Fin de la moción de censura. El uso de éste instrumento parlamentario como método de promoción electoral por parte de Vox no ha cumplido las expectativas iniciales, según comentan las fuerzas implicadas en el examen parlamentario. Primero, porque con esta acción Santiago Abascal ha permitido el fortalecimiento del Gobierno, en crisis desde la propuesta de reforma socialista de la ley del 'solo sí es sí' y ha prestado un trampolín electoral a Yolanda Díaz, que previsiblemente el 2 de abril presentará su candidatura por Sumar a la presidencia. Segundo, porque lejos de dejar en el limbo político al PP, Cuca Gamarra ha sabido vender la posición de Génova de manera razonable, con uno de los mejores discursos que la riojana ha protagonizado en la cámara baja. Asimismo, y en tercer lugar, la exposición de Ramón Tamames, el candidato "neutral" e "independiente" por el que Vox cedía el protagonismo, ha capitalizado casi el mismo tiempo que Abascal o el portavoz parlamentario Iván Espinosa de los Monteros. El líder, en la exposición de la moción; el 'dos' en la réplica al discurso de Tamames entre el martes y la contrarréplica de ayer. En total, Vox ha utilizado una hora y 49, frente a la hora y 37 minutos del economista.

Si el protagonismo lo coparon Pedro Sánchez y Díaz en la primera jornada con sus intervenciones, este miércoles Gamarra ha tomado partido tras observar todos los discursos de Vox previamente; lo que le ha permitido expresarse sin capacidad de réplica de Espinosa de los Monteros. Incluso, la popular decidió utilizar su último turno de alusiones, porque "no había necesidad" al estar "todo dicho", entienden desde el grupo parlamentario. Frente al órdago de Vox, con una demanda expresa de Abascal para hacer "borrón y cuenta nueva" y colaborar en adelante, con su estrategia de indiferencia y desatención en el PP creen que el partido y Alberto Núñez Feijóo salen "reforzados". "El PP sale reforzado porque ha sido claro y rotundo en describir lo que significaba la moción", afirman fuentes parlamentarias, que denuncian la instrumentalización electoral de las Cortes por Vox y por los grupos que integran el Gobierno.

"Nosotros hemos estado en nuestro sitio y entendemos que salimos fuertes", añaden los populares, que por el "decepcionante" debate que se ha desarrollado por deseo de Vox, creen que han capitalizado la atención de los españoles que discrepan del polo de la ultraderecha, pero también del de Moncloa y sus socios. El PP espera que los electores hayan podido comprobar que ellos "actúan de otra manera", porque consideran que han trasladado con acierto una posición que no se ha visto con nadie más. "Estamos a otras cosas [ajena a la moción], que es lo que demandan nuestros votantes y los que no se reconocen en un gobierno a la gresca o en la división", valoraban fuentes del partido tras la votación en el Congreso, que ha rechazado por 201 votos la propuesta de Tamames a la presidencia del Ejecutivo. El PP, como vía intermedia para oponerse al Gobierno, a la táctica de Vox y respetando la figura del exdiputado, ha preferido abstenerse. Así lo explicaba en su discurso Gamarra.

Frente a la euforia denotada por el PP, que no descarta ni descartaba previamente que este proceso "marciano" se traduzca en un trasvase acelerado de votos de la extrema derecha a su seno, Abascal cree que la moción y Tamames han cumplido las expectativas y han fomentado la "concordia" en un ambiente "verdaderamente tenso". "Estamos satisfechos" porque no se perseguían "cálculos electorales", ha manifestado en los pasillos de Palacio, indicando, además, que acredita que el PP "aspira" a pactar con el PSOE. Además, entiende Abascal que "ha servido para retratar al Gobierno". En un claro ejemplo de que el deseo de la formación era remarcarse como alternativa de Gobierno frente a unos populares con tendencias "socialdemócratas", que son "el PSOE con diez años de retraso", Abascal ha apelado a su "preocupación" por la postura de Génova. No entienden el veto a la moción si el objetivo que defienden es igualmente la convocatoria de elecciones generales. "Parece que a lo que aspira el PP es a relevar a Podemos", como socio, ha apuntado el líder de Vox.

