La moción de censura a Pedro Sánchez empieza a dejar lecturas en el bloque de centroderecha. Si bien el partido de Santiago Abascal sigue instalado en una horquilla de 40-49 diputados y en un margen de entre 14 y 15 puntos porcentuales, Vox sí ha conseguido con el empleo del instrumento parlamentario recortar la fuga de voto hacia el PP, su máximo contrincante en las urnas. Un trasvase de sufragios que al cierre de febrero, según el barómetro de 40dB, alcanzaba casi el medio millón, lo que ha supuesto la cifra más alta desde que Alberto Núñez Feijóo abandonó la Xunta de Galicia para hacerse con los mandos de Génova.

Ahora, en una nueva edición del estudio publicada este lunes, la del mes de abril, la encuestadora asociada al Grupo Prisa detecta una reducción de flujo electoral, que pasa del 12,9% al 11% de los 3,6 millones de votos que obtuvo Vox en la repetición de generales de 2019. Ello, sobre el papel, supone un descenso de 471.750 a 402.267 papeletas robadas; 69.483 votos más a nivel nacional que Bambú retiene en este contexto de precampaña electoral de municipales y autonómicas. Aunque aún sigue quedándose lejos de los 215.762 votos cedidos al inicio de año.

A ello, se añade que el PP, durante el mes de marzo, ha ampliado sus propias fugas hacia la candidatura de Abascal como preferencia para los próximos comicios generales. En febrero, durante las negociaciones y posterior confirmación del economista Ramón Tamames como candidato "neutral" a la sexta moción de censura nacional y la segunda contra Sánchez, Vox se hacía con el 8,7% de los apoyos a el ya expresidente popular Pablo Casado, una cifra que había descendido con anterioridad y que dejaba al PP con un saldo positivo de 32.658 papeletas tras restar entradas y salidas. No obstante, ahora Feijóo perdería un 11,1%, lo que supone 560.221 votos menos y un balance negativo en el global [descontándose los 402.267 mencionados] que se traduce a 157.954 salidas hacia Bambú.

A las fugas hacia Vox, se une el paso sorpresivo de un 40,9% a un 26,5% de la atracción de voto de Ciudadanos [se pasa de incorporar 674.980 votos a 437.334]; y del 0,6% a un 2% de transferencia al PSOE. Pero en este caso, Feijóo sigue atrayendo a más votante socialista del que pierde hacia el ámbito de Sánchez, el triple, concretamente. Eso son 326.026 recibidos frente a 100.941 perdidos. Asimismo, aunque ha aumentado unas décimas el número de votantes indecisos, al 5,3% [267.493], el PP si ve reducido notablemente el porcentaje de personas que ahora abogaban por la abstención, o el voto en blanco. Sigue siendo el partido que más abstencionista ingresa a sus filas: tres puntos más que en la media del año pasado y uno y medio menos, con el 11,7%, que el cómputo de este año. Feijóo lograría el apoyo de 1.461.759 nuevos votantes. Y no tendría complicación en superar los seis millones de apoyos en las próximas generales.

Vox ha acortado en 69.483 votos sus fugas al PP, tasadas ahora en 402.267 papeletas. Bambú las compensa con la entrada de simpatizantes populares

El PP también ha quedado tocado en términos de retención de voto. Con un 77,2% de fidelidad entre su base electoral, Feijóo consigue la peor estimación desde el mes de septiembre [75,6%], antes de desatarse el cisma interno en Vox por la salida de Macarena Olona. Y la cuarta peor cifra respecto a los meses de mayo y junio, con un 73,8% y un 74,8% respectivamente. Desde entonces, la cuota ha sido de 79,3% en octubre a entre 80 y 82%, con varios altibajos, hasta el mes pasado.

Junto a 40dB, es Sociométrica para El Español la única otra 'casa' que aporta un marco de trasferencia de voto. Aunque a diferencia de la demoscópica colaboradora de El País, ésta no vislumbra grandes movimientos tras la moción de censura. Sí que aporta cifras cercanas al flujo de sufragios, aunque más en cuanto a las salidas de Vox al PP. Con fugas del PP a Vox del 6,5% en lugar del 11,1% y de Vox al PP del 11,2% en lugar del 11%. Eso, traducido a 402.268 y 328.058 salidas, dejaría al PP con un beneficio de 74.210 electores. Frente a las 900 entrevistas hechas por Sociométrica entre el 4 y el 8 de abril, 40dB ha contado con 2.000 entre el 24 y el 27 de marzo, los días posteriores a la moción de censura. Esa breve transición de una semana puede vislumbrar que el cambio de tendencia puede ser transitorio y no duradero.

