Nadie duda de que si a Pedro Sánchez le salen las cuentas con ERC y Junts habrá investidura antes del 27 de noviembre y un nuevo gobierno de coalición, en este caso, con la marca electoral liderada por Yolanda Díaz, Sumar. Pero a pesar de esa certeza, ambas formaciones deben reunirse para acordar las líneas generales de la legislatura así como el reparto de asientos en el Consejo de Ministros. Sin embargo, no parece que Moncloa y PSOE tengan especial prisa con los magentas, mientras centran toda su atención en el soberanismo catalán.

De hecho, el pasado mes de agosto, a poco de celebradas las elecciones generales, Sumar hizo llegar a los negociadores socialistas un primer documento con el que arrancar dichas conversaciones, hecho que ya era conocido. No tanto el detalle de que "fue devuelto con tachaduras en rojo", según ha podido saber El Independiente de fuentes de esta formación, y sin que mediara, además, ninguna contrapropuesta por parte de los socialistas. Tras esas primeras "enmiendas" se hizo el silencio "y septiembre se desaprovechó entero mientras sí avanzaron las cosas entre Moncloa, ERC y Junts", lamentan.

Las conversaciones siguen sin avanzar

Parecía que los contactos se podían agilizar tras la entrevista que protagonizaron el pasado día 4 Pedro Sánchez y Yolanda Díaz dentro de la ronda de contactos que abrió el jefe del Ejecutivo en funciones con los representantes de los Grupos Parlamentarios sentados en la Cámara Baja. En ese momento se comprometieron a acelerar los contactos para cerrar un acuerdo de gobierno en un mes, pero la agenda se ha complicado y apenas se avanza, según las mismas fuentes.

Es por ello que Sumar optó por ocultar este lunes a sus futuros socios su propuesta sobre el reconocimiento de Palestina como Estado y denunció la "limpieza étnica" de Israel sobre la franja de Gaza. Fue una iniciativa sobrevenida a raíz de los crueles acontecimientos en la zona, con el ataque terrorista de Hamás y los bombardeos indiscriminados de Israel. Sumar lo quiere poner sobre la mesa de negociación, a sabiendas de que Moncloa y PSOE son partidarios de dicho reconocimiento, pero en el seno de la Unión, sin decisiones unilaterales.

No va a ser, sin embargo, un obstáculo para el acuerdo. Se trata más de un pequeño toque de atención temiendo que esta vez los socialistas les dejen para la recta final negociadora. La prioridad de Moncloa parece ser desbrozar el apoyo de los partidos de la llamada mayoría de investidura más Junts y atender sus exigencias, que no tienen porqué ser coincidentes con las de Yolanda Díaz en materia económica, de fiscalidad, vivienda o política laboral por poner algunos ejemplos de cuáles pueden ser los principales escollos.

En Sumar temen que los socialistas no cerrarán un acuerdo de coalición hasta haberse asegurado antes los apoyos parlamentarios

La estrategia de Moncloa y de PSOE, recuerdan en el equipo de Díaz, es diametralmente opuesta a la de 2019. "Entonces todo pasaba por nosotros. Ahora no". Tras la repetición electoral de hace cuatro años Sánchez se apresuró a anunciar su disposición a pactar con Pablo Iglesias, que consiguió su tan ansiada vicepresidencia. Ambas formaciones comenzaron a intercambiar documentos en un corto periodo de tiempo. Luego se negoció el apoyo parlamentario de lo que se denominó la "mayoría de la investidura". Ahora, y a sabiendas de que cualquier fórmula de Gobierno pasa necesariamente por reeditar ese acuerdo, los socialistas han priorizado otros frentes.

La comisión negociadora de Sumar está formada por Nacho Álvarez (secretario de Estado de Derechos Sociales), María Eugenia Rodríguez Palop (eurodiputada), Joaquín Pérez Reyes (secretario de Estado de Empleo), Josep Vendrell (director de Gabinete de Díaz) y el diputado Carlos Martín Urriza (director del Gabinete Económico de CCOO).

A partir de la cita del pasado día 4 entre Sánchez y Díaz, son los responsables de avanzar en la configuración de un nuevo gobierno de coalición. Al otro lado de la mesa se sientan, por parte socialista, los ministros Félix Bolaños, María Jesús Montero -también vicesecretaria general del PSOE- y Pilar Alegría; el número dos de Ferraz, Santos Cerdán; los diputados Óscar Puente y José Ramón Gómez Besteiro y Hana Jalloul, secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE.

Podemos insiste en que Irene Montero debe ser ministra de Igualdad

En ese escenario hay, sin embargo, un elemento disruptivo, Podemos, que tiene su propio listado de reivindicaciones para apoyar la investidura de Sánchez, marcando así una estrategia propia, distinta, con respecto a Sumar. Mantener la rebaja del transporte público; limitar los precios de los alimentos; derogar la Ley Mordaza; subir el SMI a 1.500 euros y profundizar en políticas feministas "con @IreneMontero y su equipo en Igualdad", son los cinco ejes en torno a los cuales se articula su catálogo.

Insisten así en que Montero debe entrar de nuevo en el Ejecutivo y ostentar la misma responsabilidad, ministerio que los socialistas no quieren dejar escapar esta vez. Pero a pesar de estas escaramuzas, en Sumar están convencidos de que los morados no boicotearán un nuevo gobierno de coalición con el PSOE.