El expresidente del Gobierno Felipe González aboga por dejar gobernar a la lista más votada "cuando no haya otra opción" y subraya que es partidario de los pactos, especialmente de los de "centralidad", ya que advierte de que cuando estos desaparecen el país "se debilita", "se polariza" y "pierde credibilidad".

González hizo estas reflexiones en el artículo Pónganse de acuerdo, publicado en Pactar es progresar, el último monográfico de Nueva Revista, en el que señala a pocos días de las elecciones generales del 23 de julio que en España hay propuestas de pactos "que podrían tener sentido si no estuviéramos atrapados en bloqueos políticos".

Los pactos, dice, han sido "una constante" en toda su experiencia política, sobre todo en la Transición, en la que destaca que se alcanzaron "hitos" como los Pactos de la Moncloa

"Hace seis meses tendrían más sentido que ahora, que es más difícil. Busquemos soluciones en las que la lista más votada sea aceptable cuando no haya otra opción. ¿Qué pedimos a cambio de permitir gobernar? No pedir nada. Si no pides nada, tendrán que llegar a acuerdos en cada proyecto de ley y en el presupuesto. ¿Por qué no se transmite esa experiencia política acumulada?", se pregunta.

El expresidente de Gobierno socialista asegura que los pactos han sido "una constante" en toda su experiencia política, sobre todo en la Transición, en la que destaca que se alcanzaron "hitos" de negociación como los llamados Pactos de la Moncloa. Y subraya además que es partidario "especialmente de los pactos de centralidad", ya que a su juicio "fortalecen no solo la democracia, sino también el destino de un país".

"Un enorme alivio"

"Cuando estos pactos de centralidad desaparecen, el país se debilita, se polariza, pierde fuerza y credibilidad tanto interna como internacionalmente. Y ahí es donde estamos ahora", añade González, que pone por ejemplo Estados Unidos y países de América Latina como Brasil.

Si alguien piensa que la gente castiga al que pacta, se equivoca mucho más"

FELIPE GONZÁLEZ, EXPRESIDENTE DEL GOBIERNO

En su opinión, "si alguien piensa que pactar es eliminar el conflicto propio de funcionamiento de una sociedad democrática, se equivoca" y "si alguien piensa que la gente castiga al que pacta, se equivoca mucho más".

"Porque lo que yo percibo hoy, como lo percibía hace 40 años o 45 años, es que los ciudadanos sienten un enorme alivio cuando ven que, en lugar de estarse peleando por cuestiones personales, por destruir al otro, los políticos se ponen de acuerdo. Los ciudadanos no les dicen a los políticos en qué hay que ponerse de acuerdo, sería estúpido que se lo dijeran, pero quieren que pacten", apunta.