De hecho, fuentes del partido ultraconservador creen que ahora están "mejor que hace tres días". Incluso, prevén que han podido ganar "segmentos" electorales a los que hasta el momento no habían podido llegar. Ello, en un nuevo ataque a los medios, justificado con el argumento de que cuando no hay intermediación, el mensaje de Abascal llega más claro. No hay encuestas, admiten, pero sí que se basan en "sensaciones" o en que "han subido las afiliaciones". Es más, aseguran que el principal éxito de la moción se ha conseguido: colocar a cada partido en su sitio de cara al 28-M y tener presencia cuando Abascal no suele hablar más de una vez al mes. Incluso entienden que han aprovechado mejor el tiempo que Sánchez, del que nadie destila una sola idea de sus discursos prolongados, dicen.

Vox cree que tras la moción están mejor que hace tres días y que conseguirán adherir a nuevos segmentos de electores de cara, al menos, a las municipales y autonómicas

Aquí Vox enumera las dos claves de este largo proceso gestado desde principios de diciembre: la visibilidad con el pretexto de querer apartar al Gobierno, algo que se ha implementado ya conscientes de que no contarían con una alternativa a la mayoría de investidura. Ganar terreno electoral debe hacerse a costa del PP, pero a la vez, hay una necesidad de dependencia absoluta que hace que Vox haya optado por un tono crítico, pero no incapacitante con Feijóo. Respecto a la postura de Gamarra, los de Abascal rechazan hacer evaluaciones, y concluyen en que "no hemos hablado mal de ellos, solo de la izquierda, el comunismo y el separatismo".

Mientras que Génova alumbra ganancias en las próximas semanas, a expensas de lo que muestren las encuestas, Bambú, que sostiene que se ha afianzado electoralmente, sigue dejando un mensaje claro. Independientemente de los equilibrios de porcentajes y de escaños que se vayan viendo antes del 28-M y de cara a las próximas generales, existe una relación de dependencia mutua entre Vox y el PP si quieren liderar gobiernos. Como ya adelantó El Independiente, la exigencia de Abascal será pedir la entrada en aquellos ejecutivos en los que, como en Castilla y León, esté justificado por los resultados. Ahora, fuentes de Vox asumen que no va a ser fácil alcanzarlos, pero deberá seguirse esa senda si Feijóo y sus barones quieren gobernar. También si ellos pueden hacerlo, ejemplificándose con Ceuta, donde prevén un muy buen resultado con Juan Sergio Redondo a la cabeza.

Vox tiene claro que no va a haber, salvo cambio profundo del sistema de partidos en estos próximos meses, capacidad de obtener mayorías absolutas. Lo que conduce a populares y Vox a un entendimiento final. Es lo que ocurrió entre el PSOE y Unidas Podemos tras años de manifiesta incompatibilidad. Con todo, aunque ya de por sí es complicado lograr un entendimiento con el PP, afirman las mismas fuentes, "lo difícil es que se cumplan los acuerdos" a los que se lleguen. Una vez más, Castilla y León, el gobierno piloto de Vox, sale a relucir.

El foco en Murcia, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana

Los principales focos de presión en los que Vox espera poder condicionar los gobiernos del PP son la Región de Murcia, con Fernando López Miras, que roza la mayoría absoluta según los sondeos pero no tiene más opciones de pacto. Además, Murcia es el principal caladero de electores de Vox desde su consolidación en las dos generales de 2019. A ello, se une regiones como la de Castilla-La Mancha, donde aunque el PSOE tiene opciones de revalidar el gobierno en solitario, puede abrirse una brecha que permita el vuelco de la derecha. Las previsiones con las que cuenta Vox son de tres escaños, que sumados a los 13-14 del PP, darían opciones a Paco Núñez.

La Comunidad Valenciana es el enclave por excelencia del PP. Un escaño decidirá el equilibrio de fuerzas, y aunque Carlos Mazón adhiere el grueso de votantes de Ciudadanos, únicamente tiene a Vox como socio potencial frente a Compromís y Podem, que sostendrían al PSPV-PSOE. Feijóo ha dado libertad de pactos a sus barones para tener independencia a la hora de confeccionar las listas generales. Su máxima es poder gobernar en solitario, como hizo el PP de Mariano Rajoy entre 2016 y 2018, pero para ello Vox debería ceder. Y tras eventos como el de este miércoles, cada vez queda más claro que su condición primaria será tocar poder.