Este domingo, la presidenta de Ciudadanos (Cs), Inés Arrimadas, declinó la primera oferta de consenso presentada por Edmundo Bal; el primer nombre de consenso puesto sobre la mesa de manera oficial por una de las dos partes enfrentadas por el liderazgo de los naranjas. El vicesecretario general del partido y portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados sugirió Arrimadas estudiar el nombre de su compañera de Grupo y diputada por Valencia, María Muñoz. Actualmente, Muñoz ejerce la labor de portavoz económica y ha integrado el equipo para la refundación, pero es uno de los principales respaldos de Bal en la carrera electoral hacia las primarias. Con ello, Bal recogía el guante lanzado por Arrimadas el pasado lunes, cuando desde la sede nacional de Ventas le instó a negociar una "tercera vía" para evitar confrontar ambos en las urnas entre el 9 y 10 de enero. La 'falta' de independencia de Muñoz, al estar alineada a Bal, habría sido el principal motivo de rechazo.

Bal movió ficha en una conversación telefónica con Arrimadas, después de que la líder de Cs anunciara el viernes pasado su intención de volver a intentar llegar a un acuerdo con su 'segundo' en las Cortes. Así lo ha podido confirmar este medio. El diputado por Madrid propuso a Muñoz para concurrir como única candidata al proceso interno que vivirá el partido de cara a la VI Asamblea General entre el 13 y el 15 de enero. Unas primarias que se celebrarán entre los días 9 y 10, de manera previa. Bal, no obstante, también habría puesto la condición de que Muñoz también asumiera la portavocía parlamentaria en suplencia de Arrimadas. A ello, ésta se habría negado troncalmente por tratarse su renuncia en el Grupo como algo "innegociable".

Desde el entorno de Arrimadas limitan la cuestión a un solo frente: a la portavocía parlamentaria. Indican que solo fue ello lo que Bal solicitó a su jefa, a modo de 'gesto' para comenzar una negociación dirigida hacia esa candidatura "alternativa". Algo que se entiende como un mero "chantaje" que busca como fin último hacerse con "el control" del grupo para "pactar con Sánchez". Pese a todo, los reproches se dan ambas partes. Desde el círculo de Bal explican que mientras el diputado hizo una sugerencia clara, Arrimadas acudió sin ningún perfil para proponer. Ni si quiera de afines como pueden ser Guillermo Díaz o Adrián Vázquez, que se mantiene fuera de la lucha pero es partidario a resolver la cuestión según los parámetros de Arrimadas. Desde el mismo entorno, conciben que la actual presidenta quiere asegurarse cierta continuidad en las decisiones situando a alguien favorable.

A dos semanas de que finalice el plazo de inscripción de candidaturas y comience la campaña, todo parece apuntar a que serán finalmente la de Arrimadas y la de Bal las que empiecen a confrontar por el futuro de Cs a partir del día 26 de diciembre. El proceso culminará con la elección de una lista que reflejará un liderazgo político -que será el candidato a las generales- y un secretario general que se encargará de las cuestiones estructurales e internas. Un avance hacia un modelo de bicefalia similar al del PNV.