El adelanto de la Asamblea General, con carácter extraordinario, de finales de marzo al 27 de enero ha movilizado a los sectores críticos de Vox. Más cuando Santiago Abascal, su presidente, tiene prácticamente garantizado repetir en el cargo cuatro años sin competencia por las limitaciones para que posibles competidores consigan los avales necesarios para concurrir al proceso. Especialmente si se va contra el aparato. Entre un clima de descontento interno patente desde hace meses, y de cara al cónclave, que transcurrirá en Madrid, entre las filas de la formación se ha divulgado un manifiesto que reivindica el ejercicio verdadero de "democracia interna". Volver a los "orígenes", en definitiva.

El documento, al que ha tenido acceso El Independiente, sin contar con firma alguna, los cuadros críticos de Vox rechazan la deriva adoptada por el actual Comité Ejecutivo Nacional (CEN), el máximo órgano de toma de decisiones de la dirección ultraconservadora. Actúa como "un grupo reducido, cooptado y oligárquico (...). Se han apartado de su razón de ser", versa el texto. Con ello se hace referencia a una supuesta renuncia de los principios fundacionales adoptados que pueden consultarse en la web de la entidad. Caso de una agenda trasparente para el cambio hacia una nueva Ley de Partidos y la apertura a las bases. También se señala la retirada de las primarias internas para la designación de los candidatos territoriales, que se hace a dedo desde Bambú. La elección en Galicia de Álvaro Díaz-Mella es el último ejemplo.

Más concretamente, el escrito asegura que a la "inexistente democracia interna" -algo que venía denunciando Macarena Olona desde su salida de Vox a finales de agosto de 2022-, se une la ausencia de "libertad de opinión". Algo de lo que sí disfrutan los altos dirigentes de la organización. Por el sentido de la crítica, se advierte que la corriente viene movilizada a nivel provincial: "los cargos electos en las provincias estamos abandonados a nuestra suerte y nuestra única misión es obedecer las órdenes de Madrid y callar".

Apuntan que a diferencia de esos liderazgos, para el resto de la militancia con funciones públicas "es imposible realizar ningún análisis" o proponer libremente "iniciativas". Hay una represión constante ante ello. De hecho, advierten que el control sobre las redes sociales personales "es férreo". Hay "exigencias" los contenidos que, de no gustar conllevan "apercibimientos". A continuación se muestra el documento íntegro:

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La economía del partido no pasa desapercibida en el manifiesto. De hecho, se da mención a las "dudas públicas sobre el destino de los fondos del partido no aclaradas" tras recurrentes publicaciones en medios de comunicación. O a través de denuncias verbales de excargos apartados.

Recuperar el talento humano y estar a la altura

A los reproches de los cuadros críticos se unen unas exigencias. La principal es proceder a esa refundación que recupere las esencias del partido y palie los efectos de una dirección nacional que se ha ido "enrocando". "El Vox que supo hacer muchas cosas bien ha cogido un rumbo de autodestrucción inapelable e insoportable", asegura el texto. Se apuesta por instaurar "normativas precisas" que aseguren la limpieza interna y que permita unificar ideológicamente a Vox en sus variados "matices" para trabajar en conjunto por un programa.

Se distingue sin mención expresa la existencia de una corriente ultra, que vendría a practicar el aparato en casi todo su conjunto, y otra vertiente liberal más aperturista. Pero que, dependiendo de las situaciones y los debates políticos abiertos, confluye o discrepa. Ejemplo pueden ser Ignacio Garriga y Jorge Buxadé, muy afines al Opus Dei, según se apunta en fuentes, pero que defienden distintas escalas de diálogo con el PP. Javier Ortega Smith, pese a sus posicionamientos extremos, aboga por ese mejor reparto de competencias. Para conseguir ese buen funcionamiento, se defiende una renovación estatutaria.

Uno de los puntos más interesantes es la solicitud para el "retorno e incorporación de cientos de personas valiosas que a lo largo de los años y por el cada vez más irrespirable aire interno, han sido laminadas o han abandonado el proyecto". Olona y un año después el exportavoz parlamentario Iván Espinosa de los Monteros abrieron el camino. La última baja nacional es la de Carla Toscano en el Congreso de los Diputados. La ya exdiputada, muy afín a Ortega Smith, de quien Libertad Digital publicó que ha planteado disputar la presidencia a Abascal, seguirá como concejala en el Ayuntamiento de Madrid.

En definitiva, hay tres demandas claras en el documento: un sistema de elección de cargos transparente; la gestión económica a través de la figura de un "director" externo que garantice que Vox se financia mediante las cuotas o donaciones de sus miembros, así como auditorías anuales publicadas; y el compromiso a garantizar la libertad de expresión o el debate de ideas.