No será una, si no dos movilizaciones a las que asistirá Vox y sus principales dirigentes a lo largo de este mes de octubre. En Bambú calientan motores para estas próximas ocho semanas para una investidura de Pedro Sánchez. Se guían por una estrategia de presión al Gobierno en funciones, basada en la denuncia permanente a las cesiones al independentismo, con la amnistía como sujeto central, y con la idea de fraccionamiento de la unidad territorial como combustible ideológico para la recuperación. Y todo ello, como método de recuperación electoral frente al PP. Tanto a corto plazo, por si hay repetición de comicios generales, una posibilidad que para la cúpula de la formación sigue abierta, como a la larga y tras una legislatura.

Vox ha confirmado que, sumada a la presencia este domingo en Barcelona, en la movilización civil de Sociedad Civil Catalana (SCC), su presidente Santiago Abascal participará el último domingo de mes en la protesta convocada por la Fundación DENAES -creada en origen por Abascal-, cuando podría haber ya cimentado un acuerdo entre PSOE y Sumar, según el plazo dado este miércoles por socios de coalición. Igualmente que la catalana, la movilización, que se desarrollará en la Plaza de Colón de Madrid, la amnistía y "el golpe de Sánchez" volverá a ser objeto para la salida a la calle. Abascal quiere volver a ser referente de movilización en la calle y recuperar el fondo perdido después del acto de partido del PP en la Avenida Felipe II de Madrid, en la previa a la investidura fallida de Feijóo. Un evento calificado de "éxito indiscutible" por fuentes de la dirección nacional ultraconservadora.

La calle es algo que se ha resistido notablemente a Feijóo en estos meses atrás hasta el acto de finales de septiembre del PP, potenciado en parte por la presión de históricos dirigentes como Aznar, aunque desde la dirección popular se acreditó que ya había una idea de convocatoria previa a la petición del expresidente del Gobierno. Ni con los indultos, ni con la supresión de la sedición y con la rebaja del delito de malversación se apostó por la protesta para no vincularse en exceso a Vox, que hizo su performance personal a finales del año pasado precisamente en Colón. En noviembre ante 25.000 personas.

Las 'salidas' junto a su sindicato Solidaridad, sobre todo en pandemia o fechas puntuales como el Día del Trabajo, han sido clásicas para los de Abascal. No descartan, pese a todo, organizar algún acto propio de partido para competir con el PP una vez se sepa la fecha de investidura de Sánchez. La propia Plaza de Colón y más el Palacio de Vistalegre, parecen los posibles escenarios a elegir en sustitución al congreso anual VIVA de Vox, que no celebrará edición este octubre por la ausencia de un panorama político claro. Se aplaza a primavera.

Feijóo se ha vuelto a distanciar de Abascal una vez pasada su investidura y ya con un perfil de oposición frente a la posible reelección de Sánchez: no quiero gobernar con Vox"

La 'foto de Colón' de 2019 sigue pesando demasiado en Génova, sobre todo para un liderazgo nuevo que aún no sabe definir qué relación de futuro quiere mantener con Vox, si de alianza, como se apuntó en la investidura y el debate de la semana pasada, o de confrontación, como parece volverse a instalar tras las declaraciones de Feijóo en Onda Cero. El popular, cuyo círculo no descarta aún que podamos ir a elecciones generales por los giros que puede desarrollar Carles Puigdemont -Vox cree con seguridad que habrá comicios-, apuesta por el mantra del centroderecha unido: si no estuviera fraccionado, el PP tendría 190 escaños. Es algo que el gallego pronunció en el debate de investidura y ha vuelto a enarbolar ante los micrófonos de Más de Uno, aunque sosteniendo una postura agradecida a Abascal por sus votos "incondicionados".

Feijóo considera que los acuerdos desarrollados en la Comunidad Valenciana o Extremadura con Vox durante la campaña electoral de generales, para evitar la repetición de comicios autonómicos tras rechazar el PSOE el gobierno de la lista más votada, influyeron negativamente en el resultado posterior del PP. Porque movilizó al votante de izquierdas. El popular habla de "desgaste" al asumir esos acuerdos, mientras que desde Vox se le ha pedido exaltarlos como condición esencial, junto al respeto al electorado y la independencia de las instituciones, para ese respaldo de investidura ya caducado.

