La primera gran salida de tono entre el nuevo Ejecutivo nacional y el de la Comunidad de Madrid ha venido derivado de tres descarrilamientos de trenes de Cercanías entre el tramo que une la Estación de Atocha y la de Recoletos. El primero ocurrió a finales de noviembre en Recoletos y demoró el servicio dos días por la salida de vía de un tren Intercity. Un convoy con recorrido Aeropuerto-Príncipe Pio sufrió las mismas circunstancias el viernes pasado en su entrada a Atocha, solo tres días después de que otro tren procedente de Villalba, de la línea C10, descarrilara en la estación. Ninguno de los incidentes provocó heridos de gravedad, más allá de algunas contusiones sufridas por cinco usuarios el martes, al inicio del puente de la Constitución.

El clima de dudas que ha generado tal problemática continuada ha servido para cimentar la polémica entre la Puerta del Sol y Moncloa. Y con el transporte de fondo. Algo que ya venía abonándose entre el ministro de Transportes y Movilidad, Óscar Puente, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con la inauguración del nuevo tramo de AVE entre La Robla-Pola de Lena que unen León y Oviedo con su extensión a Madrid. Por entonces, a finales de noviembre, Puente justificó la ausencia de Ayuso indicando que la apertura solo implicaba a las comunidades de Asturias y Castilla y León, y que era un modo de actuación cotidiano y con varios precedentes. Los barones socialista, Adrián Barbón, y popular, Alfonso Fernández Mañueco, sí acompañaron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al Rey.

Con el segundo incidentes de Cercanías, el martes 5 de diciembre y a las puertas del periodo vacacional previo a las Navidades, Ayuso salió públicamente a través de X -antes conocida como Twitter- para cuestionar el compromiso del Gobierno central con la red de transportes de la Comunidad de Madrid. "Haremos todo lo necesario para proteger a los madrileños de la despreocupación de Sánchez por el Cercanías". La problemática, entre otras situaciones, obligó a los usuarios de la línea de Media Distancia Madrid Chamartín/Atocha-Alcázar de San Juan-Jaén a desplazarse hasta Aranjuez por carretera mediante un servicio alternativo de autobús. Con retrasos mínimos de 30 minutos, desde allí se emprendía la marcha de ferrocarril.

Frente a la cotidianidad con la que Ayuso ha integrado a su agenda política regional otra alternativa con el Ejecutivo nacional como objetivo para hacer rédito de una confrontación directa con Sánchez y sus ministros, la actitud de Puente, que ha entrado en ella cuerpo a cuerpo, supone un cambio de directriz desde la otra parte. Un intento de, igualmente, hacer política nacional con la confrontación con Ayuso, uno de los rostros troncales del PP. Ello, sumado a las posibilidades que brinda que en el territorio convivan ambas administraciones al ser la capital. "El tiempo de callar y poner la mejilla ya pasó", ha llegado a considerar Puente posteriormente, uno de los perfiles más políticos designado por Sánchez en esta nueva etapa que ya está haciéndose valer.

Puente entraba de lleno el miércoles 6 de diciembre, tras los actos de la Constitución. Según varias fuentes, el ministro había sugerido que los problemas con el Cercanía podrían venir derivados de un "boicot". Concretamente, varios medios presentes en sede parlamentaria publicaban que Puente acusaba a Ayuso de estar "alimentando boicots" contra la red ferroviaria madrileña para perjudicar a Moncloa. Entre esos medios, está La Sexta, quien hizo públicas las consideraciones del Ministerio y el adelanto de una investigación con el artículo Puente anuncia una investigación por un posible "boicot" al Cercanías de Madrid: "No sé si Ayuso lo estará alimentando". Al día siguiente, el propio ministro desmintió las declaraciones partiendo de su ventaja, dado que los corrillos distendidos que se dan habitualmente en la escena parlamentaria no se pueden grabar. Los presentes sostienen que los hechos transcurrieron de esa manera, incluido la cadena de Atresmedia, que publicó un comunicado.

"Yo no he dicho que haya un boicot en las cercanías de Madrid, ni he dicho que Ayuso esté tras ese boicot. Es una intoxicación de alguien que ayer quiso tener su minuto de gloria, vendiendo mercancía averiada a La Sexta, como se le dijo ayer a la cadena sin éxito. Fin", escribió Puente en su perfil de X por la mañana del martes. Para entonces, el PP ya había dado por buenas las publicaciones. Hasta tal punto, que el consejero de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, Jorge Rodrigo, solicitó al PSOE-M que demostrara ese boicot. De conseguirlo, apuntó que dimitiría; pidiendo, no obstante, que de ser al contrario, lo hicieran los socialistas y el ministro. El secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, negó que esas declaraciones de Puente fuesen así. Advirtió que él mismo se lo trasladó. En este punto, Rodrigo instó a Puente a reunirse con "urgencia". Algo que quedó sin respuesta.

