Badalona ha registrado en el último año un total de ocho agresiones sexuales perpetradas por menores, muchos de ellos por debajo de los 14 años. Todos comparten un mismo entorno social, algunos de ellos pertenecen a los mismos círculos relacionales, y cuatro de los identificados han participado en varias de las agresiones. El "caso Badalona" como lo han bautizado en los mossos, ha desatado todas las señales de alarma al destapar un problema que excede en mucho el ámbito policial.
Entre el 1 de enero y el 30 de abril se registraron en Cataluña 1.247 agresiones sexuales, un 4% de las cuales (58) correspondientes a violencia sexual con más de un autor implicado. Los Mossos no han detallado cuántas de estas guardan relación con menores. Pero en todo caso, Badalona rompe las estadísticas.
"Esto no es un problema policial, no se arregla con más patrullas" advierte un agente de la policía local de Badalona que conoce bien el tema. De hecho, la portavoz de los Mossos d'Esquadra, Montserrat Escudé, anunciaba el jueves que la policía autonómica ya ha identificado a 21 hombres como los responsables de los ataques, aunque también advertía de que podrían sumarse nuevos nombres a esa lista.
También nuevas víctimas. "Hasta hoy tenemos ocho denuncias, pero este número puede aumentar, sabemos cómo son los procesos de victimización" en estos casos, advertía Escudé.
El patrón
Veinte de los identificados como responsables de las agresiones son menores de edad, y trece de ellos tienen menos de 14. Por lo tanto, son inimputables. Solo uno de ellos está en libertad vigilada, en un centro de menores, el resto siguen libres tras haber sido puestos a disposición de la fiscalía de menores.
No todos ellos participaron directamente en las agresiones. Algunos las facilitaron, jalearon a los atacantes o grabaron los hechos, que en algunos casos fueron distribuidos después a través de sus móviles. Afortunadamente, no todas las agresiones han revestido la misma gravedad, pero el caso de la niña de 11 años violada el pasado noviembre en el centro comercial Mágic es un terrible precedente.
Lo que más preocupa a los investigadores, sin embargo, es la identificación de cuatro reincidentes. Uno de ellos, de hecho, habría participado en tres de las agresiones grupales. Además, todas las agresiones se produjeron en horario diurno, cuatro de ellas en un mismo centro comercial, que los agresores y su entorno suelen frecuentar. En tres de ellas, además, víctimas y agresores se conocían previamente.
El retrato no es el de un depredador sexual, sino el de menores que cosifican a sus víctimas, por las que no sienten ninguna empatía. "Hay una falta absoluta de valores y una tutela limitada. Nos tenemos que preguntar qué está fallando para que haya grupos de menores que estén agrediendo a niñas", apuntaba la inspectora Escudé este jueves.
Un gueto olvidado
La mayoría de esos menores viven en Sant Roc, también algunas de las víctimas. Un barrio marginal, depauperado y con problemas de paro, drogas y delincuencia cronificados. También de absentismo escolar, que en los centros públicos de Sant Roc se mueve entorno al 40%, como señala el alcalde electo de la ciudad, Xavier García Albiol.
En Badalona se han creado "guetos sociales" advierte el agente de la policía local, que señala tres aspectos para explicar el estallido del "caso Badalona": el acceso temprano a los móviles, y por tanto a la pornografía y las redes sociales, la falta de atención de la Generalitat, reforzando educación y servicios sociales, y sobre todo la inestabilidad política en el Ayuntamiento de Badalona.
"Sant Roc siempre ha sido un barrio difícil, pero no más que otros en Cataluña" apunta. Pero aquí se da un plus: "es un problema de integración social, pura y dura".
Enric Marín, miembro de la plataforma Sant Roc Som Badalona, lo confirma. "Es un barrio con un nivel de ocupación de viviendas muy importante, con un problema de drogas como en cualquier barrio marginal" en el que la actitud de los adolescentes va asociada a la marginalidad del barrio, apunta en RAC1. "Pero hay un problema transversal: no es solo que cuatro críos violen a una niña, que ya es grave, es que sus compañeros los ven como héroes".
Sin empatía ni arrepentimiento
El policía local coincide con la ausencia de limites morales que se aprecia en estos menores, que no sienten arrepentimiento. Tampoco sus entornos familiares y relacionales. "Cuando la policía se personó en casa de uno de los identificados, el padre restó importancia a los hechos. Simplemente, no comparten nuestros valores" apunta para reclamar un plan transversal que vaya mucho más allá de la acción policial.
En otro de los casos, en el que una menor fue obligada a realizar felaciones a los amigos y familiares de su novio los culpables, incluyendo el tío de la víctima, calificaban como esa agresión como "tradición y honor a la familia". Actúan en manada y se protegen unos a otros, generando un ambiente de coacción sobre las víctimas, que tienen miedo a denunciar.
Destaca además el agente local que en algunos de los casos el contacto entre víctima y agresores se produjo a través de las redes sociales. Y en todos los casos, los menores grabaron la agresión. "Nadie lo señala, pero el hecho de que un niño de 9 años tenga móvil lo ha cambiado todo", tanto por el acceso a la pornografía violenta como a los procesos de cosificación de las niñas víctimas de sus ataques.
Preguntada sobre el entorno de los menores la inspectora Escudé evitó dar detalles advirtiendo que "no tiene que ver con la pertenencia a un lugar", sino que "tiene que ver con los valores, con el respeto, con no tener ningún tipo de educación sexual afectiva" o sobre sus "expectativas vitales".
Ayuntamiento fallido
En este contexto, el agente local señala también la incidencia que ha tenido la inestabilidad política. Cinco alcaldes han pasado por el Ayuntamiento de Badalona desde 2018. "Es una administración fallida" en la que ninguno de los primeros ediles ha tenido poder suficiente para ejercer el mando por los equilibrios de poder de gobiernos integrados por PSC, ERC, JxCat, Comunes y la CUP para barrar el paso a Albiol.
"Se trata de un problema convivencial, los policías locales no podemos suplir el espacio que tendría que cubrir la política institucional" se lamenta este policía. Un problema, añade con ironía, que no se resolverá "con una campaña en TV3, porque no ven TV3".
Marín coincide y reclama un plan de inversión en profundidad para revertir la degradación del barrio. "Las raíces del problema de Sant Roc son muy profundas, habría que hacer un plan a 20 años" para abordar todos los problemas del barrio. Pero ni uno ni otro tienen demasiadas esperanzas en que eso suceda. "Es necesario un acuerdo de ciudad que a nadie interesa, porque en Sant Roc vota muy poca gente".
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