El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha negado que tras las elecciones generales vaya a producirse un bloqueo político como se está dando en la Región de Murcia. Un enclave definido como "laboratorio" electoral por los de Bambú [la sede nacional del partido]. "No será por nuestra parte", ha dicho ante unas previsibles negociaciones con el PP de Alberto Núñez Feijóo. Ahora bien, Abascal sí ha lanzado un mensaje claro al líder gallego. Feijóo "ha decidido cambiar el sistema de mayorías y se equivoca". "Me gustaría que estuviera en lo importante, que es echar a Pedro Sánchez" de la Moncloa.

Abascal se ha referido así a la consideración de Feijóo este lunes, que cree que con una mayoría simple de 150-160 escaños, el PP podría empezar a plantear un gobierno en solitario con apoyos externos. Ya ayer Vox, en palabras de su secretario general Ignacio Garriga, criticó esta postura y dejó claro que no va "a regalar" sus votos. Pero hoy el líder de Vox ha ido más allá. "Veo un poco despistado a Feijóo, porque ha cambiado el sistema de mayorías antes de ganar las elecciones. No sabemos si va a ocurrir, ya que antes tienen que hablar los españoles y aún no hemos echado a Sánchez".

Con el pacto de Aragón con el PP prácticamente encaminado, Abascal ha abordado la cuestión de Murcia. Frente al "bloqueo" del popular de Fernando López Miras, el presidente de Vox ha resaltado que "no es la voluntad" de su marca y que siguen con la mano tendida y "esperando una llamada". Estaba previsto, no obstante, un primer contacto entre líderes ayer por la tarde. "Una repetición sería un fracaso y no atender a la voluntad de los murcianos, que nos exigen el dialogo que nosotros estamos ofreciendo". "Y nos preocupa que el PP y Feijóo estén más preocupados en ver cómo no cuentan con Vox que en echar a Sánchez", ha reiterado Abascal, asegurando que él también quiere la mayoría pero solo tienen una fuerza "suficiente para estar en los gobiernos".

No vamos a aceptar el chantaje a nuestros electores. Nos preocupa que el PP y Feijóo esté más preocupado en ver como no cuentan con Vox"

Lo ha hecho a primer hora de este martes en el hotel Intercontinental de Madrid, donde ha protagonizado un desayuno informativo organizado por el periódico digital El Debate. Allí ha justificado que, a diferencia de Baleares, donde se ha optado por "otra fórmula" que no supone la entrada en el gobierno, en Murcia la "preocupación" se suscita un posible "incumplimiento" de un acuerdo programático lo hace obligatorio.

Abascal ha explicado que en la anterior legislatura, Vox acordó apoyar la coalición de PP y Ciudadanos, y que, al estallar la misma por el intento de moción de censura y en una coyuntura de división del grupo Vox, López Miras se apoyó en tránsfugas para incumplir el acuerdo y evitar elecciones. "Ahora el PP nos plantea un escenario similar", algo inasumible. Más cuando a diferencia de los ocho puntos de voto de Extremadura, en Murcia cuentan casi con 18 puntos. El PP dice "que son solo dos" los que necesitan, "el problema es que nosotros tenemos nueve". "No vamos a aceptar el chantaje a nuestros electores", ha confirmado Abascal, que ha criticado, por otro lado, que el PP haya llegado en Cantabria a un acuerdo "con la corrupción del PRC" y en Canarias "con el nacionalismo" cambiante "en función de los tiempos".

"Vox nació con una mayoría absoluta del PP"

Cogiendo el guante de Garriga, Abascal ha subrayado que la eclosión de Vox se produjo en un momento dulce para el PP de Mariano Rajoy, tras lograr la mayor mayoría absoluta de la democracia. "Vox no surgió para luchar contra el sanchismo, sino contra el socialismo y el independentismo; porque muchos principios del PP no estaban en la acción del gobierno centrada en la gestión (...) y se habían asumido banderas del izquierdismo". Entre ellos, la lucha contra la "agenda independentista o globalista".

Frente acusaciones de Feijóo en la tarde de ayer, en un escenario similar al de hoy de Abascal pero para el diario La Razón, el líder del PP apremió a un pacto en Murcia a Vox para "derogar el sanchismo". "No se puede votar a favor" de él, dijo el gallego. Pero Abascal ha dicho que esa no es la finalidad absoluta de su formación. Sino volver a rellenar de lógica doctrinal el 'vacío' dejado por el PP. "Vox no viene a revertir a Sánchez, viene a revertir las políticas socialistas. Llevará mucho tiempo [dos legislaturas, al menos] y debe ser una operación de Estado, no de partido", ha asegurado. El planteamiento de Vox es claro. Se quiere "reconstruir todo lo destruido" por el Gobierno "que ha pactado con ETA e independentistas" e "introducido en él a comunistas". Y se fija un rumbo: derogar la ley Trans, la de Memoria Democrática, el refuerzo de las fronteras, y restaurar la libertad moral y educativa, y la soberanía frente a organismos externos, ha enumerado el político vasco.

En Vox también saben que tendrán "diferencias" con el PP respecto al aborto, y descartan el concepto de laicidad, porque "ha fracasado en Francia, y lo estamos viendo estos días con acciones violentas multitudinarias". Igualmente, no se alinean con el 'bilingüismo cordial' de Feijóo. "En algunos lugares las cuotas no responden a la realidad social. Debe tratarse de una cuestión de libertad", ha dicho Abascal, que preguntado de seguido por Macarena Olona y su proyecto político ha reusado responder. "Hay cosas más importantes que preocupan a los españoles", se ha limitado a contestar.

En ese 'llenado' de contenido ideológico, Abascal ha planteado su propuesta de ilegalización de partidos políticos que vayan contra la Constitución. "Los últimos cuarenta años nos han dado la respuesta", ha afirmado aludiendo al plan Ibarretxe en País Vasco o al "golpe de Estado" de Cataluña hace seis años. "Hay que ponerlos en su sitio [a los partidos independentistas], y lo mínimo es que estén fuera del Congreso de los Diputados". Porque "hay parlamentarios que no juran la Constitución como Dios manda", ha expresado. Contra preguntado por ello y ante la posibilidad de que se tache a Vox de anticonstitucional por rechazar el Estado de las autonomías, Abascal ha dicho que "ese sistema no es la base" de la Carta Magna, pero "la unidad de España sí lo es". Tras ello, los asistentes, en su mayoría miembros vinculados a Vox y a su órbita institucional, caso de la fundación Disenso, han arrancado en aplausos.

Abascal ha calificado la convocatoria electoral como el fin "de la legislatura de la mentira a los votantes". "Cuando un presidente miente, las decisiones que toma dejan de representar o de emanar de la soberanía popular", ha considerado el líder de Vox, volviendo a agitar una bandera que ya resonó durante la pandemia del coronavirus: ilegitimidad frente a ilegalidad. "El mandato es el de construir la alternativa junto al 'otro partido'", ha destacado en alusión al PP.