Pasados el viernes, festivo, y el sábado, con la tercera avería de por medio, el PP de Madrid intensificó los reproches a Puente. Y el ministro, respondió con bloqueos generalizados a los perfiles de líderes y representantes populares de distinto rango. Desde diputados nacionales, a consejeros, concejales y el propio alcalde de la ciudad de Madrid.

El paso intermedio para ello fue la reacción pública de Puente a los comentarios de Ayuso, como el del martes, tras el segundo descarrilamiento. El ministro hizo una demostración pública de esa actitud combativa adoptada por el Ejecutivo y trasladó a Ayuso lo siguiente al mediodía del domingo, entre ese clima de crítica: "Céntrate en construir líneas de metro sin derribar casas de nadie, que los problemas que tenga la red de cercanías de Madrid ya se ocupa el Gobierno de España".

El titular de Transportes y Movilidad introdujo en el debate, como contrapeso discursivo, la situación que desde años viven los afectados por la construcción de la Línea 7B en San Fernando de Henares; desde la etapa de Esperanza Aguirre al frente de la Comunidad. El PP dio luz verde a la construcción de una línea inaugurada en 2007. Está, a su paso, ha provocado constantes hundimientos y daños en las viviendas, lo que ha traído un quebradero de cabeza a los vecinos de la zona. Es más, ya está en marcha el pago de indemnizaciones para aquellos que han tenido que mudarse a otra vivienda por la inseguridad que genera continuar residiendo en las suyas.

Esas palabras de Puente generaron más resquemor en las filas del PP madrileño. Y solo una hora más tarde, el exalcalde de Valladolid echó más leña al fuego: "ya van a estar todo el día entretenidos con el tuit". "Qué piel tan fina tienen. Y cómo les molesta que les digan las verdades del barquero. Pues que se armen de paciencia. El tiempo de callar o poner la otra mejilla ya pasó", añadió a continuación a su escrito. También anunció que el informe técnico anunciado el miércoles para valorar las consecuencias del descarrilamiento dejaba poca claridad para los dos últimos, pero apuntaba a una rotura de una aguja en el caso del primero.

Pese a resolverse la problemática, el ambiente estaba demasiado agitado. Y tras las palabras de Puente a Ayuso, empezó una oleada crítica de personalidades públicas que denunciaban el bloqueo a sus cuentas que había hecho el ministro. Una práctica que viene de lejos y a afectado a otros rivales políticos y socios como Podemos. También a Vox. Puente justificó su decisión recordando un artículo de opinión del periodista radiofónico Carlos Alsina en El Mundo hace unos años: "Twitter no es la vida, cada uno elige su compañía", argumentó Puente.

Entre los afectados están los delegados del Ayuntamiento de la capital de Movilidad, Políticas Sociales y Cultura: Borja Carabante, José Fernández y Marta Rivera de la Cruz. También el secretario general del PP de Madrid, Alfonso Serrano. Fernández ha apuntado tras dar constancia del bloqueo que Puente debe dedicarse a mejorar la red de Cercanías y "no a bloquear a todos los que no piensan como él". "Ya estoy en el lado bueno de la historia", dijo acompañando su comentario en X con una captura que reflejaba el bloqueo, este domingo. Rivera de la Cruz, diputada y 'dos' de Feijóo al Congreso en las generales por Madrid, reposteó al unísono un comentario del alcalde, que escribía: "no hay bloqueo en redes sociales que tape la vergüenza del caos en Cercanías del Gobierno de Sánchez".

Almeida, el más duro

El alcalde de Madrid ha proseguido este lunes con las críticas a Puente durante una visita a la Oficina Verde del Ayuntamiento, ubicada en el distrito de Arganzuela. Ha tachado a Puente de hacer política "macarra", de "confrontación, bloqueo y de odio entre instituciones". "Es el símbolo de lo que nos espera a Madrid por parte del Gobierno de Sánchez", ha destacado, incidiendo particularmente en que Puente "es el mascarón de proa del macarrismo de Sánchez". En contraste, y en defensa del PP, ha dicho que "lo único que hemos hecho desde las administraciones [local y autonómica] es preocuparnos porque ha habido tres descarrilamientos en las Cercanías".

"Cualquier gobernante mínimamente responsable y serio, en vez de insultar y bloquear, lo que hace es dar explicaciones a los ciudadanos, salvo que seas un macarra como Puente", ha considerado tras los tuits e insistiendo en ese término despectivo. Cree que el ministro, no obstante, prefiere "escudarse en el bloqueo y el insulto antes de asumir sus responsabilidades". Almeida le ha pedido que responda ante los 600.000 madrileños que se mueven en Cercanías mientras "él va en el coche oficial de ministro". Su compromiso es el de hacer "todo lo posible" para el buen funcionamiento de la red, pese a que, como insiste, las competencias son del Gobierno central.