El octubre de 2021 el Ejecutivo de Iñigo Urkullu asumió la gestión de las prisiones vascas. Las tres cárceles comenzaron entonces a asumir el ingreso de presos de ETA a medida que se avanzaba en el proceso de acercamiento de estos internos al País Vasco. A partir de ahí, han sido las autoridades penitenciarias dependientes del Ejecutivo vasco las responsables de la concesión de las progresiones de grado a los presos. En el caso de los internos de ETA, en el año y medio transcurrido se han otorgado 39 terceros grados.

El nuevo modelo de política carcelaria impulsado por el Gobierno vasco tiene a la reinserción como uno de los ejes a fomentar en aras a reducir los periodos de reclusión de los internos en favor de su pronta reintegración en la sociedad. Esta apuesta por la ‘resocialización’ se aplica al conjunto de los presos en las últimas fases de cumplimiento de sus condenas, también a los presos de ETA.

Actualmente las cárceles de Basauri, Martutene y Zaballa tienen a 124 presos de la banda terrorista cumpliendo condena. La intensificación del final de la dispersión impulsada por Instituciones Penitenciarias el año pasado ha hecho que hoy día sólo ocho presos estén cumpliendo sus condenas en cárceles que no sean ni vascas ni navarras. A todos ellos se suman una docena de presos que cumplen condena en cárceles francesas, otros 14 que lo hacen en régimen domiciliario y otros dos en centros médicos. En total, aún 168 presos de ETA cumplen condena por sus delitos.

De este modo, las Juntas de Tratamiento de las tres cárceles vascas han seguido las nuevas directrices marcadas por el departamento de Justicia del ejecutivo vasco y que ha resuelto desde octubre de 2021 la concesión de 39 progresiones de grado a condenados de ETA, si bien sólo en la mitad de los casos estas han recibido el visto bueno de la Justicia.

Suspensión inmediata

En este tiempo, la Fiscalía ha dado por buenas 14 progresiones y ha renunciado a recurrirlas. A ellas se suman a las cinco que, pese a haberlas recurrido, la Audiencia Nacional ha avalado. Entre las 20 restantes que han sido recurridas, la mitad de ellas siguen pendientes de ser resueltas y la otra decena han sido admitidas, provocando la vuelta a prisión del interno tras revocarse la progresión de grado.

En diciembre de 2022 el Tribunal Supremo estableció nueva doctrina basándose en dos sentencias dictadas por la Audiencia Provincial de Barcelona, no relacionadas con delitos de terrorismo pero sí de asesinatos. Tal y como había solicitado el Ministerio Público, en los casos de delitos graves en los que la Fiscalía recurriera la progresión de un tercer grado la medida quedaría en suspenso de manera inmediata hasta que fuera resuelto el recurso.

Esta aplicación sólo afecta a las progresiones que se hubieran dictado a partir de entonces y las que se dicten en el futuro. Es lo que ha sucedido recientemente con los casos de los presos de ETA Juan Manuel Inziarte y Xabier Atristrain, quienes pese a estar disfrutando del tercer grado concedido por la Junta de Tratamiento de la prisión, han visto cómo el recurso de la Fiscalía y la aplicación de la nueva doctrina les obligaba a su reingreso a prisión hasta que el recurso sea resuelto.

Responsabilidades civiles

En el caso de Atristrain es la segunda ocasión en la que regresa a la cárcel tras habérsele concedido el tercer grado -en julio del año pasado- y que fue revocado por la Audiencia Nacional por considerar que no había acreditado suficientemente su petición de perdón a las víctimas. Ahora, y después de que se le volviera a conceder la progresión, ha tenido que regresar a la cárcel hasta que el recurso que contra su progresión que presentó la Fiscalía sea resuelto. Atristrain lleva 12 años en prisión.   

Está previsto que se vaya produciendo un goteo de progresiones entre los 124 presos de ETA que ahora cumplen condena en cárceles vascas, muchos de ellos en la última fase de su pena. Entre los reproches que desde la Audiencia Nacional se han venido haciendo a los procedimientos autorizados por las Juntas de tratamiento vascas destacan la insuficiencia en la justificación del arrepentimiento y la asunción de las responsabilidades civiles de los presos. El uso de escritos tipo para acreditar su desmarque y rechazo a la violencia, así como su arrepentimiento ha sido una de las críticas en las que se han fundamentado algunas de las revocaciones de las progresiones. En lo que sí parece que ha habido mejora es en el grado de exigencia reclamado a los internos para el cumplimiento de sus responsabilidades civiles impuestas en sus condenas.

Estas últimas medidas que han obligado a regreso a prisión a presos de ETA han provocado un profundo malestar en el entorno de apoyo a presos de la banda. Organizaciones de apoyo a los presos como Sare han organizado manifestaciones en apoyo a Atristrain en San Sebastián, celebrada el pasado viernes, y este sábado en apoyo de Inziarte en Errenteria. Además, el próximo sábado día 25 se han convocado dos marchas de montaña desde Orio y Andoain hasta Villabona en una jornada de apoyo al colectivo denominada 'Etxera eguna' (Día de la vuelta a casa)