Un clásico de todas las campañas de generales (y de las que no lo son). El debate sobre el debate. Empieza la carrera hacia el 23-J y Pedro Sánchez ha querido marcar el terreno de juego con un órdago. Seis cara a cara con Alberto Núñez Feijóo en seis semanas consecutivas, desde el próximo lunes. Más debates con más partidos en los que él también participaría y debates sectoriales con los responsables de área.

Pero el PP respondió rápido, y como podía esperarse, dado el estilo de campaña que está buscando, sin riesgos y discreta. Dijo no. No a los seis cara a cara, que son, subrayó Borja Sémper, portavoz electoral de los populares, "una excentricidad". "Sánchez está más cómodo en un plató de televisión que en la calle", pero a su partido no le marcará los tiempos ni la "ansiedad" del presidente ni sus "extravagancias". "Feijóo es capaz de afrontar cualquier debate [...]. Contra uno, contra siete, lo ha hecho en el pasado y lo hará en el futuro", completó el dirigente vasco, sin dar más pistas. Génova, agregó, estudiará las propuestas de debate y decidirá.

Sánchez defiende el derecho de los ciudadanos a "conocer los proyectos de las fuerzas que se presentan, contrastarlos y hacerlo en base a argumentos, datos e información, no con mentiras, bulos, monólogos y descalificaciones"

"Debatir nunca es una excentricidad. Es una obligación, es un deber de todo demócrata", "una necesidad", respondió el jefe del Ejecutivo desde la Moncloa, durante su rueda de prensa con el primer ministro de Suecia, el liberal conservador Ulf Kristersson. "Democracia es debatir, conocer los proyectos políticos de las fuerzas que se presentan, contrastarlos y hacerlo en base a argumentos, datos e información, no en base a mentiras, bulos, monólogos y descalificaciones", adujo.

El órdago a la grande de Sánchez se ahogaba en sí mismo, porque no prosperará. Pero políticamente es una jugada que marca este arranque de precampaña del 23-J y que para los socialistas sí tiene mucho valor. Porque persigue, en primera instancia, retratar a Feijóo, meterle presión, pero también movilizar al electorado progresista, agitarlo para que se despierte y se active el 23-J. Y, por último, cumple el objetivo de marginar a Yolanda Díaz, relegarla a un papel secundario en la obra mayor de las generales.

Ferraz no va a renunciar a su pulso por mucho que el PP, como también calculaba, se niegue a seis cara a cara. La dirección federal informó por la tarde de que el secretario de Organización, Santos Cerdán, había enviado las cartas de aceptación a los cuatro grupos de comunicación que habían propuesto debates —RTVE, Atresmedia, Mediaset y Prisa—, y también al coordinador general del PP, Elías Bendodo, emplazándole a una reunión "cuanto antes" para cerrar los términos del primer cara a cara, "que se celebraría el próximo lunes". Por ahora, sigue sin haber respuesta de Génova.

Distintas combinaciones

Fuentes de Atresmedia y de RTVE consultadas por este diario ratificaban este lunes que su expectativa es que sí que haya duelos en televisión. Quizá un cara a cara o como máximo dos, y un debate a cuatro, probablemente repartidos entre esos dos grandes grupos mediáticos. Pero todo está muy verde y aún queda tiempo por delante, porque la campaña oficial no arranca hasta el viernes 7 de julio.

Ferraz ya ha cursado el 'sí' a la invitación de RTVE, Atresmedia, Mediaset y Prisa, y al PP. Y si Génova no responde, "habrá que denunciar su cobardía y que no tiene proyecto", añaden en el núcleo duro del presidente

La cúpula socialista, sin embargo, sigue empujando. Tanto en Ferraz como en la Moncloa tiraban de hemeroteca y recordaban unas palabras de Feijóo en 2016, antes de las elecciones de septiembre de ese año, en las que, como presidente de la Xunta, aseguraba que el debate electoral "es obligatorio" y no "algo opinable".

"Llegados a este punto", concluía en Hora 25 (SER) Pilar Alegría, portavoz del PSOE, "solo hay una respuesta por parte del señor Feijóo: ¿acepta o se esconde? ¿Qué problema hay con debatir, qué problema hay con explicar a la ciudadanía qué es lo que queremos hacer si nos dan su apoyo el 23-J? ¿Cuáles son nuestras políticas, nuestras medidas?".

Si el PP no responde, recalcan en el círculo más próximo al presidente, "habrá que denunciar su cobardía y que no tiene proyecto". Esa es una acusación recurrente de los socialistas y del propio presidente: que Feijóo, más allá de su proclama de "derogación del sanchismo", no tiene nada más armado y por eso tendría dificultades para enfrentarse a un debate televisivo, un fogueo mucho más complicado de manejar que un careo en el Senado. Así que "habrá que hacer que hable de su programa", espetan en Ferraz. En el PSOE confían en que al final genere al PP "desgaste" su rechazo a los debates, porque aún Génova no ha dicho "ni cuántos quiere, ni cómo los quiere, ni dónde", según resume uno de los asesores del jefe del Ejecutivo.

Al presidente, no obstante, le persigue su propia hemeroteca. En 2015, cuando estaba en la oposición, sí se enfrentó a Mariano Rajoy en un cara a cara —el entonces jefe del Ejecutivo declinó acudir al debate a cuatro con Albert Rivera, Pablo Iglesias y el líder de Cs y envió a Soraya Sáenz de Santamaría—, el último celebrado de cara a unas generales. En la repetición de 2016, no hubo ya ningún cuerpo a cuerpo y en 2019, con Sánchez en la Moncloa, el PSOE buscó un encuentro a cinco, con Vox, que la Junta Electoral Central prohibió dado que los ultraderechistas carecían en aquel tiempo de representación. Al final hubo dos debates a cuatro en días consecutivos, en RTVE y Atresmedia. No quiso ningún careo con Pablo Casado. Y en las segundas elecciones de aquel año, las de noviembre, con una sola semana de campaña, el presidente solo se prestó a un debate a cinco y punto.