El dirigente del PP sigue resistiéndose a blindar lo que Abascal y los suyos llaman "la alternativa", distanciada del centro. "Es evidente que yo no quiero gobernar con Vox. He trabajado para ello en Galicia y lo conseguí, y ahora he presentado una propuesta de gobierno sin Vox dentro. Lo intentaré si puedo volver a hacerlo", ha mantenido Feijóo. Anecdóticamente, este miércoles la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, de Foro, ha roto el tripartito conformado con PP y Vox por diferencias con los segundos a cuenta del Festival de Cine Internacional del municipio.

Recuperar el terreno perdido

Frente a la capacidad de anticipación con la derogación sedición y la rebaja de la malversación, con la salida a la calle a finales de noviembre del año pasado, o la moción de censura de Ramón Tamames, ahora Vox solo puede destinar su acción de partido a la movilización permanente en la calle. No puede presentar recursos de inconstitucionalidad, solo tiene una baza jurídica cotidiana. Tampoco tiene autonomía para presentar mociones de censura. Ni voz ya en la Mesa del Congreso de los Diputados. Para acciones de alto calado requiere del PP como ente amplio. En el Senado se ha visto, 'picando' a los de Feijóo para apoyar su iniciativa de retirada del uso de lenguas cooficiales. No se ha aceptado por no seguir el juego y para distanciarse de un marco que creen justificado en la cámara alta a diferencia de la baja.

La amnistía, y en definitiva todo el marco territorial que exponga y deje vulnerable la unidad de España frente al secesionismo, es el mejor combustible para Vox, que dio su salto nacional hace cinco años gracias al procés. De ahí el interés a la movilización mientras el PP, que augura acciones sociales, judiciales -en las próximas semanas- y políticas, empezando por la moción del Senado contra la amnistía para retratar al PSOE, se resiste a nuevos actos al margen del domingo 8 de octubre hasta ver culminado el acuerdo de 'olvido' solicitado por Junts y ERC. La línea está clara para Bambú y Génova: definirse como herramienta útil frente a Sánchez y sus socios en detrimento del contrario. Y eso solo puede suceder para uno y a costa del rendimiento del otro. El problema es que para los posicionamientos moderados, un escenario de confrontación radical con un antagonista o bien te radicaliza o te deja al margen.

La Ley de la ELA, otra competencia más con el PP

Hace una semana, en el debate de investidura, Feijóo se comprometió a darle "urgencia" a la ley de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), que busca garantizar una vida digna para enfermos de esta afección neurodegenerativa y sin cura, y sus familias. La norma, cuya toma en consideración fue aprobada por la mayoría del Congreso de los Diputados a propuesta de Ciudadanos, lleva más de un año y medio en el 'cajón' parlamentario, por el deseo del PSOE y Unidas Podemos de hacer una legislación más amplia para otras enfermedades raras. Algo que ha generado indignación entre los pacientes.

El trámite, al cambiar de legislatura, ha decaído y requiere de su inicio desde cero. Ya en junio, en campaña, Feijóo, en una visita a la Fundación Luzón, se mostro partidario para acometer las modificaciones legales necesarias para ahorrar en los procesos de declaración de incapacidad y de dependencia. Con el fin de acceder a las prestaciones y ayudas ágilmente.

Vox en este clima de competencia con los populares, se ha movido antes y lo registrará en las Cortes con la diputada por Almería Rocío de Meer como principal firmante. Ha sido la portavoz en la comisión de Derechos Sociales y Discapacidad la anterior legislatura. Con esta nueva proposición de ley, Vox denuncia las 49 prórrogas producidas. La propuesta "introduce cambios en la ley de dependencia, en la ley de discapacidad y en el real-decreto relacionado con los consumidores de energía con el fin de mejorar la vida de los enfermos".