A destacar también que este fin de semana GAD3 reducía la distancia de injerencia del PP y Vox en 30.000 votos, algo menos de la mitad de lo que afirma 40dB. Para la entidad de Narciso Michavila, el PP se habría hecho con 474.000 votos mientras que Vox con 504.000 sufragios populares.

Vox mantiene la estrategia de diferenciación del PP

Al calor de encuestas como la de 40dB, que asegura, además, que Abascal vuelve a atrae el voto de uno de cada diez votantes de Ciudadanos, algo que no sucedía desde noviembre; Vox ha salido este lunes del paso, en la comparecencia semanal tras la reunión del Comité de Acción Política, como acostumbra restando valor a las mediciones de las demoscópicas privadas -aunque en Bambú le atribuyen mayor rigor que al CIS por su menor empleo de la 'cocina'-. Para los de Abascal, que no confirman si cuentan con sondeos internos, la mejor medición política posible "es la calle" y la presencia de simpatizantes en sus mítines electorales. También el número de afiliaciones, que destacan que han crecido, aunque no hay un registro en el que comprobarlo.

En conversaciones con El Independiente, fuentes de Vox aseguran que el PP se está equivocando de estrategia electoral intentándose desligar, como ya sucedió en los últimos comicios de Andalucía, de sus siglas. Y es que consideran que, la complejidad territorial hace imposible replicar ese escenario de manera múltiple. Tampoco en lugares como Madrid, donde señalan la dependencia que tendrá el actual alcalde y nuevamente designado candidato José Luis Martínez-Almeida de la propuesta ultraconservadora Javier Ortega Smith, que vuelve a presentarse como cabeza de lista municipal.

Tras un breve receso y la retirada de una ofensiva electoral contra Feijóo para intentar aproximarse a él y conseguir su respaldo a la moción, algo que no se produjo al considerarla Feijóo de "infantil" y de capaz de "insuflar aire a un Gobierno en tiempo de descuento", Bambú ha rescatado el intento de desplazar al centroizquierda al PP frente a su público dejando solo a la derecha a Vox. Sobre todo, tras declarar Cuca Gamarra, la secretaria general, en una entrevista reciente que no desean gobernar con Vox porque hay líneas que les "distancian". Desde el partido afirman haberse dado por enterados y las mismas fuentes describen que al PP solo le "quedan los nacionalistas como el PNV y el PSOE de Sánchez" como socios potenciales. Con todo, y ante la clara relación de dependencia que les une con el PP, como único aliado potencial con el que escalar posiciones y entrar en gobiernos locales y regionales tras el 28-M, Vox no cierra la puerta a alianzas futuras, porque creen que Génova terminará rectificando si les requieren para dar vuelcos gubernamentales.

Las cuentas de Sumar

Según 40dB, como la del PP, la fidelidad de Unidas Podemos también se ve deteriorada tras acontecimientos de marzo como el pleno que tomó en consideración la reforma propuesta por el PSOE para la ley del 'solo sí es sí'. Directamente, los de Ione Belarra pasan de un 71,7% de retención de electorado a un 65,9%, con cesiones del 10,6% al PSOE y de 5,4% a Más País, ahora ubicado en Sumar [la encuesta no contempla aún a la formación de Yolanda Díaz, que oficializó el 2 de abril su candidatura a la presidencia, ya con las entrevistas cerradas]. De acuerdo a esta estimación, los morados aguantarían 2.055.661 de sus 3.119.364 votantes. 330.653 irían al PSOE y 168.446 a Más País.

Pero a diferencia de la encuestadora de Prisa, es Sociométrica la única que, por el momento ofrece datos más concretos sobre los niveles de apoyo que puede atraer Sumar. En el espacio de la izquierda. Con un trasvase ausente desde el polo de la derecha, Díaz vería engrosadas sus filas con 349.444 votos de Más País [los 209.666 restantes irían en un 11% al PSOE, en un 6,3% a Unidas Podemos y a la abstención o el voto en blanco o nulo]. Se unirían 717.454 de los morados; 271.688 del PSOE; 41.258 de Ciudadanos, y 124.937 de la abstención. Eso impulsa a Díaz hasta el millón y medio de sufragio en unas futuras generales, aunque Podemos en solitario seguiría alcanzando más de los 2,3 millones.