En 2019, Sánchez no quiso ningún cara y se prestó a dos debates a cuatro en abril y a uno a cinco en noviembre

"Hemeroteca hay para todos, y Feijóo dijo que no es una opción, sino un deber democrático, y ahora él quiere hacer campaña sin hacer campaña, a lomos del antisanchismo", destacan en Ferraz. Cuando se preguntó este lunes a Sánchez por esa evidente contradicción, insistió en que debatir nunca es una "excentricidad, sino una necesidad", y que en todo caso el momento es distinto, porque hace falta "clarificar la dirección del país" dados los retos importantes por venir y las consecuencias de la guerra en Ucrania. Y el PSOE no representa, reivindicó, la "antiEspaña".

El PSOE no es la "antiEspaña"

La cúpula socialista tiene claro que este 23-J tiene que potenciar la polarización con el PP. Al máximo. Quiere, desea el cuerpo a cuerpo. El presidente lo explicó así: la disyuntiva que presentan Feijóo es "falsa": no hay que elegir entre "Sánchez o España", sino entre el líder del PP y él mismo. Porque los dos son "los únicos candidatos posibles" a la Moncloa, los únicos con opciones de gobernar el país. El PSOE se lanza a la operación de recuperación del bipartidismo que ya apuntaron las urnas del 28 de mayo.

La vicepresidenta alega que el bipartidismo es "el pasado" y que España "no se reduce a un debate entre dos hombres". Sánchez garantiza que irá al debate a cuatro

La segunda derivada del movimiento del presidente es el olvido de Díaz. Nada sorprendente, porque desde que optó por convocar elecciones anticipadas, disolvió de facto la coalición y priorizó salvar a su partido. El tándem que había exhibido con la vicepresidenta segunda quedaba cancelado. Ella, sin embargo, protestó este lunes, tras conocer la propuesta de Sánchez que la dejaba, literalmente, apartada de los grandes debates: "El bipartidismo es el pasado. España es una sociedad madura y diversa, y creo que solo con esto haríamos lo suficiente para ganar el país. España no se resume en una foto entre Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez. Eso no es nuestro país, no se resume ahí. Esa es una España muy pequeñita [...]. Nosotros miramos a una España ancha, que es diversa, la España del futuro y que no se reduce a un debate entre dos hombres".

"La señora Yolanda Díaz tiene ese elemento de valoración", respondió distante Sánchez, de manera gráfica y elocuente. Y sin apearse de su tesis: él propone cara a cara y también debates a varias bandas porque no se puede desconocer el "multipartidismo" existente en el Parlamento y en la sociedad, como tampoco se puede "esconder una obviedad": que "los dos únicos candidatos posibles a la Presidencia del Gobierno son el señor Feijóo o el señor Sánchez".

"Yolanda podrá protestar lo que quiera, pero aunque no hemos rechazado el debate a cuatro, el que importa a la ciudadanía es el cara a cara", justifican en el comité electoral del partido. La decisión es congruente, pues, con lo que ocurrió tras el 28-M y la reflexión que en Ferraz y en los territorios se ha interiorizado: que la ciudadanía castigó al PSOE por Podemos —singularmente, por la ley del sí es sí— y por el "ruido" eterno de la coalición gubernamental, que ha deslucido por completo toda la gestión del Ejecutivo. Y por eso creen básico llamar al voto útil en torno a los socialistas para parar a la derecha.

En el PSOE se asume que la batalla será difícil, pero que será clave recuperar a los 400.000 votantes que se quedaron en casa en las municipales del 28-M

Toda la estrategia socialista está orientada a un mismo fin. Obvio, por otra parte: la movilización de su electorado. El 28-M, defienden en el equipo del presidente, el PP aventajó al PSOE en 3,41 puntos únicamente y 763.075 votos. Desde 2019, el partido, recalcan, ha perdido 403.741 papeletas. Votantes que se quedaron en casa entre unas municipales y otras. Añaden que la participación de las generales suele ser más elevada que en las locales. El 28-M fue del 63,90%, frente al 65,19% de las anteriores locales. En las legislativas de noviembre de 2019 la participación fue un poco más alta, del 66,23%, pero en las primeras, las de abril, fue del 71,76%.

"Es clave movilizar y activar a los nuestros, a los que no nos votaron el 28-M. Y para eso se trata de visibilizar la diferencia con Feijóo", explican en Ferraz. Ahora, en la dirección no se llaman a engaños y son conscientes de que, aunque "hay partido" —como lo demostraron las encuestas publicadas este lunes, que no conceden la absoluta a PP y Vox si Sumar confluye con Podemos—, la batalla será muy difícil.

Sánchez bajará esta vez más "al fango", y protagonizará una campaña más mediática, para hacerse "escuchar"

"Así, no queda otra que bajar al fango, a la arena", responder a los ataques, y bajar "a los debates, todos los posibles, pero también a una campaña mediática, con más presencia del presidente en entrevistas y en más medios", explica un interlocutor habitual de Sánchez, que apunta que a partir de ahora estará mucho más accesible para hacerse "escuchar" en todas partes y encontrar a su electorado, para intentar conseguir el cambio en el estado de opinión. De ahí que los debates y, en concreto, los cara a cara, sean una herramienta fundamental. Está claro el campo de juego: menos mítines, más televisión.