Ni siquiera el cambio de posición del Gobierno español en el contencioso del Sáhara Occidental ha hecho enmudecer las continuas reivindicaciones marroquíes sobre Ceuta y Melilla. En mitad del enésimo conflicto, a propósito esta vez de una carta enviada por Rabat a la Comisión Europea sobre unas plazas que considera ocupadas, España ha condecorado a un alto cargo del Gobierno marroquí con la Cruz de Oficial de la Orden de Mérito Civil.

El merecedor de una distinción instituida por el rey Alfonso XIII en 1926 es Mustafa Amdjar, director de Comunicación y Relaciones Públicas en el Ministerio de Juventud, Cultura y Comunicación y vinculado a algunos de los medios de comunicación en español financiados y apoyados desde Rabat para tratar de trasladar su mensaje a la opinión pública española.

Fuentes conocedoras de los entresijos del poder en Rabat consideran a Amdjar "un vocero del majzén", el círculo del rey Mohamed VI que rige los designios del país. Con escasa relevancia real en la vida pública marroquí, ha recibido una condecoración cuya concesión depende del ministerio de Asuntos Exteriores y está dedicada a premiar “las virtudes cívicas de los funcionarios al servicio del Estado, así como los servicios extraordinarios de los ciudadanos españoles y extranjeros en el bien de la Nación”.

En las lides diplomáticas y en el caso de los receptores extranjeros, medallas como la del Mérito Civil se suelen emplear para devolver favores, "siempre que hayan prestado servicios distinguidos a España o una notable colaboración en todos aquellos asuntos que redunden en beneficio de la nación", estipula la página web del ministerio de Exteriores. A pesar de las reiteradas solicitudes de información cursadas por El Independiente, fuentes del ministerio que dirige el socialista José Manuel Albares han rehusado proporcionar los motivos que justifican su concesión.

La entrega a Amdjar tuvo lugar el pasado lunes en la residencia del embajador español en Rabat. Fue precisamente el actual jefe de la legación, el veterano diplomático Ricardo Díez-Hochleitner Rodríguez​, quien presidió el acto del que no se han hecho eco las cuentas de la embajada en Twitter y Facebook. Solo ha trascendido en medios de comunicación marroquíes, en los que se han destacado las declaraciones del premiado, que desde 1998 ha trabajado en el ministerio de comunicación de un país que ha acallado sistemáticamente la libertad de expresión en la prensa local y ha complicado el trabajo de los periodistas extranjeros en el país.

"Una gran parte de nuestro trabajo se focaliza en cómo desarrollar este espacio de comunicación y como por razones obvias tiene que ser en prioridad con España y con los medios de comunicación y prensa de este país", manifestó Amdjar en el transcurso de un discurso en el que destacó la importancia de "la diplomacia pública" y el papel de la prensa, con los ecos de la implicación de Marruecos en el Qatargate que investiga la trama de sobornos entre parlamentarios de la Eurocámara.

La concesión de la medalla se produce en una coyuntura adversa a este lado del Estrecho, con la convocatoria de elecciones generales anticipadas para el 23 de julio y la publicación de una carta remitida por Rabat a Bruselas en la que se censuran las declaraciones sobre la españolidad de Ceuta y Melilla realizadas por el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de la Promoción del Modo de Vida Europeo, Margaritis Schinas. Ayer mismo Marruecos se reafirmó en su queja, que el portavoz del Ejecutivo calificó de "aclaración necesaria".

Exteriores español, que ha tratado de evitar todas las polémicas suscitadas desde Marruecos en el último año en línea con su compromiso de no incomodar al reino alauí y cuidar de las restablecidas relaciones diplomáticas, asegura haber enviado esta semana una nota verbal en la que expresa su queja por tales declaraciones.