El ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, no se ha prodigado tras le ictus sufrido el pasado septiembre, pero no podía faltar a la presentación del libro "Enciclopedia Catalana, una obra de país". Una reivindicación de uno de los hitos culturales del catalanismo durante los años del franquismo, en el que Pujol participó activamente como financiero desde Banca Catalana.

"El tema me apasiona, lo reconozco" apuntaba al final de su intervención, añadiendo que "si no querían que me alargara, no me tendrían que haber invitado". Una oportunidad para reivindicar su papel, desde Banca Catalana, en la reconstrucción del nacionalismo catalán. También con su apoyo a la enciclopedia, que calificó de "infraestructura de país" en un momento en que la cultura en catalán había sido borrada por el franquismo.

También para pasar cuentas, y no solo con las autoridades franquistas. "Es un tema que me duele por mi, por Max Cahner, y por el país, porque la actuación de una parte de la intelectualidad no fue correcta" lamentó, recordando que desde el punto de vista económico "fue una inversión en cierto sentido perdida" porque "cuando se acabó la enciclopedia había perdido parte de su utilidad".

Al margen de la actualidad

Se trató de un acto desligado de la actualidad política y de la reciente victoria de uno de sus hijos políticos en CDC, Xavier Trias, como alcaldable de Barcelona. Esta vez Pujol no llegaba rodeado de ex consellers y herederos como en ocasiones anteriores. Solo el ex consejero de Agricultura y ex eurodiputado Joan Vallvé, que apuntaba a Pujol en el regreso a los años 60 del siglo pasado.

Junto a él, la ex consejera de Educación, Irene Rigau, en calidad de miembro del patronato actual de Enciclopedia catalana, o el historiador y ex senador Jaume Sobrequés fueron la excepción.

"No es mi día más brillante" advertía el ex president al inicio de su intervención, en la que agradeció la recuperación del periodo en el que se pusieron las bases del nacionalismo catalán que después gobernaría durante más de dos décadas. La Gran Enciclopedia Catalana, como la revista Serra d'Or o la infantil Cavall Fort fueron las palancas de recuperación del catalán. En el caso de la Enciclopedia fue "una catarsis de país, de cultura y de nuevos liderazgos" señalaba el periodista Francesc Canosa.

Editar en catalán

Un proyecto lanzado por Max Cahner, que después sería el consejero de Cultura de Pujol, en la que participaron otros nombres señalados de la transición política en Cataluña, como el ex líder de ERC Heribert Barrera o la periodista Montserrat Roig. Personajes entonces fascinados por el Mayo del 68 francés, como ha recordado el autor, Josep Martin Berbois, que en opinión de Pujol fueron injustos con Cahner.

"Era un momento de la lucha social, pero en aquel tiempo enciclopedia era débil. Banca Catalana también era débil, y tenía muchos enemigos, entre otros la administración central" ha asegurado Pujol. "Ese era el ambiente: extrema izquierda aquí y al otro lado también nos fastidiaban".

Para acreditarlo, el ex president recuperaba una anécdota de sus tiempos al frente del banco, cuando intentaron abrir sucursal en Madrid. Pujol recordaba como recabó el apoyo de Fabián Estapé para visitar al ministro de Economía de la época que rechazó la pretensión de Banca Catalana. "Como vamos a hacer sucursal de Banca Catalana en Madrid si ustedes son separatistas" respondió ya entonces el ministro franquista.

Para convencerlo, Pujol le mostró el primer volumen de la enciclopedia, que todavía generó más desconcierto en ministro: "Oiga, pero si está en catalán, esto es inaudito. Usted cree que el Banco de Vizcaya editaría una enciclopedia en vascuence, jamás de la vida" asegura Pujol que le respondió.