos, a diferencia de lo que sí han hecho otros países europeos. Alaa, de 40 años, dispone también la nacionalidad británica. En las últimas horas, el régimen egipcio ha incrementado la difamación pública de Alaa difundiendo entre los periodistas acreditados en El Cairo un comunicado en inglés, español, árabe, alemán, mandarín y francés en el que le acusa de ser "un instigador de a la violencia, la violencia y el terrorismo". Un acto que se produce en plena celebración de la COP27, completamente deslucida por las violaciones de derechos humanos.
España tiene un peso importante dentro de Europa, y dentro de Egipto, así que si se uniera a la causa de Alaa sería escuchada
"Hemos recibido mucho apoyo y solidaridad internacional y esperamos que siga aumentando hasta que sea lo suficientemente fuerte como para sacar a Alaa de prisión", indica a este diario Omar Robert Hamilton, primo de Alaa y uno de los responsables de la campaña que reclama su inmediata puesta en libertad. "Espero que no sea ya demasiado tarde. Por supuesto que España tiene un peso importante dentro de Europa, y dentro de Egipto, así que si se uniera a la causa de Alaa sería escuchada".
No obstante, desde el ministerio que dirige el socialista José Manuel Albares aseguran a este diario que sí han abordado el asunto, pero sin detallar el cómo. "Sabemos que el Reino Unido, país del que es nacional, lo ha visitado y a este país le corresponde llevar a cabo la función consular", indican en un escueto mensaje a El Independiente en el que no responden a ninguna de las cuestiones solicitadas.
Exteriores no responde a las preguntas
Las preguntas planteadas por este diario eran las siguientes: ¿El ministerio de Exteriores y/o la embajada de España en Egipto ha contactado con la familia del activista egipcio Alaa Abdelfatah, encarcelado y en huelga de hambre? ¿El ministerio de Exteriores tiene previsto sumarse a la petición de liberación realizada por otros Gobiernos europeos desde la COP27? ¿Condena el ministerio de Exteriores español la situación de los derechos humanos en Egipto, con decenas de miles de presos políticos o el bloqueo de cientos de páginas web?
A estas preguntas, Exteriores desliza su supuesta preocupación por el deterioro de salud de Alaa. "No obstante, nos preocupa mucho la situación de este activista, y somos plenamente conscientes de que su vida corre serio peligro. España mantiene y sigue con preocupación e interés la situación de los DDHH en Egipto y esta cuestión siempre está presente en la agenda bilateral con ese país", alegan sin proporcionar más detalles.
"Por ello, y en este caso concreto, nos hemos sumado a iniciativas internacionales para abogar por su liberación, que esperamos tenga lugar lo antes posible, dentro del marco de las Naciones Unidas y la Unión Europea. Por ello, apoyamos las acciones realizadas en el seno del Servicio Europeo de Acción Exterior y también por el Alto Representante Borrell para conseguir su liberación. Además, el grupo de Embajadores europeos por los derechos humanos, incluyendo el nuestro, ya mostraron su preocupación por el caso y emitieron un comunicado solicitando su pronta liberación y el respeto de sus derechos básicos".
A contracorriente de otros líderes mundiales
El presidente estadounidense Joe Biden visita este viernes la COP27 en Egipto y un alto funcionario de la Casa Blanca ha confirmado que planteará el caso de Alaa al presidente Abdelfatah al Sisi. Se unirá a una larga lista de líderes mundiales que han hecho lo mismo en la COP27 esta semana, entre ellos el primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, el canciller alemán Olaf Scholz y el presidente francés Emmanuel Macron. El ex primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, también pidió la liberación de Alaa y el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, dijo que debía ser liberado "inmediatamente". Todos menos España, a la que la familia sigue esperando.
En la página web del ministerio de Exteriores ni en las cuentas en las redes sociales del ministerio o Albares no consta ninguna mención a la situación de los derechos humanos en Egipto y la petición de liberación de Alaa Abdelfatah. En su visita a Egipto el pasado diciembre, Pedro Sánchez alabó "los avances en derechos humanos" protagonizados por el régimen de Abdelfatah al Sisi, el mariscal de campo que ejecutó el golpe de Estado de 2013 y ha enviado a la cárcel a decenas de miles de disidentes desde entonces. Unos progresos que, en realidad, no existen, como demuestra el calvario carcelario de Alaa y otros decenas de miles de disidentes locales.
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